Berlín vuelve a abrir sus puertas al arte de Fernando Bryce. Una ciudad en la que el artista peruano vivió durante casi treinta años y a la que se siente especialmente unido. En esta oportunidad tiene a su cargo un trabajo muy especial dentro de un escenario único: el Museo de Historia Natural.
La experiencia ha sido única porque ha podido explorar dentro de los archivos para encontrar la base de su trabajo, descubriendo en el camino una serie de elementos que el pasado le ofrece y que él toma con entusiasmo. Así, inmerso en los catálogos y fichas de un museo científico, Bryce vuelve a ofrecer un gran trabajo.
LA CIENCIA DEL ARTE O EL ARTE DE LA CIENCIA
Se trata de la segunda edición de "Kunst & Natur" (Arte y Naturaleza), un proyecto del Dr. Johannes Vogel, director del museo, con el apoyo de la Fundación Federal para la Cultura, y que tiene una duración de tres años. "Se invita a artistas y curadores con el fin de crear espacios experimentales dentro del museo, donde las fronteras entre el espacio artístico y los del museo de historia natural se integren", explica Bryce. "No solo se intenta volver a acercar al arte con la ciencia, sino a públicos distintos, el del arte y el que frecuenta museos científicos, a nuevas perspectivas y experiencias".
Para su participación en "Kunst & Natur", Fernando Bryce ha creado dos series. Ambas han sido realizadas a partir de material encontrado en los archivos del museo y se relacionan con su historia, como explica el artista en su presentación de la muestra. Pero el asunto es mucho más complejo y provocador. De alguna manera es como volver al pasado, cuando el arte y la ciencia eran disciplinas que caminaban juntas. El paso del tiempo y la especialización terminaron separándolas. Para Bryce esa división tan profunda es cuestionable: "Hasta hace poco ciertas técnicas artísticas, como el dibujo, estuvieron funcionalmente relacionadas a las ciencias", explica.
Luego agrega: "El tema de arte y ciencia en el siglo pasado fue abordado desde distintos puntos de vista con especial énfasis en el espíritu creativo y de investigación que comparten, y de mutua referencia como en algunas vanguardias históricas. Sin embargo, en proyectos como este, el énfasis está puesto en la dimensión cultural y en especial en la 'cultura museística' que une tanto a las artes como a las ciencias naturales".
LAS DOS CARAS DE LA MONEDA
Para Fernando Bryce, lo fascinante fue investigar en la estructura e historia del museo en sí mismo. "Estuve un mes investigando en sus archivos y decidí trabajar a partir de algunos temas generales sugeridos por el material concreto que más llamó mi atención", sostiene. "Mi trabajo tiene una tendencia a la asociación y disposición panorámica de imágenes que considero emblemáticas y que conforman una red de citas y alusiones. En ese sentido y para estructurar la primera serie, elegí dos libros de principios del siglo XX que relatan dos expediciones a la otrora colonia África Oriental Alemana, la actual Tanzania: 'Con la carabina y el flash fotográfico', de C.G. Schillings, y 'En Tendaguru', de Edwin Hennig".
Zoólogo y aventurero, Schillings fue durante años un proveedor de objetos zoológicos del museo. Por su parte, el paleontólogo Hennig relata su participación en la expedición a Tanzania, organizada por el mismo museo y en el que se descubrieron varios restos de dinosaurios que desplazarían en tamaño al famoso Diplodocus.
"Esta serie de dibujos se titula 'Auf Frischer Tat' (Con las manos en la masa) y mi intención fue resaltar las connotaciones políticas de las expediciones científicas de la época, ligadas por un lado a la expansión colonial europea y su discurso de superioridad científico-cultural sobre el resto del mundo y la competencia entre las potencias imperiales". La serie –agrega el artista– también incluye imágenes de artículos del "New York Times" que hacen referencia a cierto imaginario popular naciente referido a los dinosaurios.
Al rigor de esa primera entrega, Bryce suma una segunda parte que tiene una génesis muy especial. Se titula “Paradoxurus Adustus”, una denominación de dos mamíferos juntados a manera de nombre y apellido. Está hecha con serigrafías que reproducen las etiquetas de principios del XX que servían para identificar a los animales disecados y las listas del catálogo de mamíferos del museo de la misma época.
El artista nos cuenta: "Descubrí una vieja caja llena de etiquetas con denominaciones zoológicas y algunas geográficas. Me parecieron muy bonitas y evocativas y lo primero que pensé fue reproducirlas en grande y darles la dimensión de cuadros que ya tenían implícitas. Las etiquetas eran un elemento visual en el ordenamiento científico-museístico que permitía identificar los objetos situados en los archivos del museo, no en la exposición permanente. Como si fueran un eslabón entre el objeto disecado y el catálogo".
Bryce recuerda que el Museo de Historia Natural tiene una parte de exhibición abierta al público y otra de investigación y catalogación donde están guardados millones de objetos. "Las etiquetas que encontré eran manuscritas y con ciertos colores que correspondían al origen geográfico de los animales".
Lo interesante para el artista fue descubrir aspectos arbitrarios y poéticos en la nomenclatura, también una necesidad de abarcar y ordenar todo a través de la acumulación de objetos. Todo se manifestaba a través de esas etiquetas que hablaban de un pasado reciente con nombres como Abisinia o Ceilán, así como esas interminables listas de objetos catalogados. Ambos elementos, las listas y las etiquetas, importantes para el orden del museo, adquieren una nueva relevancia a través del redimensionamiento y la interpretación artística a cargo de Bryce.
Y es justamente ese trabajo a cargo del artista lo que resulta atractivo e inquietante para el observador. Porque proviene de un material original igualmente provocativo. Es como ver una imagen repetida al infinito en un caleidoscopio. ¿Hasta dónde condiciona el modelo original al artista? "El material de archivo con el que trabajo condiciona totalmente mi obra, esa es la limitación que me permite darle sentido a mi trabajo", responde Bryce.
"El arte es creación, pero nunca he confiado en la noción de creatividad entendida como originalidad. En ese sentido, veo mi trabajo más cercano a la labor de un intérprete, o un traductor. Una labor de 'segunda mano' que transforma aquellas imágenes y objetos ya existentes, que constituyen nuestra historia y cuestionan nuestro presente", dice el artista.
"Kunst & Natur" se presenta en el Museo de Historia Natural de Berlín hasta el próximo 16 de octubre.