Vivimos tiempos de escasez de ideas dentro del cine comercial, y eso es innegable. Una hiperabundancia de ‘remakes’, ‘reboots’ y ‘revivals’ atizados por la nostalgia consumista de generaciones anteriores. Solo basta mirar la cartelera de estos días: hay una película de los “Cazafantasmas”, otra de Godzilla y King Kong, y una precuela de “La profecía”. Y solo hablamos del aquí y del ahora.
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Pero sí hay casos que se salvan y vale la pena destacarlos. Uno de los más notables es el de “El planeta de los simios”, que entre 2011 y 2017 supo recuperar la esencia del clásico original de 1968 para narrar los orígenes de aquella distopía sobre un mundo dominado por primates no humanos.
“El origen del planeta de los simios” (2011), “El amanecer del planeta de los simios” (2014) y “La guerra del planeta de los simios” (2017) formaron una trilogía muy lograda que, por un lado, reflexionaba inteligentemente sobre las cuestiones morales de una humanidad que pierde su predominio en la Tierra; y por otro, sabía explotar el uso de la tecnología visual para presentarnos de una forma inquietantemente realista a estos animales antropomórficos.
La primera entrega de aquella trilogía fue dirigida por Rupert Wyatt, y las dos siguientes por Matt Reeves, con muy buenos comentarios por parte de la crítica. Ahora es el turno de Wes Ball, cineasta encargado de una nueva película que se prevé sea el comienzo de otra saga: “El planeta de los simios: nuevo reino”.
REINICIO AUSPICIOSO
El filme, que se estrena este jueves 9 de mayo, se desarrolla 300 años después de los incidentes ocurridos en la trilogía anterior. El protagonista ya no es César, el icónico simio que se convirtió en líder de su especie. Al mando está ahora Próximo César, un monarca más bien violento y tiránico que fomenta la cacería de los humanos, quienes han vuelto a una condición tribal y salvaje.
En ese contexto, un joven simio de nombre Noa (Owen Teague) será quien asuma el protagonismo al darse cuenta de la abusiva situación en la que se encuentra el mundo. Tras perder a su familia, Noa irá tomando conciencia y se unirá a una joven humana, Mae (Freya Allen), para intentar recuperar la paz.
Los primeros avances de la película son auspiciosos: acción intensa, diálogos emotivos, sentido del honor, y una audaz alegoría de la fallida evolución humana: la sed de poder, la ambición, el sometimiento y más. Claves que han convertido a esta franquicia en un atractivo pero a la vez perturbador retrato de lo que somos (y podríamos ser en un futuro).
Por supuesto, habrá que ver en su totalidad “El planeta de los simios: nuevo reino” para sacar mejores conclusiones. Ojalá esté a la altura de sus predecesoras.