Ganador de varios premios y reconocimientos internacionales, el actor Fernando Bacilio es uno de nuestros máximos exponentes a nivel internacional, con aclamadas películas como “El mudo” y “Tiempos futuros” en su carrera. Ahora el destacado artista regresa este 29 de junio con “La Pampa”, una cinta que gira sobre la trata de personas en la Selva donde interpreta a un hombre que huye de su pasado cuyo camino se cruza con una niña en búsqueda de un futuro.
No es su único proyecto en el horizonte, con cintas como “El niño probeta”, “El Chuzalongo” y “La niña del azúcar” también prontas a estrenarse. Adicionalmente, ya tiene su próxima grabación programada, y apenas se estrene “La Pampa” viajará a Huancayo para filmar “A media calle” con el director Eduardo Orcada Villalva.
“Quisiera tener una pausita, pero también hay gente que considera importante sumar mi presencia a la historia de su película”, confiesa el a El Comercio. “Además, es bonito cuando no tienes que hacer casting y más bien te dicen que pensaron en ti cuando hicieron guion.”
—¿Cómo te involucraste con “La Pampa”?
Como ya había hecho dos filmes dirigidos por Dorian Fernández-Morris -“Desaparecer” (2015) y “Maligno” (2016) - ya teníamos una conexión, así que cuando hizo el guion de esta película pensó en mí como uno de los protagonistas.
—¿Qué nos puedes decir de tu rol?
Interpreto a Pedro, un exfuncionario que huye a la Selva tras una trifulca con unos de sus excompañeros corruptos. Ahí se encuentra con esta adolescente que era explotada por la trata de personas y él empieza a meterse un poco en esta situación problemática en la que está ella.
—¿Te inspirarse en alguna película para el personaje de Pedro?
La película “El profesional” y Jean Reno fueron una fuerte inspiración, sobre todo porque él se convirtió una especie de guardaespaldas de una niña también. La influencia era tal que cada día, cuando me iba a descansar, repasaba el guion escuchando el tema de la cinta, lo que me sirvió un poco para la construcción de mi personaje e ir creando su estado emocional.
—¿Cómo fue trabajar con tu coestrella Luz Pinedo, quien tiene su debut en esta película?
Al inicio hubo un periodo donde tuvimos que familiarizarnos, pero creo que tuvimos química. Yo, como alguien más experimentado, me acercaba a ella para conversar y de ahí salían unos consejos para que su actuación sea más orgánica, aunque ella ya es una actriz natural. La experiencia llevó a que logramos hacer ósmosis entre nosotros y nuestros roles, de manera que en ya en las últimas escenas prácticamente no nos sentíamos como Fernando y Luz, sino como los mismos personajes contando su historia frente a las cámaras.
—‘La pampa’ de la película fue recreada con un escenario enorme dentro de un arenal...
Cuando llegamos a la locación, yo me sentí bastante asombrado de cómo habían logrado hacer este trabajo arduo y sacrificado trabajo. Parecía como un set de esas grandes películas históricas y se nota que el director de arte internalizado muy bien cómo es ‘la pampa’ real en Madre de Dios para traer a esta pampa de la ficción, en este caso en Pucallpa.
—¿Hubo problemas por filmar en la Amazonía?
Yo soy alguien de la ciudad, de Trujillo y me costó adaptarme al clima, porque es muy caluroso. Pero creo que ese sol me servía para poder sentir en mi rostro, en mi piel, a mi personaje, ya que él también era un citadino.
—¿Por qué el público debería ver “La Pampa”?
Creo que hacer arte en el país es algo bastante difícil y complejo, por lo que hay que valorar las películas peruanas y no solo consumir el cine comercial. Además, cintas como esta ayudan a reflexionar sobre temas que están un poco marginados por culpa del poder político, como es el caso de la trata de personas que ocurre no solo en Madre de Dios, sino en todo el país.