Dentro de la industria audiovisual, la animación ha sido una técnica muy utilizada para contar grandes historias que han logrado posicionarse bien en el mercado internacional. La serie “Bojack Horseman”, por ejemplo, tuvo seis aclamadas temporadas en la plataforma de Netflix. Su éxito recayó en cómo humanos y animales, seres complejos y trágicos, conviven en la ciudad de las estrellas: Los Ángeles. Por otro lado “Frozen”, película de Disney, contó con pegajosas melodías, y una buena dirección artística, así como el mensaje de que siempre hay esperanza para las personas. el resultado: se convirtió en un fenómeno global. ¿Pero qué pasa con Latinoamérica? y lo más importante, ¿Qué necesitaría el Perú para conseguir series y películas de proyección internacional?
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En América Latina, la animación aún sigue en constante crecimiento. De hecho, el Perú se encuentra bien posicionado entre los países de la región, aunque todavía por debajo de Brasil y México. En el caso de Brasil, según el investigador y animador colombiano Ricardo Arce, su crecimiento se debe a que no comparte el idioma español, por lo que se ven obligados a crear sus propios contenidos audiovisuales. En ese sentido, México se convierte en el ejemplo para poder conocer qué es lo que necesita el Perú.
México cuenta con el estudio más grande de animación en toda la región: Ánima Estudios, un ejemplo a seguir para muchas pequeñas casas realizadoras, ya que el estudio ha producido películas y series infantiles para Netflix, así como las versiones animadas de sus clásicas series como “El chavo” y “El Chapulín colorado”. Otro ejemplo es Huevocartoon, que creo su propia marca centrada en historias protagonizadas por huevos. Con seis largometrajes y más de 600 cortos animados, es un estudio que cuenta con una audiencia proveniente en su mayoría de México y Estados Unidos.
La historia: puerta al mundo
En conversación con El Comercio Carlos Zepeda, co-fundador de Huvocartoon compartió que uno de los factores indispensables que ayudaron impulsar la industria en su país, es la calidad del contenido. En sus palabras, “muchas veces, las películas o cortos que se hacen no son muy atractivas en cuanto a la historia. Y eso es lo más importante”. Asimismo, enfatizó que estas narrativas deben tener el estilo que el público en general está acostumbrado a ver, es decir, que tenga el mismo peso que las historias creadas por Pixar y la calidad norteamericana.
En el Perú, en el año 2017 se realizó una serie llamada “Grumete Grau” sobre la vida del héroe Miguel Grau. En el 2018 se dieron a conocer dos títulos de series peruanas dirigidas a un público infantil y transmitidas por TV Perú: “Ciudad Jardín” y “Martina y Rigoberto”. ¿Hay más? Es muy seguro que sí, pero en su mayoría de carácter independiente. Además, aún se carece de narrativas propias para series de televisión, según nos indica el investigador Ricardo Arce.
Red Animation es el estudio con mayor experiencia en el Perú en cuanto a las coproducciones con empresas extranjeras para series de animación como “Rovio’s Angry Birds, Bubble Trouble” para Amazon Prime. Su CEO, Milton Guerrero, compartió su opinión sobre qué es lo que se necesita para aumentar el desarrollo de series nacionales: “No creo que solo por crear historias que sean basadas en historias peruanas, van a ser exitosas. Hay que pensar mucho más en la historia, hay que desarrollar los personajes, que sea universal (el tema) y compartan valores con el resto del mundo”.
El necesario apoyo estatal
“A veces, a los estudios no les queda de otra que hacer lo que se puede con los recursos que se tiene. Un factor importante en el caso de Huevocartoon, es que hemos logrado conseguir recursos para hacer animación que está a otro nivel gracias a la mayor inversión”, mencionó Carlos Zepeda.
Si bien la animación es costosa, México tiene la oportunidad de contar con apoyos financieros y la gran cantidad de festivales como Pixelatl, Animasivo, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, así como otras entidades estatales o privadas que ayudan a financiar este tipo de proyectos. “De otra manera no hubiéramos contado con el presupuesto. En las cuatro películas que hemos hecho, hemos recibido apoyo de diferentes instancias, a veces son directos y otros fiscales. A veces puedes conseguir dinero de una empresa, y esa empresa tiene apoyos fiscales que permiten bajar sus impuestos mientras apoyan al cine nacional. Eso es importante”, agregó.
¿Acaso el Perú no cuenta con este tipo de incentivos? Lo cierto es que sí los tiene, pero no lo suficiente. DAFO (Dirección del audiovisual, la fonografía y los nuevos medios), por ejemplo, es una entidad que proporciona financiamiento para la industria audiovisual, pero no necesariamente de animación en específico. En el 2019 se aprobó la nueva ley de cine, sin embargo, aún falta ejecutarse. Esto, aún debilita un poco las producciones locales. Según César Zelada, director de Tunche Films, “Es una ley que puede traer ventajas. Yo tengo que coproducir esta siguiente película (”Kayara”) con España, porque en el Perú no existen los incentivos suficientes. Y, por ende, esto les quita la oportunidad a muchos peruanos también.” Vale resaltar que, Tunche Films, está marcando un gran paso para la industria, ya que ha vendido dos producciones animadas a productoras extranjeras. La primera, “Aimbo”, y la segunda que se encuentra en producción “Kayara”.
Es más, el Perú aún está muy lejos de conseguir facilidades fiscales, según indicó Milton Guerrero (Red Animation), “El país necesita efectivos fiscales y devolución de impuestos por inversión. Colombia lo activó hace dos años, por ejemplo. Esto significa que, si traes una inversión y las autoridades lo aprueban; al terminar el proyecto, el estado verifica y le devuelve los impuestos en un 30% a quien invirtió el dinero. Eso lo hace increíblemente atractivo para traer inversión al país”.
El talento
Las escuelas de formación son esenciales para poder incrementar los contenidos, tener nuevas historias y artistas capacitados que puedan atraer visibilidad internacional. “Cuando hicimos nuestra primera película en el 2006, no había ninguna sola universidad que ofrecía una carrera. Nosotros tuvimos que hacer gran parte de la primera película fuera de México. La segunda, la hicimos ya toda en México. Entre el 2006 y 2010, muchas universidades abrieron carreras de artes digitales y animación. Ahora ya hay muchos egresados que están haciendo cosas buenas, no solo en películas, también en cortos, series, y más”, compartió Carlos Zepeda (Huevocartoon).
El aumento de mano de obra aún se encuentra en desarrollo en el Perú. La película nacional “Aimbo” no se pudo llevar a cabo netamente en el Perú por la falta de artistas, según lo indicó César Zelada. “Hay mucho talento, pero no hay formado para este tipo de proyectos de animación. (...) Puedes tener proyectos, pero no tener quien los desarrolle. En “Aimbo” tuvimos un 20% de alumnos de Epic (Escuela Peruana de la Industria Cinematográfica), y para “Cayara” esperamos a que se incremente el doble. Y, sobre todo, esperamos que la educación tenga acceso a las regiones también”
¿El error de Perú?
Más que un error, es la carencia de una variedad de contenidos. Colombia, por ejemplo, tiene a “Juaco y Paco”, serie que planea llegar este año a Cartoon Network. También, han producido una serie web netamente colombiana titulada “Vida pública show” que se dirige a un público adulto joven latinoamericano. Vale resaltar que, su industria cuenta con una variedad de cortometrajes. Es el caso de “El Pajarocubo” del realizador colombiano Beto Vega, que fue preseleccionado para competir en los premios Oscar este año. En ese sentido, contar con cortometrajes, series, entre otros contenidos; ayudó a ampliar su portafolio local.
En el Perú, quizá la animación en películas sí está comenzando a tener potencial gracias a “Kayara” y “Aimbo”. Sin embargo, nuestras primeras cintas como “Piratas del Callao” (2005), tuvieron acogida en la región gracias a la historia, pero a nivel técnico dejó mucho que desear. En efecto, según la perspectiva del investigador y realizador colombiano, Ricardo Arce, “el Perú tiene un nivel en producción de largometrajes muy bueno, pero no vemos ni cortos peruanos, ni series animadas de televisión. Tienen un nivel muy bueno, pero no se está cubriendo un espectro amplio. Eso es importante, porque eso fortalece la presencia en distintos medios y en el mercado de la animación.”
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