El proyectil había sido lanzado con una velocidad proporcional al endemoniado talento de su conductor: 320 km/h. Se corría el Gran Premio de San Marino, momentáneamente detenido al producirse un gran accidente en la largada. Con el coche de seguridad adelante, el brasileño estaba desesperado. Le hacía señas para que fuera más rápido. Cuando la carrera se reanudó en la vuelta 6, Ayrton Senna salió disparado para cazar a Alain Prost, su archienemigo. Ese fatídico día —1 de mayo de 1994, Autódromo Enzo e Dino Ferrari, Imola, Italia— su monoplaza literalmente volaba sobre el asfalto. Tanto que no pudo doblar en la curva de Tamburello,
Su impacto contra el paredón de cemento fue brutal. En la cámara lenta se ve cómo el lado izquierdo del vehículo se va desintegrando lentamente. La rueda delantera derecha sale disparada al espacio después de golpearle el casco. Trece años después, juicios interminables y rigurosas investigaciones mediante, se sabría que antes de tomar la curva se había roto la columna de dirección. El brazo de suspensión unida a la rueda le astilló el casco en el punto de cruce con la visera. Y penetró en su cráneo.
Por eso cuando logran extraerlo del cockpit su cuerpo está rígido. La desaceleración brutal sobre su masa encefálica fue de 4 newtons/kilogramo — 4 veces la aceleración gravitacional—. El neurocirujano Sid Watkins —que había salvado a los pilotos Didier Pironi, Martin Donnelly, Karl Wendlinger, Rubens Barrichello y Mika Häkkinen— le practicó una traqueotomía in situ. Luego fue trasladado en helicóptero al hospital Maggiore de Bolonia, donde le indujeron al coma durante algunas horas y declararon su muerte cerebral. Pero todo indica que fue en la misma curva de Tamburello —2:17 p.m.— donde pasó a la posteridad.
PILOTO CON FÓRMULA
En realidad, sobre esa lengua de asfalto en Imola ocurrió un derramamiento de sangre antes y después de la tragedia Senna: en los entrenamientos del día anterior, el piloto Roland Ratzenberger había muerto al estrellar su Simtek S94-Ford en la curva Gilles Villeneuve. Por eso Ayrton llevaba una bandera austriaca en la cabina, la haría flamear en su homenaje. Ese mismo fin de semana, Rubens Barrichello tuvo un fuerte choque que lo marginó por mucho tiempo de las competencias. Y años antes, en 1989, Gerhard Berger tampoco había podido dar la la vuelta Tamburello, se estrelló contra el muro y su auto ardió en llamas durante 20 minutos.
Así, el circuito fue modificado: antes de la curva se puso una chicana que obligaba a ralentizar el paso, se eliminó la curva Villeneuve y se redujo la velocidad con la que se afrontaba la curva Tossa, escenario de múltiples percances. La variante Bassa pasó de tener dos chicanes a ser totalmente eliminada cuando se reformaron los boxes del circuito y se ampliaron las escapatorias. Cambios similares ocurrieron en otros trazados y también en el rediseño de los monoplazas. Por eso después de la muerte del piloto brasileño no ocurrieron accidentes en la Fórmula 1 sino veinte años después. Digamos que ese fue el primer legado de Senna.
Luego, una corta pero excepcional sucesión de películas y documentales sobre ‘O rei’. En “La muerte de Ayrton Senna” (2012), National Geographic Channel explora los 12.8 segundos que transcurrieron dentro de la cabina del piloto antes de estrellarse contra el muro. Se dice que su Williams FW16 azul y blanco era también un avión caza volando muy proximo al suelo y que en algún momento dejó de responder a las leyes de la aerodinámica. El documento muestra cómo ocurrió técnicamente el accidente: cuando la carrera se paró, los neumáticos se enfriaron y el auto perdió el efecto suelo. Por eso es que literalmente empezó a volar antes de estrellarse.
RUEDAS Y TUERCAS
“The Right to Win” (“El derecho a ganar”, 2004) es una película que también se ocupa de su vida y milagros, incidiendo en la profundidad de un espíritu que parecía especialmente destinado para convertirse en leyenda. Pero la película más importante sobre el ídolo paulista será “Senna” (Asif Kapadia, 2010), un documental producido en conjunto por ESPN y Universal Pictures. Bajo una notable sucesión de archivos familiares y material audiovisual inédito, el perfil de Senna estará basado en su profunda convicción religiosa.
Patrocinado por la FIA, la familia Senna y el instituto que lleva su nombre, el film cosechó críticas superlativas hasta obtener el premio del público al mejor documental internacional durante el Festival de Cine de Sundance 2010. Proyectado primero en Japón —donde es un ídolo absoluto y obtuvo sus tres títulos mundiales: 1988, 1990 y 1991—, su biografía alcanza hasta el cortejo fúnebre en el que un millón de brasileros acompañaron hasta el cementerio de Morumbi en São Paulo un féretro que, al final, termimó siendo cargado por Alain Prost, archienemigo con el que se trenzó en un duelo que hizo olvidar el viejo enfrentamiento entre James Hunt y Niki Lauda.
Si antes de Senna el peligro era parte consustancial del glamour automovilístico, después de él ya no tanto. Y esa es una lección que cambió el deporte del motor profundamente. Agresivo, provocador, mujeriego e insumiso, Senna fue el más rápido del planeta sobre el asfalto, especialmente si había llovido. Perfeccionó su destreza sobre piso mojado a 60 km/h en el kart con frenos de disco y motor extraído de una picadora de caña que le fabricó su padre cuando Ayrton tenía 4 años. Su casco amarillo, fracturado en el arco superior derecho, es el símbolo de una era donde el automovilismo se acercó a la experiencia artística.
VIDEOS RECOMENDADOS
Coronavirus: 10 museos del mundo que puedes visitar online
Coronavirus: Famosos del cine y la televisión que dieron positivo al COVID-19
TE PUEDE INTERESAR
- De la gesta al duelo eterno: el luto por los ídolos deportivos
- Ayrton Senna: McLaren rinde homenaje al piloto con un superdeportivo especial | FOTOS
- Ayrton Senna: todos los monoplazas que manejó en la Fórmula 1 | FOTOS
- Ayrton Senna: 25 años sin la leyenda brasileña de la Fórmula 1 | VIDEO
- “Senna, un fantasma entre nosotros”, por Ricardo Montoya