Margot Robbie vuelve a robarse el show con su interpretación de Harley Quinn. (Foto: Warner Bros.)
Margot Robbie vuelve a robarse el show con su interpretación de Harley Quinn. (Foto: Warner Bros.)
Juan Luis  Del Campo

El desarrollo del es uno de los experimentos más interesantes que hay en la industria del cine en la actualidad. Comenzado después del propio Universo Cinematográfico de que actualmente domina el mercado, los intentos de Warner Bros. por crear una franquicia que se compare con el gigante de han tenido algunos éxitos (“Wonder Woman” y “Shazam!”), así como bastantes tropiezos (“Justice League” y “Batman v Superman”).

Una Harley Quinn que no necesita al Joker

Pero hasta ahora la verdadera mancha negra de todo el experimento parecía ser “Suicide Squad”, un filme que a pesar del talento que su director David Ayer (“Fury”, “Street Kings”) había reunido con actores como Will Smith y -en el único papel destacable de la cinta como la ecléctica Harley Quinn- fue una de las cintas más olvidables del 2016.

“Birds of Prey”, de la directora Cathy Yan (“Dead Pigs”), nace como el fénix de las cenizas de ese desastre para proporcionarle una nueva vida a la franquicia y, me adelanto en decirlo, es la película que Robbie merecía: una certera mezcla de comedia negra, acción y estilo.

La cinta es contada desde la perspectiva de Harley Quinn poco después de su traumático rompimiento con el Joker/Guasón. Después de varios días desvariando por las calles y clubes de ciudad Gótica, la villana decide independizarse del ‘príncipe payaso del crimen’, destruyendo la planta química donde “nació” el supervillano, como un acto simbólico.

Pero el acto tiene consecuencias para Quinn. La explosión que significaba el fin de su relación con el Guasón también mostró a todos los elementos criminales de la ciudad que ella ya no estaba bajo su protección, y la arlequín tiene una lista de enemigos tan larga como violenta. Entre ellos destaca el mafioso Roman Sionis (Ewan McGregor), principal antagonista de la película y la razón por la que las otras protagonistas se encuentran.

Otros enemigos que aparecen son la chofer de la mafia Dinah Lance (Jurnee Smollett-Bell), también conocida como Black Canary; la ruda policía Renée Montoya (Rosie Perez), la justiciera Helena Bertinelli (Mary Elizabeth Winstead), también conocida como Huntress, y la ladrona Cassandra Cain (Ella Jay Basco).

La toxicidad masculina y su opresión sobre las protagonistas puede sentirse a lo largo de la película. Está en la sombra de Joker, que si bien está ausente condiciona las acciones autodestructivas de Harley.

Está también en las acciones de Sionis (una terrorífica actuación de McGregor), quien muestra que debajo de esa apariencia de falsa elegancia y sofisticación, el gánster es solo un niño engreído atrapado en el cuerpo de un hombre.

Harley Quinn se lleva la mayor parte del desarrollo en la historia y a lo largo de la misma no solo logra quitarse las cadenas que la ataban al fantasma del Guasón, sino también aprende, gracias a Cassandra, a ser una mejor persona.

Esto no significa que inmediatamente deje de cometer errores. Los tiene en abundancia y, en muchas ocasiones, con hilarantes y violentas consecuencias, pero al menos la villana ahora intenta hacer un cambio menos negativo en el mundo.

Su transformación no sería creíble sin una buena actuación de por medio, y Margot Robbie está a la altura del personaje, demostrando el frenético flujo de conciencia en el que habita Harley Quinn, un estado en el que sabiduría, simpleza, felicidad y tristeza luchan por la supremacía.

Las aves de presa

Cassandra Cain es un personaje por el que tengo sentimientos encontrados. Si bien no hay nada malo en la actuación de Ella Jay Basco, siento que el personaje -en los cómics es una letal artista marcial y sucesora de Bárbara Gordon en el papel de Batichica- está desperdiciado en lo que termina siendo una estereotipada “púber con actitud” que hemos visto por docenas en otros filmes.

Dinah Lance es otro personaje que experimenta una transformación casi tan radical como la de Harley. Golpeada por la muerte de su superheroína madre años atrás, la vida la ha dejado cínica hasta la médula. El conflicto entre esta actitud y su deseo de todavía hacer el bien la impulsa a hacer lo correcto.

La historia de Renée Montoya es la menos desarrollada, pero muestra una realidad de la sociedad machista: una policía intachable cuyos logros son tomados por sus colegas masculinos y cuyas opiniones se han visto ignoradas solo por ser mujer.

Por otro lado, el personaje de Helena Bertinelli parece agregado solo para completar el equipo de las “Aves de Presa”. A diferencia de sus compañeras, ella solo quiere vengarse de los mafiosos que mataron a su familia y que, coincidentemente, pertenecen al mismo grupo de Sionis. Mary Elizabeth Winstead hace un buen trabajo al interpretar a una mujer sedienta de venganza, pero aún así su personaje aporta poco a la película.

“Birds of Prey” cumple con divertir y emocionar por su humor y acción, donde destaca la escena de los patines. No revoluciona la fórmula, pero no todas las películas necesitan hacerlo. Fuera de las escenas de violencia extrema y consumo de drogas (que podrían no ser aptas para los más jóvenes), este filme es un viaje ‘fantabuloso’ que todos - incluso los que no son aficionados de DC Comics- podrían estar interesados en embarcarse.

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