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Pu Mapuche
Enrique Planas

Cuando llegó a Chile, en 1999, sintiéndose un exiliado económico del Perú, se dedicó a estudiar las fotografías históricas del país sureño. Entonces Luis Sergio se preguntaba por qué no había fotos de los mapuches en los archivos, si en el colegio había aprendido que este pueblo originario, guerrero y nómade había enfrentado tanto a los incas como a los españoles. En el país oficial que empezaba a conocer, no había registro visual de una cultura desconocida para muchos, y por ello incómoda y temida. Comenzó a conversar con estudiantes y profesores de Antropología de la Universidad Católica de Chile buscando respuestas. Lo que obtuvo fueron algunos datos y contactos valiosos para salir a buscarlos.

Luis Sergio (Lima, 1979) inició su aprendizaje como corresponsal escolar del diario El Comercio, descubriendo tempranamente el oficio fotográfico al lado de los veteranos del lente. Luego de seguir sus prácticas en otros diarios locales, partió a Buenos Aires a continuar sus estudios y trabajar como reportero gráfico en el diario "La Nación". Luego partió a Chile, donde se sumó al equipo de fotógrafos de "La Tercera". No fue hasta el 2004 que, con algo de dinero ahorrado, partió al sur, al territorio de la Araucanía.

"Fue emocionante. Al bajar del bus, descubrí un paisaje completamente diferente. Pensé que había llegado donde los incas no pudieron", recuerda Sergio, quien transitaría desde la costa de Puerto Saavedra y las cercanías del lago Budi hasta la laguna Icalma en la frontera con Argentina. Años después, registró la presencia mapuche en la propia capital, Santiago de Chile, siempre estableciendo una relación de confianza con aquellas familias. "Me favoreció mi color de piel. Bastaba ponerme un poncho y pasaba piola como mapuche. Esa fue mi ventaja, y la aproveché al máximo", explica el fotógrafo.

Al principio, el artista recuerda que quería hacer fotos todo el tiempo, a la manera de un reportero gráfico, urgido por la foto que captara el instante. Sin embargo, poco a poco aprendió que esa actitud le impedía acceder a un aprendizaje más vital. "Yo tenía que quedarme a aprender de ellos, a ser parte de ellos. Quería acercarme a la sabiduría mapuche. Y terminé siendo adoptado por ellos. Los viejos del pueblo me decían bromeando: 'Tú no deberías estar acá. Qué hace un inca con nosotros?'", recuerda.

LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO
Con el financiamiento otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, luego de presentar una ambiciosa exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago en marzo pasado, Luis Sergio pudo publicar el libro "Pu Mapuche" (Los mapuche), presentado ayer en la feria . La edición contiene sesenta y cinco fotografías captadas a lo largo de una década, durante sus largas estadías en la Araucanía.

Por cierto, sesenta y cinco fotografías seleccionadas en diez años nos dan una idea de la rigurosa exigencia del artista para elegir sus imágenes. "Llevaba cuatro años de trabajo y las fotos que había tomado no me decían nada. Quizás había solo cinco buenas. Sentía que no tenía aún la madurez para acercarme a la cultura", afirma.

¿Cuándo un trabajo tan ambicioso como este puede considerarse terminado? Para el fotógrafo limeño nacionalizado chileno fue una experiencia trágica la que marcó el inicio del fin: la muerte de José Nahuel, amigo mapuche de solo 33 años, en un accidente de carretera. La ceremonia fúnebre duró cuatro días en el pueblo de Collileufu Grande, en la provincia de Cautín. En esta cultura, a los funerales se les llama heluhún, un rito sagrado que busca asegurar el buen viaje del alma del difunto al más allá. La madre de Nahuel lo animó a registrar esta ceremonia vedada a los ojos occidentales. Él lo hizo, aunque nunca se acercó al ataúd. Era demasiado doloroso.

"Estaba tan adentrado en su cultura que siempre querías más. Pero entonces sentí que ya tenía todo y que tenía que parar. Muchas de las personas que podían acompañarme en la exposición de estas imágenes ya no estaban. Muchos habían muerto", lamenta.

Para Sergio, exponer su trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes, institución central en la cultura oficial chilena, fue una demostración de que corren nuevos tiempos en el país del sur. "Aunque no faltó quien se sintiera incómodo, si Bellas Artes me abrió sus puertas fue porque había llegado el momento de cambiar. ¡Y hubo 54 mil visitas! Para los mapuches, haberse visto retratados en el museo fue como una reivindicación a su sangre", dice.

"La relación entre los mapuches y el Estado Chileno siempre ha estado marcada por el enfrentamiento. Unos con piedras y otros con su máquina represiva. Sin embargo, el nuevo gobierno busca que haya paz en la Araucanía. Y para alcanzarla, debe aprender a escuchar a todas las partes, a todas las comunidades mapuches con necesidades diferentes", opina el fotógrafo.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Feria Lima Photo 2018. Parque Salazar, Miraflores.
Horario: 25 de agosto, de 4 a 9 p.m.; 26 de agosto, de 2 a 9 p.m.
Ingreso: libre.

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