Alfonso Rivadeneyra García

Es hasta apropiado que una muestra de arte ‘subterráneo’ se desarrolle en un sótano, como es el caso del espacio Juan Pardo Heeren del ICPNA del centro de Lima. Allí presenta su arte, carteles que hizo a fines de los años 80, collages donde el cartón, recortes de papel periódico y hasta las fotocopias juegan el rol de representar las contradicciones sociales, el dolor de vivir en Perú. “La paz es una promesa corrosiva” es la misma muestra que llevó a la bienal de arte de Venecia (Italia), donde el pabellón peruano recibió a cientos, tal vez miles de asistentes, de abril a noviembre del 2022.

“La fotocopia en blanco y negro lo que hace es que te contrasta el original. Si sacas varias copias, hace un efecto gráfico muy fuerte”, contó Rodríguez a El Comercio. Él recordó que su acercamiento a ese formato llegó con el arte correo, movimiento de intercambio artístico ejecutado por medio de los servicios postales. De inmediato, el artista relaciona la técnica con el uso que hace de algunas imágenes de muerte, pues la obra emplea recortes de cadáveres aparecidos en diarios impresos, que en sus palabras eran (con perdón de los deudos, dice Rodríguez), “estéticas” para la propuesta de arte-activismo de la época.

Crítica política y social en cada muro, las obras denuncian por un lado la violencia en el país, la situación económica y la instrumentalización del sexo por parte de la prensa en los años 80, época en la que se produjo gran parte de lo que ahora consiste la muestra.

Detalles de la obra de Herbert Rodríguez en exposición.
Detalles de la obra de Herbert Rodríguez en exposición.
/ Herbert Rodríguez/ Reproducción de Antony Niño de Guzmán/ El Comercio

Mucha gente dice ‘esto no es arte’. Yo comencé una línea de trabajo experimental, yo tengo formación de artista plástico, todo el bagaje de un artista con formación en escuela de arte. Pero esos no eran recursos válidos o útiles si estás en la escena del espacio público”, cuenta Rodríguez, a quien le llovieron críticas cuando se revelaron algunas de las piezas que expuso en Venecia, destacando un pene de cartón, como los que son dibujados en baños públicos, pero decorado con imágenes eróticas. “En la época no había debate. Éramos tan marginales que nadie se daba cuenta ni le interesaba qué estaba pasando en la escena alternativa. Pero en 1985, en la Bienal de Trujillo, presenté un collage. Como me hace recordar mi curador, nunca me volvieron a invitar a otra bienal (risas). Lo tomaron como una agresión”, contó.

En los 80, Rodríguez llegó a plasmar sus obras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en desafío a la presencia de Sendero Luminoso. ¿Dónde está hoy el arte contestatario? “Creo que el neoliberalismo ha hecho un trabajo eficiente para adormecer conciencias y para desactivar cualquier pensamiento crítico. Se supone que debería estar en los grafitis, en el arte urbano, pero, y es igualito al arte de galerías: está cayendo en una opción estética, pero sin filo político”.

DATO

“La paz es una promesa corrosiva”, de Herbert Rodríguez. Espacio Juan Pardo Heeren del ICPNA del centro de Lima (jirón Cuzco 446, Cercado de Lima).

Curaduría de Jorge Villacorta y Viola Varotto.

Del 13 de octubre al 17 de diciembre. De martes a sábado de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.