Czar Gutiérrez

De pronto una columna de monstruos antediluvianos se alzó en el horizonte. Y empezó a caminar sobre las dunas del mar de Scheveningen, muy cerca de La Haya. Mastodontes de doble corpulencia, iguanodontes de fuerza duplicada, lagartos y reptiles con el pescuezo desmesurado, longilíneos brontosaurios en indómita versión alada. Allí estaban vertebrados de la era posnuclear caminando sin alterar la paz de una playa nudista holandesa. Moviéndose en medio de su ventosa meteorología. Fáciles de domesticar, ondulándose en silencio, agitando una mansedumbre despojada del carácter feroz de sus predecesores. No eran carnívoros. Su dieta tampoco incluía la deglución de hojas o tallos tiernos. Después se supo: aquellas gráciles bestias fabricadas con tubos y botellas descartables solo tragaban viento.

—Tubería Jurassic Park—

“El mar no hace más que subir y esto amenaza con hacer retroceder los límites de nuestra tierra hasta donde estuvieron en el Medioevo. Y todos sabemos que en ese minúsculo trocito que nos va a quedar poco podremos hacer. Por tanto, la gran cuestión es: ¿cómo hacer llegar más granitos de arena a nuestras dunas? Sería fantástico si tuviéramos unos animales que removieran la arena de nuestras playas, que la arrojaran al aire para que, a continuación, el viento se encargara de llevarla hasta las dunas”. , el ingeniero Theo Jansen (Scheveningen, 1948) reflexionaba en 1990 acerca del futuro de la humanidad.

Lejos de quedarse en teorizaciones intelectuales, el ahora considerado como el Leonardo da Vinci del siglo XXI se puso manos a la obra: cortó una determinada cantidad de bloques sólidos, destinó articulaciones y áreas fijas, ejes adheridos a los que llamó chasís, alas de tracción activadas por el viento y unidas a un cigüeñal para accionar las patas. No logró que sus animales acopiaran arena, pero sí que trazaran su trayectoria sobre suelo irregular minimizando las fuerzas inerciales en el aire para impedir su desestabilización.

Theo Jansen consiguió imitar el andar de los animales partiendo del movimiento de una rueda y de unas pocas articulaciones simples, creando una de las máximas síntesis mecánicas para imitar un movimiento tan complejo y natural como el paso de un caballo. Así echó a andar a sus 'strandbeest' (bestias de playa), cuyo diseño contempla un algoritmo evolutivo que utiliza el error y da un salto en la siguiente generación, fosilizando a la anterior.

Las criaturas fantásticas de Theo Jansen se expondrán en Lima. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

La imaginación vuela ante esta figura elaborada, como todas las criaturas de Jansen, con tubos y botellas.

Las criaturas fantásticas de Theo Jansen se expondrán en Lima. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

—Un autómata del papercraft—

Theo Jansen, dios creador contemporáneo, administra su fuente de poder a partir de un adminículo dúctil: el tubo de plástico. Le añade su pasión por la escultura y la selección natural. Así lleva dos décadas alumbrando sorprendentes bestias de las que emana una extraña belleza. Una gran familia con nombres latinos y personalidad individual. El mecanismo Jansen es tan simple como dibujar en papercraft, pasatiempo que consiste en construir modelos 3D sobre papel.

“Las fronteras entre el arte y la ingeniería existen solo en nuestra mente”, dice el hombre que pobló Europa con cuarenta especies escultóricas cuya complejidad mecánica resuelve con cinta adhesiva, pistolas de calor, tubos y recipientes plásticos. Lo sencillo y lo complejo de la mano: pararse, administrar el viento, inflar su musculatura con botellas... y caminar. Jansen empieza en octubre su año de ensamblaje. Hasta la ventosa primavera, cuando las prueba en la playa. Ensayo y error componen el ciclo evolutivo de aquella raza indómita que se dispone a “pastar” en nuestros pagos: están viajando al Perú con la fuerza de aquellos colosos que se escaparon del diluvio universal.

Criatura De la serie "Animaris vermiculus". 

Las criaturas fantásticas de Theo Jansen se expondrán en Lima. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

—Alas y buen viento—

Desde los rudimentarios bichos de 1990 hasta las ágiles y flexibles criaturas de hoy, la evolución biológica de la fauna Jansen compromete una exquisita fusión de arte e ingeniería física en siete períodos evolutivos. Acá tendremos a cinco fósiles frente a dos vertebrados “vivos”. En algún momento los animales de última generación cobrarán vida y caminarán bajo el soplo vital de unos poderosos compresores de aire.

El talento de Jansen ha hecho que se le reconozca como un dios creador contemporáneo. Su obra artística precede su fama.

Las criaturas fantásticas de Theo Jansen se expondrán en Lima. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

¿Qué viene después? Se especula que en alguna caverna-taller el genio creador esconde uno de esos reptiles alados que los naturalistas llaman pterodáctilos y que surcaban la atmósfera de nuestro planeta antes de Noé. Alas de siete metros con las que Jansen prepara su próxima visita: dando un prodigioso salto en el tiempo para atravesar el Atlántico a bordo de semejante belleza tubular. 

"Jansen consiguió imitar el andar de los animales partiendo del movimiento de una rueda y unas pocas articulaciones simples". 

Las criaturas fantásticas de Theo Jansen se expondrán en Lima. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

Más información
“Asombrosas criaturas” de Theo Jansen
Lugar: Espacio Fundación Telefónica (Av. Arequipa 1155, Santa Beatriz).
Horario: de martes a sábado, de 10 a.m. a 8 p.m. / domingos de 12 m. a 7 p.m. 
Del 7 de diciembre del 2016 al 12 de marzo del 2017.
Ingreso: libre.

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