Su nombre significa “golondrina de los campos medicinales”. Fue su abuelo quien se lo reveló a través de un sueño. En ese sueño, primero le mostró un hermoso campo lleno de flores amarillas y luego golondrinas volando. Al despertar, Chonon Bensho lloró de felicidad.
Los shipibo-konibo contemporáneos suelen tener dos nombres: un nawan jane (nombre mestizo o extranjero) usado en documentos oficiales, y un janekon (nombre originario) en su lengua materna. Con el apoyo de su esposo, en el 2022, la artista inició un proceso legal contra el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) para cambiar el nombre que figura en su DNI (Frecia Astrith Gonzales Agustin) por Chonon Bensho.
“En primera instancia, mi solicitud fue rechazada. Los representantes del Reniec me sugirieron que usara mi nombre indígena como apodo o seudónimo artístico. Sentí como si me golpearan en la espalda al escuchar eso. Fue una degradación. Apelé y, en segunda instancia, obtuve una sentencia favorable. Sin embargo, debido a demoras en la notificación de esta, el expediente sigue en la Segunda Sala de la Corte Judicial”, lamenta la artista.
Esta iniciativa de Chonon marca un hito, siendo la primera vez que una mujer indígena toma acciones legales contra el Reniec para poder usar su nombre shipibo en documentos oficiales.
La artista, de 32 años, nació en la comunidad shipiba de Santa Clara, en el distrito de Yarinacocha, provincia de Coronel Portillo, región Ucayali. Se formó artísticamente en la Escuela Superior Eduardo Meza Saravia, en Pucallpa, donde estudió desde pintura hasta bordado. Su más reciente obra, “Eariki” (que significa ‘Yo soy’), está inspirada en el proceso judicial que la artista inicio contra la Reniec y que lleva cerca de tres años.
“Durante la pandemia, después de ver la serie de Andy Warhol (icónico artista que desempeñó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del pop art), le dije a mi esposo que quería hacer algo similar con mi pasaporte, mi DNI, incluyendo mi foto y una foto de un viajero francés. Así nació ‘Eariki’. No soy de protestar, pero creo que con esto puedo lograr algo significativo para los pueblos indígenas”, refiere.
“Lucho porque siento que estoy en un proceso donde a la gente le cierran el camino. Lo que estoy haciendo no es por capricho; lo hago porque es mi derecho que mi nombre, el que me dieron mis abuelos, figure en mi DNI. También lo hago para darles presencia a aquellos que nunca pudieron registrar sus nombres, ofrecerles un espacio y hacerles sentir vivos a través de mí. El día que lo consiga, sentiré una profunda felicidad”, acota.
A nivel estético, ‘Eariki’ fusiona arte indígena con elementos del pop y realismo social mediante la técnica de reproducibilidad. Bensho modifica imágenes estampadas en tela, como mapas de Perú, DNIs, pasaportes y una ilustración del siglo XIX de una pareja konibo, bordándolas con diseños kené, un símbolo central de la identidad de las naciones indígenas de la familia Pano. Este proceso propone una modernidad que permite ser plenamente moderno sin dejar de ser shipibo-konibo.
Herencia ancestral
Chonon Bensho heredó la pasión por el arte de sus ancestros. Aprendió a curar con plantas antes de asistir al colegio y a bordar antes de aprender a leer.
“Mis abuelas tenían ese don artístico. Para crear mi obra, reuní todos los trabajos que ellas habían hecho: su bisutería, bordados y cerámicas. Para mí, esto nunca fue solo artesanía; siempre lo vi como arte, porque cada una se expresaba a su manera y plasmaba sus sentimientos en sus creaciones”, finaliza.
La exposición “Eariki” de la artista Chonon Bensho, curada por Pedro Favaron, estará abierto al público hasta finales de julio en la galería 80M2 Livia Benavides, en Malecón Pazos 252, Barranco. ‘