Este año, el Comité de Subasta del Museo de Arte de Lima (MALI) cumplió 25 años. Sin embargo, el aniversario de bodas de plata llega en los tiempos más negros para el museo, con todas sus actividades truncadas por la pandemia y la obligación de pensar estrategias creativas.
En este contexto surge el ciclo Tú/Yo con el MALI, plataforma virtual que ofrece, a lo largo de 10 semanas, conversaciones con artistas, arquitectos y diseñadores, guiadas por el curador Max Hernández y el arquitecto Paulo Dam. Se trata de un espacio de diálogo previo a la subasta del museo, aún sin fecha pero cuyo formato online ya se prepara.
A través de estos eventos el MALI busca difundir entre públicos nuevos los discursos y debates más urgentes del arte contemporáneo. En tiempos de confinamiento, la creación es el espacio más reconfortante para enfrentar la incertidumbre y conectarnos con los demás. Convocados por El Comercio, Armando Andrade, presidente del Comité de Subasta del museo, y el curador Max Hernández echan luces sobre un panorama oscuro, pero del que, están seguros, saldremos fortalecidos.
– El sistema del arte ha entrado a cuidados intensivos, con museos y galerías cerrados por la pandemia. ¿Cómo creen ustedes que será la nueva normalidad?
Armando Andrade: Por el acceso que tenemos hoy a la información, y por la forma en que vamos a trabajar en el futuro, creo que las sociedades van a orientarse cada vez más a la cultura y el conocimiento. En segundo lugar, algo evidente es que la obra de arte debe ser vista físicamente, es muy complicado suplir esa experiencia. Ciertamente, se están trabajando con medios virtuales, pero ver las piezas tradicionales resulta indispensable.
Max Hernández: Tomando tu metáfora médica, podemos decir que, en verdad, el mismo sistema del arte venía con una dieta de anfetaminas bien ‘heavy’. En ese sentido, es un parón muy claro de un ritmo desenfrenado y loco. Por ejemplo, si vemos el aparato comercial en particular, tuvo en las ferias un impulso enorme, pero resulta demencial que, al año, se inaugurara en el mundo una feria cada día y medio. Es un ritmo insostenible. Ese mundo de instituciones y galerías se ha visto frenado en seco. Pero esa es la punta del iceberg. El grueso del campo artístico no tiene esa visibilidad ni esos espacios de exhibición. Viven en condiciones precarias, y muchos viven hoy en la miseria.
– Este parón obligado ha evidenciado la difícil relación del Estado con la cultura. Recién se ha visto la importancia de algo que se clamaba por años, un registro de creadores...
Armando Andrade: Levantar esa data es fundamental para tomar decisiones. Esa forma tan informal en la que hemos vivido no nos ha permitido tener una voz gruesa, que realmente se haga sentir, que pueda hacer entender a la sociedad de la importancia de la cultura en un país como el nuestro. Y, por ello, el mundo cultural no está en la agenda. La idea de la cultura en este país es preservar lo que tenemos. No hay más reflexión ni presupuesto para otra cosa.
– Una “voz gruesa” se refiere a la falta de líderes de opinión en la cultura. ¿Como ves tú esta ausencia de liderazgo?
Max Hernández: En general, la cultura no ha tenido mayor protagonismo en el país. Hay que recordar que el Ministerio de Cultura se creó en el 2010, que en términos de historia republicana son solo los últimos 20 minutos. Eso demuestra el sitial que tiene la cultura en el imaginario del Estado. Pero además, si el Ministerio de Cultura es la última rueda del coche de todo el aparato estatal, el campo artístico resulta la última rueda dentro del propio ministerio. Si no hay un oído que preste atención a este campo, tampoco habrá mucho espacio para que voces graves se entrenen.
– ¿Cómo avizoran el imaginario colectivo de los artistas locales? ¿Qué creen que surgirá como nuevas temáticas pospandemia?
Max Hernández: Es difícil saberlo. Aquí hay una experiencia compartida muy amplia, que estamos viviendo aquí y en todo el mundo. Estamos viviendo el lado oscuro de la globalización, una incertidumbre general. Puede que en el imaginario aparezca la idea sobre la pérdida del espacio público, y una sensación de fronteras y límites que se transgreden. Todo el universo de lo microscópico ha adquirido una importancia en particular, también. Todos tenemos la imagen del coronavirus en la cabeza.
Armando Andrade: Adicional a ello, está el fenómeno del miedo. El virus nos ha puesto la muerte enfrente. Las personas que tenemos más de 60 años somos el grupo de riesgo, y tenemos miedo. No me cabe duda de que el cuerpo y su cuidado estarán en la agenda de los creadores. Todo el tiempo eres consciente de eso. Asimismo, el sentido del espacio ha cambiado profundamente. En los últimos años habíamos imaginado el mundo como algo pequeño y accesible. Ahora se nos ha hecho inmenso nuevamente. Esa presión traerá cosas nuevas, no hay duda. Vamos a ver qué sale de todo esto.
-Esperemos que no salgan émulos de Hopper por todas partes....
Max Hernández: (ríe) Con el original estamos bien.
Armando Andrade: En los últimos años hemos visto una dinámica del mercado muy distinta. Hace 10, 15 años había una preocupación local, con artistas locales, con los que se podía estar muy cerca. Eso ha cambiado por las ferias en los últimos 5 años, por esta capacidad de movilizarte en el mundo en de manera radical. La mirada para la compra del arte es mucho más amplia, más internacional. Y yo creo que allí ha habido un cambio no sé si positivo o negativo. Por un lado, las galerías locales han sufrido mucho. Pero por otro lado, los artistas buenos de aquí están siendo vistos desde fuera y los compradores están más afuera que adentro. Yo lo que creo es que una situación de esta naturaleza, se volverá mucho más relevante la obra local. Ojalá que nuevamente el interés se desplace a la mirada del artista local, a la preocupación de lo que sucede con nosotros. Ojalá eso forme parte de lo que viene.
VEA EL VIDEO
La entrevista a Hernandez y Andrade vía Skype
LE PUEDE INTERESAR
- Fito Espinosa: descarga los dibujos de la nueva serie del artista peruano y pinta con tus hijos
- Museos peruanos en cuidados intensivos: un debate con los responsables de los tres mayores museos privados de Lima
- Christian Bendayán: “El ruido no va a parar hasta que Loreto sea atendido”
- ART LIMA: ¿Cuál es la estrategia más relevante para combatir la crisis del sistema del arte?
- Rochi del Castillo: “ArtLima se adecúa a los cambios inciertos”