Bienal de Fotografía Cusco 2017: Creadores pueblan el Cusco con imágenes

Foto conceptual, íntima y narrativa. Retrato, objeto, archivo, testimonio y huella. Si la historia y la verdad son dos ríos que viajan para alimentar la caudalosa memoria del hombre, el desembarco de aquella tonelada de imágenes inteligentemente dispersas en siete casonas históricas de la Capital Arqueológica puede considerarse un hito histórico: la ciudad nunca había experimentado semejante descarga de arte.

Esta se inició la noche del 4 de noviembre en la impresionante Casa de la Cultura Cusco del Gobierno Municipal, cuando el burgomaestre de la Capital Arqueológica tomó la palabra para dar la bienvenida a una numerosa delegación de expositores e invitados, entre los que se encontraba la hija de Martín Chambi (Coaza, 1891- Cusco, 1973), cuyo genio y figura presidió más de un mes de exposiciones, conversatorios y visitas guiadas en torno a la imagen y su poder simbólico.

—Pago y ofrenda—
A más de 150 años de su nacimiento como práctica artística y memoria visual, resultaba clamoroso que el centro nuclear de la bien llamada Escuela Cusqueña de Fotografía adolezca de un acontecimiento de este calibre. Porque desde inicios del siglo XX y durante cuatro décadas, en el Cusco se afianza y revalora el revulsivo étnico indigenista soportado literariamente por Luis E. Valcárcel (“Tempestad en los Andes”, 1927) y Uriel García (“El nuevo indio”, 1930).

Todo para una respuesta fotográfica tan rica como aluvional: Miguel Chani (Quispicanchis, 1860) como punta de lanza de grandes colectivos cargados de talento; Luis Alvina, Luis D. Gismondi, José Gabriel Gonzales y Juan Manuel Figueroa Aznar precediendo la irrupción de otra generación extraordinaria; Crisanto Cabrera, César Meza, Eulogio Nishiyama, Horacio Ochoa, David Salas, Fidel Mora, Pablo Veramendi, Abraham Guillén, Avelino Ochoa y el más grande de todos: Martín Chambi.

La Escuela Cusqueña de Fotografía como cimiento y derrotero: bajo su égida, los creadores contemporáneos siguen alimentando el registro fotográfico testimonial y documental del Perú y su universo cotidiano. La migración, las relaciones del campo y la ciudad, el sincretismo religioso, los espacios de sobrevivencia del hombre andino enfrentado a una súbita contemporaneidad. Todo un caldo de cultivo ideal para la creación del primer Museo de Fotografía del Perú en el Cusco.

—Ombligo del mundo—
Así, más de 600 fotografías distribuidas en veinte salas de siete casonas de la ciudad concentraron más de siglo y medio de fotografía peruana. Clásicos como Miguel Chani, Max T. Vargas, Hermanos Cabrera, Baldomero Alejos o Eugène Courret alternando con imágenes de Javier Silva-Meinel, Jorge Deustua, Herman Schwartz o Enrique Polanco y creadores de nuevo cuño como Ana de Orbegoso, Lorry Salcedo, Yadira Hermoza, Peruska Chambi o Morfi Jiménez.

La bienal como corolario de un trabajo de meses que se inició, entre marzo y julio, con los talleres de fotografía estenopeica para niños de las comunidades campesinas de Patakancha (Urubamba), Huaccoto (Cusco) y Q’ero Totorani (Paucartambo). Toda una yuxtaposición de placas de cristal, negativos, positivos y fórmulas propias del cuarto oscuro hasta su encuentro con las formas altamente experimentales de la fotografía analógica contemporánea.

La Casa de la Cultura de la calle San Bernardo como eje de un formidable despliegue del Museo de Arte Contemporáneo del Palacio Municipal, la Universidad Diego Quispe Tito, el Museo Casa Concha, la Alianza Francesa, el Museo Inka, la Fototeca Andina y el Centro Bartolomé de las Casas: única exposición sobreviviente a una primera bienal que transformó a la bella capital del Tahuantinsuyo en el corazón fotográfico del mundo. Que se consolide su romance con el obturador, entonces.

MÁS INFORMACIÓN
​Muestra en la Sala de Exposiciones del
Centro Bartolomé de las Casas
​Fecha: hasta el viernes 29 de diciembre.
Dirección: Pampa de la Alianza s/n, Centro Histórico del Cusco. Horario: de lunes a viernes 9 a.m. a 7 p.m.
Entrada: gratuita.