Después del desafinado canto del ministro anterior, a una brillante arqueóloga le corresponde componer la novena sinfonía en la gestión del Ministerio de Cultura. Sonia Guillén (Huánuco, 1953), también antropóloga forense y autoridad mundial en momias prehispánicas, enfrenta un reto mayor: resucitar una institución que, en casi diez años de actividad, aún mantiene enterrada una política nacional de cultura.
Arqueóloga sanmarquina, becaria Fulbright y antropóloga por la Universidad de Michigan, Guillén es responsable de valiosos descubrimientos incas en el sur del país, además de restos momificados de las culturas Chiribaya en Moquegua, Chachapoyas en Leymebamba, y de la mundialmente célebre Dama de Cao en el sitio arqueológico El Brujo, en Trujillo.
Designada en el 2013 directora general de Museos y en el 2018 directora del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, para los especialistas consultados por El Comercio no cabe duda de la sólida formación académica de Guillén, así como su liderazgo en proyectos de gestión pública. “En estos proyectos logró hacer de la investigación científica un material de mediación cultural útil a las instituciones educativas del entorno, tanto en Ilo como en Leymebamba, involucrando a artesanos locales, estableciendo una imprescindible dinámica entre los sitios arqueológicos y las comunidades vecinas”, explica Pedro Pablo Alayza, historiador de arte y director del Museo Pedro de Osma. Para él, la doctora Guillén reúne las cualidades para llevar adelante una buena labor. “Mucho dependerá del apoyo que reciba del Ejecutivo”, advierte.
—Apagar incendios—
Como señala el sociólogo Santiago Alfaro, experto en gestión y políticas culturales, lo primero que deberá conjurar la nueva ministra serán las tormentas políticas coyunturales: el nombramiento de los directores del IRTP y la BNP, el riesgo de colapso de Kuélap, las explicaciones al decreto de urgencia que flexibiliza la protección del patrimonio para 42 obras de infraestructura. Asimismo, en el ámbito programático, hay procesos de alto potencial en marcha que requerirán su apoyo: la aprobación de la política nacional de cultura, la ejecución de los S/16 millones para el fomento de la lectura y las nuevas políticas de interculturalidad que vienen diseñándose.
—Ojo a Chinchero—
Para la historiadora del arte Natalia Majluf, el principal reto de Guillén es urgente: poder explicar por qué resulta “un crimen” instalar un aeropuerto en un paisaje cultural como el de Chinchero, uno de los sitios inca mejor conservados. “Una profesional destacada como ella, que ha trabajado en sitios arqueológicos en paisajes tan espectaculares como el de la laguna Los Cóndores, sin duda entiende que el valor patrimonial de lugares complejos depende de que no se fragmenten o destruyan, como se pretende hacer con el falso argumento de que en la zona donde se construirá el aeropuerto ‘no hay nada’”, apunta la exdirectora del Museo de Arte de Lima.
Como indica el cineasta Joel Calero, el reto de la nueva ministra será convertir la cultura en un acto ciudadano de diálogo con la sociedad y de empoderamiento de lo creativo. Eso es lo que han hecho filmes recientes como “La revolución y la tierra” o “Wiñaypacha”, explica. Incidiendo en la lucha contra la corrupción, la historiadora Mariana Mould de Pease destaca el conocimiento que tiene Guillén de la problemática del sector: “sabe de las triquiñuelas que acechan, desde dentro y desde fuera, a las gestiones ministeriales en estos días”, advierte. La investigadora le pide atender, además de las irregulares construcciones en Chinchero, el mismo proyecto del Museo Nacional de Arqueología, así como el robo de documentos, libros y manuscritos de las bibliotecas y archivos de nuestro país.
—Otros frentes abiertos—
Como señala el pintor Christian Bendayán, el Estado se ha comportado históricamente como un enemigo de la Amazonía y su cultura, desde el apañamiento de la barbarie cauchera a inicios del siglo XX –sin una reparación para sus víctimas hasta el día de hoy–, hasta el Baguaso hace diez años. “En tiempos recientes, los múltiples derrames de petróleo, así como la ejecución de la Hidrovía amazónica, vienen afectando letalmente los ríos y los bosques que son vitales también para la cultura y la espiritualidad de los amazónicos. Es tiempo de una actitud ética y de defensa de la Amazonía por parte del Ministerio de Cultura y que Sonia Guillén, experta en museos, haga realidad, después de tantas promesas, la creación del Museo Amazónico, indispensable para nuestra memoria, identidad y visión de futuro”, dice.
José Carlos Alvariño, presidente de la Cámara Peruana del Libro, confía en que la nueva ministra avance en la consolidación de la institucionalidad del sector, así como en el fortalecimiento de su peso político dentro del Gabinete. En tanto, el dramaturgo Alfonso Santistevan señala que un reto mayor para la actual gestión será el fortalecimiento del apoyo a la producción y difusión de las artes, con una perspectiva multicultural, que aporte mayores incentivos económicos y articule la infraestructura pública para propiciar el continuo encuentro de los creadores con el público.
Como señala la coreógrafa y gestora cultural Karin Elmore, en un contexto político que no le dará mucho tiempo para llevar adelante políticas de mediano y largo plazo, Guillén deberá defender ante el MEF el potencial que tienen el arte y la cultura para el desarrollo económico y social y defender sus predios frente a los políticos hostiles al portafolio.
Son muchas las tareas pendientes de la novena ministra de Cultura, que deberán realizarse sin olvidar el propio fortalecimiento de una institución que, como señala Santiago Alfaro, requiere de mayor liderazgo para hacer reformas institucionales, desarrollar nuevos programas y potenciar otros que han perdido prioridad. “La nueva ministra tendrá que combinar la muñeca política con la visión estratégica y el liderazgo para recuperar la confianza en la institución, ampliar el impacto del ministerio en los ciudadanos y hacer reformas que trasciendan”, concluye el especialista. Está claro: esta novena sinfonía no puede desentonar si quiere llegar al 2021.