Reencontrarnos con la obra de Shinki, a siete años de su muerte, nos da nuevas luces sobre su obra y su lenguaje particular.  (Foto: archivo El Comercio)
Reencontrarnos con la obra de Shinki, a siete años de su muerte, nos da nuevas luces sobre su obra y su lenguaje particular. (Foto: archivo El Comercio)
Enrique Planas

Sus cuadros siempre nos resultaban familiares. Aquellos paisajes evanescentes, poblados por personajes de piedra grecorromana, sostenidos por clásicas columnas flotantes, eran reconocibles desde la década del ochenta. Sin embargo, la retrospectiva de Venancio Shinki abierta en el Centro Cultural PUCP, nos permite apreciar obras nunca antes expuestas. Para Jaime Higa Oshiro, pintor, conocedor de la obra del maestro fallecido en 2016 y curador de la muestra “Una mirada sobre el legado de Venancio Shinki”, descubrir trabajos al cuidado de los hijos del artista ha sido un privilegio. “Ha sido un trabajo casi arqueológico”, comenta.

Así, la muestra permite apreciar sus tempranas transformaciones, pasando de la composición cubista al surrealismo, y construyendo en ese tránsito una mitología personal que, dice el curador, ofrece respuestas y plantea preguntas nuevas. “Reencontrarme con su obra me ha parecido muy interesante, pues he podido captar las variantes de su trabajo y cómo ha podido siempre expresarse con la misma originalidad en su estilo”, afirma.

Más de 70 obras, entre pintura, dibujos y grabados, dan cuenta de la variedad de estilos que conformaron el sello original del artista. (FOTO: CCPUCP)
Más de 70 obras, entre pintura, dibujos y grabados, dan cuenta de la variedad de estilos que conformaron el sello original del artista. (FOTO: CCPUCP)

Entre las novedades de la exposición está, por ejemplo, el interesante diálogo entre las obras de Shinki de fines de los años 70 con las de su amiga Tilsa Tsuchiya, ambos tan ligados al norteño puerto de Supe. Como señala el curador, fueron tiempos en que el artista, influenciado por el momento político, abandona el expresionismo abstracto para abrazar una forma del surrealismo, un mundo onírico donde el elemento central será una figura femenina idealizada y arquetípica. “En un primer momento hablamos de la presencia de una mujer con un pájaro en la mano, como una madre siempre protectora. Tiempo después, esa mujer comenzará a erotizarse y el entorno tomará elementos de la geografía de la hacienda San Nicolás donde vivió”, explica Higa, quien a los diálogos con Tilsa suma los que Shinki mantuvo con creadores amigos como Carlos Revilla o Leoncio Villanueva.

Son años en que el artista dio muestra de su profunda preocupación social. “Recordemos que Venancio fue uno de los pocos artistas, junto a Cristina Gálvez y otros pocos, que en 1975 apoyaron la concesión del Premio Nacional de Cultura a Joaquín López Antay, decisión a la que la mayoría de artistas se opusieron al considerarlo un artesano”, señala Higa.

Retrato del artista a inicios de los años 60, obra del fotógrafo español Baldomero Pestana.
Retrato del artista a inicios de los años 60, obra del fotógrafo español Baldomero Pestana.

CUESTIÓN DE FE

Otra sección que llama la atención presenta el interés del artista, confeso agnóstico, por la figura de Cristo. Como señala el curador, los hijos de Shinki comentan que su padre nunca mostró interés religioso; empero, cada Semana Santa pintaba uno o dos cuadros vinculados a la pasión. Y en la obra más grande presente en la muestra, su tríptico “Compendio”, el artista representa una crucifixión. “Más allá de una fe religiosa, se trata de un símbolo potente para hablarnos del sufrimiento humano”, explica Higa.

La muestra "Una mirada sobre el legado de Venancio Shinki" propone una revisión a su trabajo desde otra perspectiva, mostrando obras que nunca han sido vistas, guardadas en la colección familiar.
La muestra "Una mirada sobre el legado de Venancio Shinki" propone una revisión a su trabajo desde otra perspectiva, mostrando obras que nunca han sido vistas, guardadas en la colección familiar.

Otros trabajos del artista, posteriores al año 2000, nos muestran un creador interesado en investigar en diferentes formatos, como los recortes o sus aproximaciones al poema japonés conocido como haiku. “Shinki ya tenía un lenguaje oficial, pero le gustaba escapar de él. Paralelamente hace diversos tipos de obra, desafiando a un mercado y a un sistema curatorial que exige cierta coherencia”, explica.

SOBRE EL ARTISTA

Venancio Shinki (Supe, 1932 – Lima 2016)Fue uno de los más destacados pintores peruanos. Hijo de padre japonés y madre peruana, se crio en la hacienda San Nicolás, en Supe, al norte de Lima, uno de los lugares de concentración de los inmigrantes japoneses en las primeras décadas del siglo XX Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, de la que egresó en 1962 con el primer puesto de su promoción. Su obra recoge las tradiciones culturales del oriente, occidente y los andes, nos muestra un universo desconocido e intrigante, partiendo de una técnica depurada y una renovada figuración,

Recibió diversos reconocimientos y ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en Perú, Japón, Italia, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Panamá, México, entre otros países. En 1999, año del centenario de la inmigración japonesa, falleció en 2016.

Contenido sugerido

Contenido GEC