El encuentro de los pueblos americanos y españoles significó la transformación del espacio histórico, económico y político, del orbe, generando nuevo conocimiento, tradiciones, arte, biodiversidad y parentescos. Lejos de ser un episodio histórico puntual, este encuentro constituyó, un rico intercambio de legados hispánicos e indoamericanos cuyas implicancias se siguen proyectando hacia el futuro.
Uno de los aportes más importantes que nos dejó el encuentro de los dos mundos, es la herencia cultural que tenemos y gran parte de ella gracias al idioma. Recordemos que fueron las órdenes religiosas en el continente que proveyeron de gramática al quechua, que hoy es el idioma oficial en nuestro país y se sigue expandiendo, no solo por la tradición oral. El idioma español, sin embargo, es hablado actualmente por más de 600 millones de personas, de las cuales 500 millones son nativas y la tendencia es creciente para las próximas décadas, siendo la segunda lengua más hablada del planeta, lo que constituye en un vínculo poderoso de integración que no debemos soslayar.
El español además de facilitar la comunicación es la fuente de una vasta producción literaria, científica y filosófica que nos engrandece como civilización.
Desde el punto de vista económico, la relación entre América y España y más específicamente con Perú, ha sido crucial para el desarrollo y crecimiento de nuestros países. Los lazos económicos han sido especialmente fructuosos en las últimas décadas. Empresas españolas han aportado significativamente en la modernización de sectores estratégicos como las telecomunicaciones, la infraestructura, el turismo y la energía.
En la actualidad, cuando los desafíos globales requieren de mayor integración y cooperación, la unión continental buscaría consolidar una comunidad regional que potencie el desarrollo económico, social y cultural de sus países miembros, respetando las particularidades, pero trabajando hacia un futuro en bloque, tal como denodadamente lo sigue haciendo políticamente la Comunidad Andina y en lo económico la Alianza del Pacífico.
En esta conmemoración del 12 de octubre, miremos con serenidad y sabiduría el pasado y proyectémonos hacia el futuro con optimismo. El legado hispánico en América nos ha dado los cimientos sobre los cuales construir sociedades más prósperas y equitativas, que aboguen por la defensa de los derechos humanos, la soberanía y la democracia.
Es nuestra tarea consolidar ese legado mediante la integración regional e intercontinental en favor del bienestar de las generaciones futuras.
Así, este encuentro con el Nuevo Mundo nos inspire a hacer realidad un Mundo Nuevo de paz y prosperidad para el planeta.