Escrita en los años sesenta por el dramaturgo Alfredo Dias Gomes y repuesta innumerables veces -a pesar de la censura- en las tablas brasileras, “El bien amado” pasó de obra teatral a telenovela en tres ocasiones. Primero en el mismo Brasil (1973), versión que llegó a 30 países; luego fue adaptada en Chile (1996) y México (2017). Pero ¿qué hizo de ésta una historia capaz de cautivar a todo un continente? Quizás su mayor virtud sea su atemporalidad y la capacidad del escritor de abordar un tema que relaciona directamente a las autoridades con un mal que aqueja desde siempre a los países latinoamericanos: la insondable corrupción. Esta vez el montaje, que retrata sin tapujos a los políticos que engañan al pueblo para conseguir sus votos, será puesta en escena por los estudiantes de la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad Católica. Bajo la dirección de Ana Julia Marko se estrena hoy a las 8 p.m. en el CCPUCP.
“La obra es una representación de lo que hacen los políticos. Pueden cambiar los nombres de las ciudades, de los gobernantes, hasta el contexto, pero el accionar de quienes tienen el poder permanece y no precisamente para bien"
“La obra es una representación de lo que hacen los políticos. Pueden cambiar los nombres de las ciudades, de los gobernantes, hasta el contexto, pero el accionar de quienes tienen el poder permanece y no precisamente para bien”, sostiene Marko. El personaje principal es Odorico Paraguaçú, un candidato sin escrúpulos, capaz de lo que sea por obtener la alcaldía de la sufrida Sucupira. Para lograrlo utiliza como promesa de campaña la construcción del anhelado cementerio de la ciudad, una necesidad pedida a gritos por los pobladores, quienes deben caminar casi un día entero para poder enterrar a sus muertos.
Tras la traducción del texto original, la directora decidió tomarse algunas licencias dramáticas. Una de las principales es la quintuplicidad del protagonista. Según cuenta “la idea responde en parte a una responsabilidad pedagógica, pues se trata de un proceso de aprendizaje dentro de la universidad. Pero lo central es que la imagen de este hombre que está en el poder y hemos visto en tantas ciudades de Latinoamérica sea flexibilizada y que podamos interpretarlo con otros cuerpos”. Lo dicho incluye cuerpos femeninos. De los cinco actores que interpretan a Odorico, tres son mujeres. Juntos crean una sola voz coral para un mismo personaje que complementa el objetivo de ironizar y problematizar a los gobernantes. En el caso de las hermanas Dorotea, Dulcinea y Yuyu, amantes del flamante alcalde, también se utiliza este recurso.
La presencia de muchas mujeres sobre el escenario es también otra característica de esta adaptación. Algunos personajes que originalmente eran masculinos fueron cambiados por féminas. Están, por ejemplo, la periodista enemiga de Odorico o la sicaria contratada para buscar una víctima que inaugure el cementerio y así poder justificar los exorbitantes gastos de una gestión deficiente. ¿Qué motivó estos cambios?, le preguntamos a Marko. “Es un poco para demostrar que las mujeres también pueden tomar la acción. Como aquella escena en la que un grupo de ellas presionan al alcalde para que renuncie”. Sin duda, una muestra de los nuevos tiempos.
La puesta destaca, además, por su alta dosis de humor unido al protagonismo que se le da a la música. Memorables momentos con el divertido Dirceu, asistente de Odorico, hacen olvidar por un momento que la trama de la obra cobra singular vigencia en estos tiempos turbulentos. “Hasta diciembre teníamos una visión distinta respecto a la corrupción y a la manera de gobernar los países en tiempo de crisis pandémica, pero con lo que ahora está pasando en Perú, esa mirada ha cambiado. No necesariamente porque nosotros queramos sino porque hacer ‘El bien amado’ en esta coyuntura va adquiriendo otro sentido”. Como aquella frase -precisa la directora- que Odorico le lanza a la sicaria: hay que bambolear la pistola libremente. “Ahí está, no tengo que hacer nada más. Queda la conciencia de que ahora el significado de esas palabras podría ser otro”.
Once años después de haber sido escrita para el teatro, “El bien amado” se estrenó en la televisión. Protagonizada por Paulo Gracindo como el corrupto Odorico Paraguaçu y Lima Duarte como el sicario Zeca Diabo, rápidamente la novela de Globo gozó de gran aceptación. En 1976 traspasó las fronteras brasilera para abrirse paso en nada menos que 30 países del mundo, convirtiéndose así en la primera producción de exportación. Originalmente la telenovela constaba de 178 capítulos pero tras su distribución, sobre todo en América del Sur, se convirtieron en 223. Países como Estados Unidos y Portugal también disfrutaron de ella.
Se sabe además que la pieza, escrita por Dias Gomes se basó en un hecho real ocurrido en el pequeño pueblo de Espíritu Santo, donde un candidato a alcalde fue elegido tras la promesa de construir un cementerio.
Lugar: Teatro del CCPUCP. Dirección: Av. Camino Real 1075, San Isidro. Fechas: desde hoy al viernes 17 de febrero, a las 8 p.m. (jueves 16 y viernes 17 también a las 5 p.m.). Entradas: Joinnus.
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