“Solamente te puedo adelantar que va a ser la película más taquillera en la historia del Perú”, mencionó Adrián Saba sobre su película “La Erección de Toribio Bardelli” nueve años antes de que la cinta, como si fuera una profecía autocumplida, represente al cine nacional en los premios Oscar 2024 y espere su estreno en las salas de cine a nivel nacional el próximo 26 de octubre.
“Siento que ya triunfé porque me siento contento con el resultado y porque logré hacerlo como quería. Además, sé que las películas están hechas para la inmortalidad. Lo importante es que la gente vaya a las salas y pueda entender la película que quise hacer.” menciona el cineasta en entrevista con El Comercio.
─En 2016, mencionaste que esta película sería un éxito después de unos años. Ahora, la película representará al Perú en los Oscar.
Eso es muy loco, pero sí fue un camino con muchos pasos. Este es uno de los pasos más importantes y estoy contento con el resultado. Es nueva esta propuesta para la gente que no me conoce, pero esta es la cinta más íntima que tengo.
─¿Por qué decidiste llamarla “La erección de Toribio Bardelli”?
Porque la película se trata de trascender. A pesar de que en la película los personajes parece que se ahoga con un vaso de agua, la misma trama trasciende su título y su premisa, para que el espectador, al salir de las salas, tenga una idea más amplia de lo que se trataba a simple vista.
─Para esta nueva película también cuentas con una selección interesante de actores
Escogerlos fue una experiencia diferente en muchos sentidos. Por ejemplo, con Gustavo Bueno fue fácil porque él estaba destinado a interpretar a Toribio Bardelli. A Gisela y Rodrigo también es interesante tenerlos, ya que los considero los mejores actores de su generación. Con los otros, fue una selección de personas que se relacionaban de alguna manera con los personajes que aparecen en la historia.
─¿Cómo fue el proceso para hacer la película?
Fue un camino largo, especialmente debido a la financiación. Tuvimos que concursar para poder obtener el presupuesto. Imagínate, el Ministerio de Cultura de Perú, el brasileño y el fondo Ibermedia tuvieron que intervenir. A pesar de eso, aún teníamos limitaciones.
─¿Cómo lograste sacar adelante la película a pesar de las limitaciones?
Esa es mi especialidad. Por ejemplo, en “El Limpiador”, necesitábamos muchos recursos, pero contábamos con pocos. Aún estamos lejos del gasto que se hace en Estados Unidos o países vecinos. Sin embargo, se puede hacer mucho dentro de las restricciones que hay. En esos momentos es cuando florece la creatividad, pues con tan solo cuatro paredes se pueden crear muchas cosas y contar infinidad de historias.
─Lombardi dice que el presupuesto no impide crear grandes películas. ¿Compartes su opinión?
Sí, hay películas que se han hecho así, pero de manera micro. Cuando hablamos a nivel macro, sería muy saludable para el país tener una industria cinematográfica robusta. Para eso, se necesita más inversión.
─Es la primera vez que estrenas la película en Perú antes del extranjero. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue muy especial verla aquí en casa. Asistí a todas las funciones para ver cómo el público vivía la película. Al tener escenas con humor, fue más fácil medir el gusto de la gente, a diferencia de películas más serias. En todas las funciones a las que asistí, el público se reía, y eso me dejó contento.
─¿Sueles ver tus propias películas en el cine?
Lo hice en mis primeras películas, pero me sentía raro y nervioso por las reacciones del público. Ahora solo siento orgullo al ver mi trabajo completo. Al recordar todo el proceso desde el comienzo, solo puedo sentir esa emoción. Además, tengo confianza y seguridad de saber que los resultados son los esperados y que no todas las películas son para todo el mundo.
─La trama no es una comedia, pero hay humor presente ¿Había una intención de hacerlo así desde un principio?
Bueno, en lo que más estaba enfocado era en contar la historia. Pero el humor de la película fue apareciendo de manera especial, ya que la cinta está centrada en un drama. Chaplin decía que el drama se graba con un close up y la comedia con un plano abierto. Aquí busqué una mezcla de ambas cosas. Durante esa primera etapa, no analicé el tono de la película, ya que no era mi intención inicial garantizar la risa del público.
─¿Cuándo aparece el humor?
En el montaje es donde vi a profundidad las intenciones de las escenas. Fue algo complicado, ya que un solo segundo de más cambia el significado de un plano. Tuve que ver cuándo el humor dejaba de ser gracioso y el drama se volvía demasiado exagerado.
─Al final la cinta consiguió ser nominada para representar al Perú en los premios Oscar ¿Cómo sucedió?
Básicamente, ocurrió cuando Dafo hizo un llamado diciendo: “¿Quién quiere participar?”. Luego, si deseabas mandar tu película, lo hacías ateniéndote a reglas como la fecha de estreno de la película a nivel nacional. Al pasar todo eso, Dafo enviaba las propuestas a un comité que seleccionaba qué películas iban a los Oscar.
─Fue polémica la selección de “Soltera Codiciada 2″, “Reinas sin corona” y “La erección de Toribio Bardelli” por parte del Ministerio de Cultura
Es que nadie más mandó, no es culpa de Dafo ni de los pocos que habían mandado. Yo, con mi segunda peli, no mandé porque es un trabajo demandante, requiere de mucho tiempo y recursos. Debe ser por eso que la gente no quiso mandar ahora. Además, creo que, si ya mandaste en años pasados, ya no puedes hacerlo nuevamente, pero bueno, al menos el registro es gratis.
─¿Cuál fue tu reacción tras enterarte de la selección?
Le enviaron un correo a la responsable de enviar la inscripción. Cuando me enteré, me sentí muy contento por la posibilidad. Le hace mucho bien a la película, ahora que se puede ver en salas. El Oscar es una gran herramienta de marketing, hace que las personas tengan más interés en ver la película.
─¿Consideras que el Oscar es un medidor de éxito?
En este momento, no lo veo como un medidor de éxito. Siento que ya triunfé porque me siento contento con el resultado y porque logré hacerlo como quería. Además, sé que las películas están hechas para la inmortalidad. Lo importante es que la gente vaya a las salas y pueda entender la película que quise hacer. Todo lo que venga después, ya sea sus presentaciones en festivales, el Oscar o el estreno en salas comerciales, lo cojo con agradecimiento, pero yo ya me siento satisfecho.
─¿Hay una meta más alta que el Oscar?
Para mí, algo más importante que eso es poder hacer otra película. Todavía no tengo una idea concreta, pero me alegra que este reconocimiento ayude a que esa idea que aún no está en mi cabeza se plasme en una nueva película. La estatuilla en sí no es tan relevante.