Primero, la sinopsis: durante la noche de Halloween de 1977, el programa “Night Owls”, conducido por Jack Delroy (David Dastmalchian), presenta una edición especial en la que indaga en fenómenos paranormales como la telequinesis o la posesión, con una serie de invitados en su estudio que irán ofreciendo sus testimonios y alguna que otra supuesta prueba de las enigmáticas anomalías en cuestión.
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Bajo esa premisa, la muy atractiva “De noche con el diablo” explota el formato del “late night” –un clásico de la televisión estadounidense, que se extiende de Ed Sullivan y Johnny Carson a Stephen Colbert y Jimmy Fallon– para articular una narrativa que discurre casi en tiempo real, como una emisión más del mencionado programa, con cortes comerciales y todo.
Los hermanos Cameron y Colin Cairnes dirigen la cinta que, por su propuesta, también puede inscribirse dentro del subgénero del ‘found footage’ o metraje encontrado. Es decir, una suerte de falso documental en el que las imágenes presentadas surgen de alguna grabación hallada casi por accidente (a la manera de “El proyecto la bruja de Blair” o la española “REC”). Pero si este recurso ya parece algo desgastado entre tanta película de terror que lo ha sobreexplotado, en esta cinta su utilización es ciertamente diferente.
Más que tomas desprolijas o caseras, lo que destaca en “De noche con el diablo” es la prolija recreación de un show televisivo con sus propios códigos y elementos tópicos, que terminan dotando a la película de una cualidad inquietante: la sensación de encontrarse con el archivo prohibido de alguna vieja antena; el registro de una transmisión en vivo y en directo que, entre meticulosas texturas y colores, termina descontrolándose frente a las pantallas de millones de espectadores. O para decirlo de otra manera: el culposo placer de ver lo que uno no debería estar viendo.
“De noche con el diablo” consigue recrear la ambientación del ‘late night’ setentero promedio –una escenografía de aura retro, la banda en vivo, las cámaras y el equipo de producción, el público entusiasta en la pequeña tribuna–, pero también juega con varias ambigüedades: por ejemplo, aquella entre el espíritu inofensivo y hasta familiar del formato, y el contenido que podría considerarse censurable; o el contraste entre la aparición de la niña cuyo cuerpo dice estar tomado por el demonio, y el escéptico profesional que lo pone todo en entredicho (dos de los mejores personajes de la cinta).
De fondo, la película de los hermanos Cairnes es también una aguda sátira del sensacionalismo turbio de TV, de los excesos en torno al espectáculo retorcido de la violencia y el morbo, y de la desesperada ansiedad por el éxito, salvajemente medido en cifras de sintonización. Porque es justamente esa angustia por hacer estallar el rating la que lleva al protagonista –el conductor Jack Delroy que tan bien interpreta Dasmaltchian– a socavar sus propios pilares éticos. Su figura de anfitrión acosado por los fantasmas del fracaso (y otros espectros más personales) redondea esta historia de horror programada en horario estelar.
Calificación: 4/5.
Título original: "Late Night with the Devil"
Reparto: David Dastmalchian, Laura Gordon, Ian Bliss, Ingrid Torelli.
Directores: Cameron Cairnes y Colin Cairnes.
País y año: Australia, 2023.
Dónde verla: en salas de cine.
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