Tras una espera larga y angustiosa, el Ministerio de Cultura publicó las bases para postular a su programa de apoyo económico para enfrentar la pandemia. A partir del 6 de julio, artistas y gestores podrán tentar este subsidio, diseñado para la recuperación de las industrias culturales así como la creación y difusión del patrimonio cultural inmaterial.
Este programa recogió aportes y propuestas de líderes del sector reunidos durante tres semanas en 59 mesas de diálogo, con una asistencia virtual de más de 1,400 participantes. Para valorar el resultado, El Comercio convocó opiniones expertas para pensar las oportunidades que abre este plan. Como explica Sandro Venturo, el sector cultura ha sido y sigue siendo un sector postrado. “De ambos lados. Quiero decir, desde el Estado y, disculpen la autocrítica, desde el lado de los productores culturales. De un lado, la cultura vista como la penúltima rueda del coche de las políticas estatales, apenas reducida a la protección del patrimonio arqueológico. Y del otro lado, a la informalidad y el insuficiente profesionalismo”, señala para el sociólogo, esta iniciativa del Ministerio no hace sino aceptar esta realidad y, sobre ella, busca apoyar y reconocer a una gran diversidad de agentes culturales, formales e informales, individuales y colectivos, que generan valor material e inmaterial. “Y hace algo más, busca evitar el bono y, más bien, estimular la reactivación de un sector imprescindible para el desarrollo y la identidad de todos los peruanos. En épocas de crisis, es imprescindible. Y la forma en que se propone, audaz. Ojalá esta crisis nos lleve a pensar, de ambos lados, la cultura a otro nivel”, dice.
Para Marco Muhletaler, director del Centro Cultural PUCP, con esta acción el Ministerio empieza a saldar sus deudas pendientes. “Seguramente 50 millones de soles no serán suficientes para lograr sacar al sector cultural del subdesarrollo en el que vive, y seguramente existirán muchas otras maneras de enfocar estos apoyos, pero rescato con optimismo esta acción sin precedentes, por lo que declaran sus líneas de apoyo: la necesidad de sostener y atender al trabajador cultural independiente, a las organizaciones culturales e impulsar el replanteamiento de actividades que, con toda seguridad, no serán iguales después de lo vivido”, afirma.
Tras leer sus bases, el gestor cultural Juan Carlos Adrianzén destaca la atención de diversos sectores de manera específica: artes, industrias culturales y patrimonio inmaterial. “Nuestro ecosistema cultural es tan amplio, diverso y complejo que requiere precisamente un tratamiento sectorizado”, explica. Sin embargo, para el reconocido productor teatral resulta preocupante lo complejo que resulta postular a esta convocatoria, imaginando el engorro administrativo que supondrá para muchos de los trabajadores culturales y organizaciones tentar a estos fondos. “Los funcionarios del Ministerio tienen ahora un arduo trabajo para orientar a los postulantes, un sector que no está acostumbrado a participar de este tipo de convocatorias o procesos”, afirma.
Sin embargo, para el reconocido productor teatral, resulta preocupante ver lo complejo que resulta esta convocatoria en línea. “Imagino el engorro administrativo que supondrá para muchos de los trabajadores culturales y organizaciones tentar a estos fondos. “Los funcionarios del MinCul tienen ahora un arduo trabajo para una orientación plena de los postulantes, un sector que no está acostumbrado a participar de este tipo de procesos”, afirma. “Es importante procurar que los recursos lleguen a quienes más lo necesiten”, añade.
Sergio Llusera, director del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, duda que los 50 millones destinados para el apoyo al sector resulten significativos. “Es Una ridiculez”, afirma. “¿50 millones para todas las actividades culturales, de los cuales solo llegarán 38 millones para los trabajadores y organizaciones no vinculados con patrimonio? Diversos estudios señalan el alto volumen de generación de empleo que genera el sector (entre 100,000 a 500,000 puestos de trabajo, según los estudios), que supera en números a sectores importantes de la economía. ¿Por qué esa mirada despectiva, que excluye en sus discursos a lo cultural, cuando es un sector que para un país como el nuestro es piedra angular (o debería serlo) de su desarrollo?”, se pregunta.
Asimismo, para Llusera, aun no quedan claros algunos aspectos de la implementación de dicho monto: “Me pregunto por qué existe un fondo para el replanteamiento de la oferta de bienes, servicios y actividades culturales al contexto generado por la declaración del Estado, que en la práctica puede ser parte de los apoyos a organizaciones culturales y/o a trabajadores culturales. Ello es un ejemplo del exceso en la amplitud en las bases, que deviene en un exceso de procedimientos y categorizaciones que pueden constituir en barreras de entrada a estas postulaciones para los trabajadores y organizaciones más vulnerables a la crisis, con menor nivel de formalización jurídica y -probablemente- menor experiencia en el acercamiento a estos procesos excesivamente formalizados”, explica.
En el mismo sentido, el pintor huitoto Rember Yahuarcani nos comparte su mayor preocupación: que los apoyos no lleguen a las personas que realmente lo necesitan y que continúan afectados por la pandemia, a causa de unas bases tan extensas, plagadas de tecnicismos. “¿Qué harán con los lugares que carecen de internet? ¿Como llenarán los formularios online? ¿Quedarán nuevamente al margen del apoyo del Estado?”, se pregunta. “Es destacable el trabajo de la Dirección de Patrimonio Inmaterial, sus formularios sencillos harán que la postulación sea más efectiva, aunque el presupuesto para apoyar a las personas que mantienen la memoria viva del país me parece un insulto. Ellos necesitan un mayor apoyo económico para seguir dando continuidad a los saberes ancestrales. Son los pilares de muchísimas generaciones. No los tratemos como seres inferiores”, reflexiona.
Al pintor Christian Bendayán, los cincuenta millones de presupuesto le parecen también una suma irrisoria para tratar esta grave crisis. “Especialmente en los montos consignados para el Patrimonio inmaterial, si los comparamos con otros presupuestos que destina el Estado a proyectos celebratorios o publicitarios que suelen hacer uso y apropiación del aporte y la imagen de la gente que conserva esta riqueza cultural”, advierte. Para el artista, urge la implementación de un asesoramiento para la interpretación de las bases y el llenado de formularios en las Direcciones Desconcentradas en las distintas regiones, lo que permitirá la incrementación de postulantes. “Por lo general, muchas personas se inhiben de postular por considerar dificultoso el llenado de las fichas, conseguir medios probatorios oficiales y la impresión de la prioridad que se le ha dado en reiteradas oportunidades a las postulaciones hechas desde Lima”, dice Bendayán.
“En la Amazonía, la comunidad artística no solo se ha visto afectada económicamente, también han muerto muchos artistas y deteriorado la salud de cientos de ellos, por lo que aún faltaría por atender a aquellas familias de artistas que fallecieron, quedando sin sustento económico. Esperemos que para la difusión de la convocatoria hagan uso de diversos medios de comunicación como la tv y la radio, y coordinen con federaciones para que llegue a más gente”, añade el artista.
Apoyo a la memoria
El curador independiente José Carlos Mariátegui, fundador de Alta Tecnología Andina – ATA, destaca especialmente los apoyos orientadas a la producción de contenidos vinculados a la memoria comunitaria, tradiciones orales, promoción y difusión de arte tradicional, danza y música tradicional. “Eso generará más de 500 contenidos diversos (escritos, sonoros, audiovisuales) provenientes de todo el país”, afirma. Para ello el Ministerio deberá trabajar urgentemente en una Plataforma Digital Cultural Pública con mecanismos de e-learning y con estrategias de difusión eficientes. “Deberá ser un archivo de la memoria reciente peruana y por lo tanto debe pensarse en cómo será resguardado este contenido a futuro por alguna de las instancias del Ministerio de Cultura, como el Archivo General de la Nación”, señala el experto.
Sin embargo, como alerta el dibujante arequipeño Omar Zevallos, si bien esta línea de apoyo económico es fundamental, no incluye a cientos de artistas independientes que no forman parte de ningún colectivo ni organización cultural establecida formalmente. “Estoy pensando en actores, cantantes, pintores, artesanos, historietistas e investigadores dedicados a la cultura, que no están percibiendo ingresos desde hace meses y que tampoco podrán aplicar a esta suerte de bono. No existe un registro de gestores y artistas que permita conocer el universo que debiera atender el Estado”, lamenta.
Para Jerónimo Pimentel, editor de Penguin Random House, ya publicados los criterios para la concesión de las subvenciones, el reto será asignarlos con celeridad y transparencia, acompañándolo de un plan ambicioso de adquisiciones aún pendiente. “Solo entonces estaremos empezando a ver resultados que podrían atenuar en algo la grave crisis económica del sector”, afirma. “El Ministerio tiene que entender, y empezamos a recibir señales de que es así, que su misión hoy es de protección y sobrevivencia, luego de lo cual debería, junto con los gremios respectivos, sentar las bases de la dinámica cultural pospandemia”.
Para imaginar el futuro
En efecto, todos los entrevistados coinciden que las complejas circunstancias que vivimos han servido para hacer visible la fragilidad del Ministerio de Cultura como institución en una década de funcionamiento. Muhletaler espera que los apoyos recibidos puedan contribuir también con la formación y formalización del sector. “Necesitamos, a gritos, más herramientas que nos permitan fortalecernos y trabajar más de la mano unos con otros”. En ese sentido, Juan Carlos Adrianzén añade: “Pienso que no debemos perder de vista este momento para lograr mayores reflexiones que involucren a los actores culturales, los funcionarios de Estado y la ciudadanía en general, sobre la razón de ser del Mincul”.
VEA EL VIDEO
Francia: el Palacio de Versalles reabre sus puertas
LE PUEDE INTERESAR
- Ministro de Cultura sobre el caso Richard Swing: “No podemos desperdiciar un sol”
- Andrés Avelino Cáceres cumple 100 años como mariscal: un ejemplo para los tiempos de resistencia
- Un museo de campaña: 200 artistas participan en campaña de apoyo al personal sanitario más necesitado
- Clint Eastwood: las 8 mejores películas del maestro del cine, según los expertos
- Ella canta sola: en “A capella” Susana Baca nos entrega solo su voz para reconfortarnos en tiempos difíciles | ENTREVISTA