FERNANDO VIVAS
Tras ver “Tempestad en los Andes”, la frase “Hacerse el sueco” me resulta más injusta y ofensiva que nunca. Mikael Wiström, director sueco de “Tempestad en los Andes”, y su protagonista, Josefin Augusta La Torre, confrontan, con valentía, las verdades más trágicas del Perú.
Josefin, de 26, nació en Suecia, hija de una ciudadana sueca y de un hermano de Augusta La Torre, la primera esposa de Abimael Guzmán, la terrorífica ‘Norah’. Los La Torre, en Suecia, repiten que Augusta fue una idealista víctima de la represión y la han idealizado. Por eso, el segundo nombre de Josefin es Augusta y el de su hermana es Norah.
Josefin quería conocer la verdad y por eso contactó a Wiström, sabiendo que era un conocedor del Perú. Mikael ya había filmado una trilogía de documentales peruanos (“La otra orilla”, “Compadre” y “Familia”) y preparaba uno nuevo sobre las huellas de la violencia interna. Cuando conoció a Josefin, “le dije que viniera conmigo al Perú”, nos cuenta el director.
Desde la primera escena en el vuelo que los trae de Estocolmo, la premisa es clarísima. La voz en off de la protagonista pide perdón a su padre por hacer este viaje que, ya lo intuye, destruirá el mito familiar.
Ya en Lima, Mikael la reunió con Flor, otra joven tras una pesquisa dramática. Ella quiere comprender por qué su hermano Claudio murió en la masacre de El Frontón si solo era simpatizante de SL. Wiström la confronta con Josefin, sin ideas preconcebidas, pues de eso se trata en un documental. Y Flor, sincera y descarnada, le dice que la familia La Torre es responsable de las heridas más profundas del Perú.
Y ambas, seguidas por la cámara de Wiström, se lanzan, en Lima y Ayacucho, a hablar con expertos, deudos y sobrevivientes del terror. Conversan con conocidos de La Torre que, para pica de Flor y pesar de Josefin, confirman que, si en un primer momento, la joven Augusta se vio obnubilada por el dogmático catedrático bastante mayor que ella, abrazó fanáticamente el dogma destructivo.
Aunque es un misterio el motivo de la muerte de Augusta, le pregunté a Mikael por su hipótesis de investigación: “Yo quería que Josefin le pregunte a Alfredo Crespo [abogado de Guzmán], pero no nos recibió. Creo en lo que dice Carlos Tapia [entrevistado en el filme], que ella estaba enferma y Abimael la dejó morir”.
Mikael está contento porque su película ha sido recibida con buen juicio en el Perú. Y se prepara para el debate que le espera en Suecia con la familia La Torre y con los necios que aún sostienen que la violencia es partera de la historia.