La partida de Rafael Hastings ocurrió en marzo del 2020, en los días que empezaba la emergencia sanitaria. El músico Manongo Mujica, su amigo de medio siglo, recibió la devastadora noticia en Paracas, y apeló a conversar con él desde el sonido: buscando ritmos y melodías que pudieran, de alguna manera, mantener viva la comunicación entre ambos.
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Recordaba la voz del pintor cuando le animaba a componer aprovechando crisis y dramas personales. Con el humor británico que lo caracterizaba, le decía “Qué suerte tienes, ahora tienes el material para poder componer de verdad”. Y muy verdadero fue este proceso en que a una primera melodía se sumaron los aportes de sus hijos, Cristóbal, Daniel y Gabriel, quienes involucraron luego a la reconocida Pauchi Sasaki y al cellista José Quezada. Cuando sintió que musicalmente narraba la atmósfera de diversos cuadros del amigo, decidió grabarlo. Lo habló con Yvonne von Mollendorff, esposa de Hastings, y ella advirtió en ese material sonoro la pista para una coreografía que empezó a crear en simultáneo. Así es como se llega a “Del Cuarto rojo”, título del más reciente disco de Mujica, y motivo de una transformance multidisciplinar en ocho cuadros (término híbrido entre performance e instalación), que von Mollendorff presentará del 5 al 8 de mayo, convirtiendo el Museo de Arte Contemporáneo de Lima en un escenario para convocar su memoria. Esta propuesta escénica es parcialmente financiada por la organización Iberescena (Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas Iberoamericanas).
“Me siento muy feliz con este proyecto con Yvonne, porque creo que es la primera vez que hemos trabajado Rafael, Yvonne y yo juntos”, afirma el músico. Es curioso, comentan ambos, pues las asociaciones siempre se habían dado de a pares. A veces con el pintor, otras con la coreógrafa. “La vida es muy misteriosa. Ha tenido que partir Rafael para que, de pronto, nos demos cuenta de que queríamos tenerlo presente en un trabajo conjunto. Esta es una manera de evocarlo y de revivir con él una experiencia creativa como a él le hubiera gustado”, explica el multiinstrumentista. “Del Cuarto Rojo” recrea en el espacio escenas que aluden a ocho situaciones específicas del imaginario prehispánico (evocando al color rojo usado en el arquitectura precolombina) transportado al presente, escenas que a la vez se relacionan con las piezas musicales creadas a partir de éstas.
Desde fuera, podría creerse que la pintura, la música y la danza son lenguajes difíciles de poner en diálogo. Sin embargo, para estos tres maestros, siempre resultó natural. En efecto, a lo largo de cinco décadas, la obra de Rafael Hastings cruzó disciplinas y desafió prácticas establecidas. Desde los años sesenta, su creación estuvo profundamente vinculada con la danza, al estudiar arte en Bruselas y mantener relación con el ballet de Maurice Béjart. Luego, junto a su pareja Yvonne von Mollendorff, abordó esta temática en su pintura y audiovisuales, que contaron con la frecuente colaboración musical de Mujica. Para el músico, hay un ritmo secreto que sirve como un elemento unificador. “En el caso de Rafael resulta muy claro, porque él es un poeta de la imagen, mientras que la música también tiene un elemento poético. Su pintura era un palimpsesto de lenguajes simultáneos, la escritura era parte de su pintura, rica en eruditas referencias musicales y literarias, al pasado precolombino, al arte del renacimiento, a las composiciones de Mahler. El inventó una ficción borgiana en su propio personaje para soportar esta creatividad infinita que lo caracteriza”, afirma. “Nosotros, de alguna manera, lo que hacemos es recrear un cuadro imposible, quizás el que algún día soñó que íbamos a pintar juntos”.
¿Qué pensaría Rafael de este trabajo colectivo? Para Yvonne, su esposa por 53 años, sin duda estaría sorprendido, porque Manongo, afirma, lo ha pintado con su música. “No a su persona, sino a los grandes temas que él abordó: el desierto, el mar, la vulnerabilidad del cuerpo, la fecha de caducidad. Eso es lo que él ha captado con su música y yo a través de mis bailarines” explica.
Si bien “Del cuarto rojo” es un disco compuesto bajo la influencia de la muerte de un amigo, nada más alejado de la intención de Manongo Mujica de ofrecerle un serio réquiem. Por el contrario, como advierte Yvonne, el humor que marcó la amistad entre el músico y el pintor está absolutamente presente en este trabajo. “Yo creo que, al final, Rafael pintaba partituras para que yo las escuche. Él escuchaba sonidos en su pintura y yo veo imágenes en mi música: ambos, de alguna manera secreta, éramos paisajistas”, añade Mujica.
Lugar: Museo de Arte Contemporáneo. (Av. Almirante Miguel Grau 1511, Barranco). Sala 2 Temporada: 5, 6, 7 y 8 de mayo. Doble función: 5 y 6 pm. Entrada: S/ 10 (general) y S/ 6 (estudiantes, niños de 5 a 12 años, adultos mayores)
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