Entre Angie Cepeda y las canciones de Joe Arroyo hay una complicidad revitalizadora. Los ritmos más alegres y cadenciosos del prodigio de Cartagena marcaron la vida de la actriz: iluminaron sus días más oscuros, le acercaron a su natal Colombia cuando estaba lejos, la acompañaron en cuarentena, y casi a mediados del 2021, en medio de un escenario desalentador por la pandemia, una propuesta para integrar el elenco de actores de la película “Rebelión”, le devolvió la fe.
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“Cuando era adolescente y vivía en Barranquilla, él era el rey, y hay muchas canciones que me marcaron, ‘Pal bailador’ por ejemplo. Si estoy teniendo un día con la energía un poco baja, enciendo una de sus canciones y enseguida me pongo feliz y me dan ganas de bailar. Además, su música tiene raíces africanas que me encantan porque me recuerdan a mi tierra, a mi raíz”, refiere la actriz colombiana.
“Rebelión, el grito de un legendario”, dirigida por el colombiano José Luis Rugeles y basada en el libro del periodista Mauricio Silva, se filmó en Bogotá, en el Hotel de La Ópera, el Hotel y Residencias Tequendama y un gran estudio con más de 10 sets escenográficos.
El largometraje que tiene al actor Jhon Narváez en el papel de Joe Arroyo y a Cepeda Jiménez como Mary visualiza a un personaje vulnerable y anónimo, pero también al genio musical, al cantante y compositor dueño de una voz única y sonido inconfundibles.
La historia transcurre en cuartos de hotel desbordados por el trastorno y la genialidad indiscutible de ‘El Joe’. Un genio de la música que sabotea todo lo que ama buscando su “libertad”. Es a su vez, la exploración personal del director sobre la estrecha relación entre el artista creativo y la insania.
Sabroso personaje
Interpretar a Mary, el gran amor de ‘El Sonero de América’, le permitió a Angie Cepeda adentrarse en la vida de este y de su familia.
“Joe tuvo muchas mujeres en su vida, pero Mary fue su gran amor, y la única mujer que aparece en la película porque era su musa, tuvieron una historia muy larga, fuerte, de muchísimos años. Fue como su cable a tierra, quien lo estabilizaba, lo cuidaba, lo apoyaba, quien estaba a su lado siempre; pues cuando no estaba presente físicamente, estaba en su cabeza o en su corazón. Siempre lo amó, apostó mucho por ese hogar, pero todos tenemos un límite”, asiente.
─¿Interpretar a un personaje biográfico implica un reto mayor?
No diría que es un reto, hay que estudiar antecedentes, seguir un molde, aunque la idea nunca fue copiar, sino inspirarse en el personaje real.
─¿Cómo construiste a Mary?
Lo primero que hice fue recurrir al material que había en Internet: videos y entrevistas que les hicieron a ellos como pareja y por separado. Quería entender cómo fue esa relación, qué pasó realmente, cómo pensaban. Tuve la oportunidad de hablar con ella y con sus hijas virtualmente, en plena pandemia, fueron muy generosas.
─¿Cuál fue la mayor dificultad que encontraste durante el rodaje?
Además de las restricciones que había en ese momento por la pandemia, la mayor dificultad tuvo que ver con que no podía caminar bien por un tema que tenía en el tobillo, andaba con muletas, sentía mucho dolor.
─La película tiene algunas escenas cargadas de violencia, de agonía, de sufrimiento. ¿Cuál fue la más difícil de hacer?
Tal vez una un poco fuerte, larga, que se rodó durante todo un día, de intenso trabajo y de mucha carga emocional. La escena empezaba en la ducha y terminaba en un momento muy fuerte.
─¿Qué reflexión te deja “Rebelión”?
Para mí fue muy bonito volver a trabajar en Colombia, con la gente que quiero, en un momento tan delicado (en pandemia), y después de haber parado tanto tiempo. Fue especial para mí porque fue mi primer trabajo después de todo este parón, valoré cada minuto, hasta los momentos de dificultad y tensión.
─¿Qué diferencia encuentras entre la Angie de hace 20 años, que interpretó a La Colombiana en “Pantaleón y las visitadoras”, y la de hoy?
Ahora tengo mayor experiencia, una mirada distinta de la vida, y eso enriquece como artista porque tienes más vivencias y herramientas para usar y darle mayor dimensión al personaje. Estoy viviendo un momento bonito, especial.
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