“Desde hace varios años, para nuestros gobiernos no existe la cinematografía peruana. Y lo que es mucho más grave, suponiendo que fuera cierto que no existe, esto parece ni importarles”. Tales palabras no son del 2023, sino de 1991. Las escribió el cineasta en uno de sus artículos para El Comercio donde denunciaba la desidia del gobierno hacia el séptimo arte. Con este y otros textos, además de gestiones a lo largo de los años, el creador fue uno de los impulsores principales de la Ley del Cine, sin la cual la producción audiovisual actual no sería lo que es.

La faceta combatiente del director, además de su conocida agudeza intelectual y vida personal, se exponen esta semana en “Armando Robles Godoy: 100 años”, muestra lanzada en marco del Festival de Cine de Lima que reúne material fílmico, objetos personales y demás información que contribuye a entender más a nuestro mayor cineasta, fallecido el 10 de agosto del 2010 a los 87 años. Una oportunidad única que va solo hasta este viernes 18 de agosto en el Complejo NOS de la PUCP.

“Armando Robles Godoy tenía la idea de transformar nociones sociales, creencias preestablecidas, prejuicios y todo lo demás a través del cine. Las piezas que encontramos justamente en los archivos de la filmoteca [PUCP] dan testimonio de eso”, nos cuenta María Alejandra Bernedo, historiadora del arte por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y una de las curadoras de la muestra el [otro curador es Luis Vélez].

Para Bernedo, la exposición puede ser vital para conocer aspectos de otro modo no muy difundidos del cineasta estadounidense-peruano, director de “Ganarás el pan” (1964), “En la selva no hay estrellas” (1967), “Espejismo” (1972); entre otras. Destaca en la muestra un ejemplo temprano de sus guiones, no con el formato actual, de una línea tras otra entre diálogo e indicaciones del ambiente; los guiones cinematográficos de Robles Godoy se asemejaban a los de una radionovela, con texto en una columna e indicaciones en la otra.

A la izquierda, expectativa en un cine mexicano por el estreno de "La muralla verde". A la derecha, Robles Godoy revisa el rollo de la misma cinta.
A la izquierda, expectativa en un cine mexicano por el estreno de "La muralla verde". A la derecha, Robles Godoy revisa el rollo de la misma cinta.

Este 2023 ha sido clave para la promoción de la obra de Armando Robles Godoy. Por un lado está la muestra, por otro la proyección que se hizo en el Festival de Lima de la versión restaurada de “La muralla verde” (1970), donde se aprecia como nunca antes su propuesta fílmica. Destaca la escena inicial, íntima, de los amantes entre mosquiteros mientras los sonidos de la jungla invaden todo.

“Él era muy amigo de crear atmósferas a través de los sonidos. Se nota que él tenía un amor por el cine de las vanguardias, como la Nueva Ola Francesa, las nuevas corrientes de Japón; le gustaba comunicar a través de todos los elementos. Parece algo sobreentendido, porque en el cine se emplean muchísimas herramientas: color, sonido, vestuario. Inferimos que todo comunica. Sin embargo, él lo tenía muy incluido en su mente y buscaba hacerlo de todos los modos posibles para que el espectador también lo sienta, no solo el director”, cuenta Bernedo.

“Armando Robles Godoy tenía la idea de transformar nociones sociales, creencias preestablecidas, prejuicios y todo lo demás a través del cine”.

María Alejandra Bernedo , curadora de la muestra.

El archivo de Robles Godoy, donado a la PUCP por su familia, ha sido catalogado en aproximadamente un 40%; aún queda mucho por descubrir en él. Durante una de las visitas guiadas, se comentó la esperanza de que la muestra se convierta en una exposición permanente como merece el amplio legado de este cineasta, novelista y también profesor. Por lo pronto esto es lo que hay, y como diría una de sus hijas, Marcela Robles, en un mensaje a su fallecido padre, él está vivo “en este lugar donde se habla tu lenguaje misterioso”.

DATO
“Armando Robles Godoy: 100 años”

Foyer del Complejo NOS | Piso 1 (Av. Camino Real 1037. San Isidro). Del 10 al 18 de agosto. De lunes a domingo de 10:00 a.m. a 10:00 p.m. INGRESO LIBRE

Así informó El Comercio de los éxitos de Armando Robles Godoy

Cine peruano en pleno repunte

24 de septiembre de 1967

El cine peruano está tratando de recuperar posiciones. No debe olvidarse que allá por los años treinta, nuestra industria cinematográfica gozaba de amplio prestigio en América. Luego, se pasaron etapas de “adormecimiento” y hasta se pensó que ya no surgiría más. Sin embargo, en 1966, se insinuó un aumento de la actividad fílmica que se ha acentuado en 1967. Y podríamos agregar que se ha logrado por primera vez, destacar en un Festival Internacional como ha ocurrido con el film “En la selva no hay Estrellas” del realizador Armando Robles Godoy, que ocupó lugar de honor en la “muestra” cinematográfica de Moscú.

Crítica a “La muralla verde”

23 de julio de 1970

En primer término señalaremos que la colaboración de su hermano Mario Robles Godoy en la dirección fotográfica ha sido capital para la construcción de su drama y la plenitud estética del paisaje donde se desarrolla la historia, sin desmerecer en nada las tomas de interiores y de ambientación urbana, algunas de ellas captadas con mucho dominio de cámaras en ángulos bastante difíciles.

La narración fílmica de Robles Godoy no encierra dificultades interpretativas en su texto, pero sí exige al espectador atención en cuanto las imágenes brotan inesperadamente, debido más que nada a la pasión de Robles Godoy por la utilización de “racontos” y cambios en el tiempo, que sorprenden la lógica simple de un público todavía no acostumbrado a las nuevas tendencias del cine actual.

Algunos artículos de El Comercio sobre Armando Robles Godoy.
Algunos artículos de El Comercio sobre Armando Robles Godoy.

Entrevista a Robles Godoy [fragmentos]

11 de octubre de 1987

—¿Cómo describirías tu cine?

A partir de “Espejismo” se ha desarrollado en mí una línea que no tiene nada que ver con mensajes convencionalmente sociales. Soy un hombre social de la misma manera que soy un hombre individual. Soy un hombre solitario, no soy un hombre de grupo ni de “booms”, pero a mí me interesa mucho el mundo en el que vivo. Hago cine en función de lo que soy, pero ese cine no está motivado por la persona o las personas a quienes va dirigido. Yo no considero que [el Grupo] Chaski sea más “social” que yo, eso es ridículo.

—¿Qué te diferencia de otros cineastas?

Creo que cabe la pena destacar que yo no soy excluyente. Para mí cada cineasta define lo que para él es el cine y ajusta su realización a ello. Entonces podría hacer cine literario, argumental, comprometido con lo de acá o lo de más allá, y yo estoy de acuerdo con que eso es cine, como también lo es la pornografía, pero lo que yo hago también es cine. Yo defiendo histéricamente mi derecho a hacerlo; no sé por qué se sienten insultados y adornan mi cine con adjetivos de todo tipo. Yo digo “¡Robles hace ese cine y déjenlo en paz!” Yo voy seguido al cine y veo con interés las nuevas producciones nacionales, pero exijo también respeto para mí y cuando escucho del otro sector que mi cine es el que no debe hacerse me siento agredido. Respeto la libertad del otro, defiendo el modo de hacer cine de Chaski, de Lombardi, o Fico García, pero temo que esa misma actitud no es correspondida. El cine que yo hago ahora no lo entiende la mayoría, pero lo van a entender dentro de 10 o 15 años... y me muero de la risa.