Las actividades artísticas en Lima no solo son escasas, sino parecen estar siempre al borde del abismo. Eso lo sabe bien la periodista, docente y gestora cultural Carina Moreno Baca, quien ha reunido en el libro “La historia sin fin. Tres festivales escénicos en Lima, de 1998 al 2021″ (MML, 2021) la memoria de tres momentos en que estas acciones se ejecutaron en la ciudad a partir de decisiones políticas sostenidas y esfuerzos de gestión que supieron capear adversidades y presupuestos reducidos e incluso los embates de una pandemia. Se trata del Festival Internacional de Danza y Teatro de Lima, desarrollado entre 1998 y 2002; el Festival de Artes Escénicas de Lima, realizado entre 2012 y 2014; y el FAE Lima, entre 2017 y 2021.
Sobre la primera experiencia, la autora dice que le pareció clave rescatar este período que ella vivió en su etapa de periodista, pero del que no había mayores registros. “La intención fue recuperar la memoria para quienes lo vivimos y contarles a los más jóvenes lo que había pasado. Esta mirada en conjunto nos permite percibir errores y aciertos y entender el origen de algunas situaciones que vemos hoy. En dos momentos diferentes, la cultura y las artes fueron el vehículo para retomar la ciudad y sus espacios y se convirtieron en un arma potentísima para integrar a comunidades en riesgo”, afirma Moreno.
Tres experiencias
¿Por qué te parecen significativas estas tres experiencias teatrales desarrolladas en Lima en un marco de casi 25 años?
Estas tres experiencias teatrales constituyen una línea de tiempo. Son producto de decisiones políticas y de haber comprendido a la cultura como eje dinamizador. El Festival Internacional de Danza y Teatro de Lima (1998-2002) se dio como parte de una política de la Municipalidad Metropolitana de Lima para “volver al centro”, para hacer que la población se volviera a apropiar de la ciudad, recorriendo los diversos espacios que albergaron las puestas en escena. Fue un primer intento por crear un festival que pusiera a Lima en el mapa de Latinoamérica. Este festival tuvo cinco ediciones y se cerró porque el alcalde siguiente decidió no continuar con la iniciativa y desarticuló la dependencia que lo organizaba. Diez años más tarde se creó el Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL) y volvió a poner a la capital en el mapa, pero solo se llegaron a realizar tres ediciones. Otra vez una nueva gestión decidió no continuar con esto, se comprometió a analizar el “costo–beneficio”, pero nunca se volvió a organizar. Y el tercer festival nació en 2017 desde la gestión privada con la idea de dotar a la ciudad de un festival de artes escénicas como Santiago a Mil o el Festival Iberoamericano de Bogotá o el FIBA de Buenos Aires. Fueron cinco las instituciones que se unieron originalmente y luego se fueron sumando el Ministerio de Cultura y la Municipalidad Metropolitana de Lima a través de su Gerencia de Cultura, además de la cooperación internacional a través del Centro Cultural de España y el apoyo de delegaciones diplomáticas.
En este período también se realizaron otras experiencias exitosas al margen del Estado, como FITECA en Comas, por ejemplo, ¿por qué no las tomaste en cuenta?
Efectivamente, se dieron otras iniciativas exitosas que ya tienen larga data como la FITECA, que se organiza desde hace más de 20 años en La Balanza, en Comas, o el Festicirco, en Villa El Salvador, que se lleva adelante desde hace más de 16 años.
Creo que cada una de ellas merecería un estudio y una publicación por sus formas de gestión y los procesos que han vivido para sacar estos festivales adelante. Yo decidí restringir la investigación a estos tres. Sin embargo, creo que lo que va a permitir la continuidad y coexistencia de todas las iniciativas va a ser el trabajo articulado.
Decisión política
Se viene el mes del teatro y ya se anunció una nueva edición del FAE, ¿qué lecciones debemos sacar de esas iniciativas pasadas?
Lo primero es la necesidad de tener políticas culturales que se extiendan más allá de una gestión. Ya hemos vivido y disfrutado de iniciativas que luego desaparecieron porque eran de la “gestión anterior”. Lo segundo es que quien asuma la Gerencia de Cultura (de la Municipalidad de Lima) sea alguien con experiencia y formación en el sector. Y en cuanto a las artes se deben generar espacios y financiamientos para su desarrollo, fomentando desde iniciativas como la ordenanza Lima Creativa que buscará promover las artes en la ciudad y que, por lo que entiendo, no se lanzan todavía las convocatorias a los fondos concursables. Además, el fomento también debe pasar por el uso del espacio público como oportunidad, hacer que los ciudadanos regresen a parques y plazas para convertirse en espectadores participantes.
Pero, además, del tema de gestión se requieren autoridades comprometidas con el tema, como Andrade o Villarán en el pasado, pues como dices la decisión política es importante.
La decisión política es indispensable. Si quien asume el sillón municipal no tiene claro el valor de la cultura para la construcción de ciudadanía, entonces lo que se terminará desarrollando, en el mejor de los casos, solo serán un conjunto de eventos culturales sin norte. Eso no es gestión cultural. Un alcalde debe entender el derecho que tiene todo ciudadano de acceder a la cultura y buscar ir más allá. Es decir, promover, desde la Gerencia de Cultura el establecimiento de políticas públicas que sustenten el quehacer cultural.
La experiencia del FAE surge de la unión entre el Estado y la inversión privada y cooperación internacional, ¿crees que ese es el camino a seguir para desarrollar actividades culturales en la ciudad?
Las actividades culturales en la ciudad desde hace muchos años han sido organizadas por los centros binacionales, las universidades privadas y la cooperación internacional. El Estado se ha sumado con menor o mayor fuerza desde hace algunos años. Tampoco podemos dejar de lado la potencia de las actividades nacidas desde la comunidad que han sido reconocidas y articuladas en los programas Cultura Viva Comunitaria desde la Municipalidad Metropolitana y los Puntos de Cultura desde el ministerio del sector. El camino para ofrecer al ciudadano una vida cultural activa y variada es sin duda, el trabajo colaborativo y articulado entre todos los actores y agentes.
Creatividad y gestión
Como profesora en temas de gestión cultural, ¿qué tipo de gestores se requieren para abarcar las diversas realidades de Lima?
Los gestores y gestoras culturales han sido reconocidos como tales hace solo algunos años. Solo desde hace un tiempo se crearon puestos tanto en el Estado como en el sector privado que requieren estudios en Gestión Cultural. Es una profesión nueva que crece a pasos agigantados, gracias a la aparición en la ciudad y en el país de espacios de formación. Lima es, como bien dices, una ciudad diversa y los tiempos que nos tocan vivir con la pandemia exigen profesionales flexibles, atentos a los cambios y que sean capaz de sacar adelante proyectos adaptándose a circunstancias adversas, algo que, en muchos casos, es una constante. Yo diría que se requiere mucha creatividad y estar tan convencido de la validez de sus proyectos que sean capaces de convencer a otros.
Finalmente, ¿cómo evalúas la gestión de Jorge Muñoz en el tema cultural y la conservación del patrimonio de la ciudad?
Lo primero que debo decir es que, en el tema cultural, el equipo convocado por Muñoz fue un grupo profesional con experiencia y capacidad. Y realizó algunas iniciativas positivas, entre ellas se podrían contar las actividades organizadas en los parques zonales y el apoyo que se dio a los artistas reconocidos dentro del Programa Cultura Viva Comunitaria. En cuanto a la conservación del patrimonio cultural, yo saludé la publicación del Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico de Lima. Tuve la oportunidad de realizar una visita, hace algunas semanas, y ver directamente la recuperación que se está haciendo del patrimonio monumental. Sobre el caso del convento de San Francisco, me parece que, si bien se contaba con la venia del Ministerio de Cultura y de la Municipalidad para derribar el muro perimétrico, este debió hacerse de manera consensuada con todos los actores de este proceso. Puede parecer utópico, pero hubiera ahorrado horas de explicaciones y un denso debate.
MÁS INFORMACIÓN
Se puede descargar el libro en el siguiente enlace. Con ocasión de la publicación “La historia sin fin. Tres festivales escénicos en Lima. De 1998 al 2021″, de Carina Moreno, se realizará una mesa de diálogo, con la participación de la autora, quien es coordinadora del diplomado de Gestión Cultural de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Vanessa Vizcarra, directora artística del FAE Lima, Karin Elmore (directora del Festival Internacional de Danza y Teatro de Lima) y Marisol Palacios (directora del FAEL). Moderador: Marco Mühletaler. Sábado 12 de marzo, a las 11:00 a.m., vía Facebook Live del FAE Lima 2022.
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