Dice la curadora Victoria Guerrero que en sus trabajos Nereida Apaza “usa el hilo como si usara un lápiz”. Esa destreza se remonta a su historia familiar, pero se reafirma durante el último año que estudió en la Escuela de Arte Carlos Baca Flor, en Arequipa. La falta de dinero para comprar los óleos que necesitaba para presentar su propuesta de fin de curso unió su destino a los materiales que su madre utilizaba en su labor de costurera. “El uso de las telas e hilos surge de la necesidad, pero también por el vínculo femenino con mi madre. He crecido jugando con la máquina de coser por eso, al requerir un soporte, bastó con voltear la mirada. Lo que encontré fue un tesoro que me sirvió para empezar a descubrir otras muchas cosas”, cuenta la artista. Posteriormente investigó nuevas posibilidades técnicas, dentro de ellas la serigrafía que se usa sobre tela. Así empezó su celebrada serie de cuadernos escolares donde simula la textura de las hojas cuadriculadas, rayadas o doble línea que usaba durante su paso por el colegio. Esta vez, con “La existencia de nosotros”, Nereida continúa con el minucioso bordado que la caracteriza para abordar partes específicas del cuerpo que nos permitan mirar al interior de lo seres humanos. Huesos, piel, músculos, pulmones y hasta cabellos exponen lo que ella llama “la fisiología de nuestras emociones”.
- Tus trabajos siempre han estado ligados a la memoria y a lo femenino.
Mucho. El Perú es un país con un legado cultural muy valioso y me he sentido como heredera de la tradición del tejido precolombino porque durante siglos se ha hecho un trabajo delicado y hermoso. Hay que seguir indagando en esta técnica. También me acerco a mi madre, a su cariño y trabajo como una labor asociada a lo doméstico, al ámbito del género femenino y a sus roles. Trato un poco de subvertir esa idea de que solo las mujeres bordamos. Me sirve además para cuestionar y reflexionar sobre problemas sociales mucho más fuertes como la violencia de género o la discriminación.
"Son radiografías de pulmones con COVID-19 y dentro de ellas he escrito, como si fueran el aire que necesitamos respirar, palabras positivas que debemos cultivar en nuestra sociedad".
- ¿Cuál ha sido tu motivación para la creación de estas últimas obras?
Es un poco reflexionar sobre el tiempo que nos ha tocado vivir, que vivo ahora con 42 años y un hijo. Siento que en todo este tiempo (hablo de la pandemia) hemos detenido nuestros relojes. Hemos dejado de hacer tantas cosas vitales como estar cerca a otros seres humanos. Hemos tenido tanto miedo que ahora que empezamos a salir de nuevo recién nos damos cuenta de que han pasado cosas en nuestro cuerpo. El dolor de lo vivido me hace cuestionar nuestra propia existencia y cómo estamos viviendo. Hago representaciones del organismo pero vinculadas a cómo este funciona emocionalmente. Es como una microescala del gran organismo que puede llegar a ser la sociedad.
- ¿Es solo un reflejo general de la sociedad o también de ti misma?
En toda la muestra se representa partes del organismo, pero en la serie “Sillas y sombras” que presento hay ausencia de personas. Se cambian a los seres por objetos en diferentes posiciones. En vez de una madre con su hija pongo, por ejemplo, una silla con una más pequeña encima.
- ¿Es casualidad que la secuencia cronológica de esta serie inicie en el año en que naciste?
Empieza en 1979 hasta el 1 de agosto de este año. Son fechas que recuerdan eventos importantes en mi vida, cosas fuertes, personales, relacionadas a mi familia. La crisis económica, el terrorismo están ahí plasmados, nuestra vida comunitaria y personal. Son situaciones que marcaron mi vida, que he vivido o me han contado. Esa sombra tan marcada que tienen todas las sillas tiene que ver con las luces y sombras de la vida, con lo bueno y lo malo, el odio y el amor, cosas contrapuestas pero que a la vez se complementan. No reconoceríamos la luz si no hubiésemos estado alguna vez en la oscuridad. La obra marca mucho la ausencia, pero también obliga a pensar en que uno mismo podría estar en ese espacio vacío.
- El bordado de tus obras incluye frases poéticas. ¿Qué papel tienen dentro de esta muestra?
He hecho uso del lenguaje como un detalle técnico más. No soy de formación literaria, pero siento la poesía como una forma de expresión hermosa. En esta ocasión el bordado y el dibujo de la palabra es algo que predomina, construyen y complementan imágenes que en su conjunto tratan de acercar al observador a estos procesos de reflexión sobre la existencia.
- Si tuvieras que elegir alguna de las obras que presentas, ¿cuál sería y por qué?
La serie “Menstruación” es la que siento más lograda. Es sobre ser mujer y lo que significa serlo. Empiezo hablando de mi padre porque en nuestra sociedad está muy separado lo masculino de lo femenino, no se complementa sino que divide. Ese poema y otros son como si me curaran una herida. Con el solo hecho de decirlo siento que estoy encontrando una respuesta y sanando mis propias insatisfacciones y reclamos porque he estado guardando muchas palabras.
- Otra obra que llama la atención es “Respirar”, que tiene escrito nombres de virtudes y valores.
Son radiografías de pulmones con Covid y dentro de ellas he escrito -como si fueran el aire que necesitamos respirar- palabras positivas que debemos cultivar en nuestra sociedad. En este tiempo ha habido tanta indiferencia, aprovechamiento, el miedo nos hizo encerrarnos, olvidamos ser solidarios. Fue un tiempo muy difícil, por eso siento que todos necesitamos respirar esos valores; si todos fuéramos más empáticos, tolerantes y respetuosos, seríamos mejores.
- ¿Aunque a veces parezca que es el ser humano quien está propiciando su propia extinción?
Yo no podría ver a mi hijo a los ojos si sintiese que el ser humano no se dirige hacia algo mejor, no quiero pensar que nos vamos hacia la oscuridad y que no hay esperanza. Las guerras, las crisis, el cambio climático, todo nos habla de un desastre, pero yo creo que la naturaleza y la vida se impondrán.
Lugar: Galería Del Paseo. Dirección: Gral. Borgoño 770, Miraflores. Visitas: Hasta el 3 de setiembre. De lunes a sábado desde el mediodía.
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