El director argentino Mariano González presenta en el Festival de Cine de Lima "El cuidado de los otros" (Foto: FCL24 PUCP)
El director argentino Mariano González presenta en el Festival de Cine de Lima "El cuidado de los otros" (Foto: FCL24 PUCP)
Daniel Goya

Una niñera, un accidente y la culpa que parece inundarlo y cambiarlo todo. Esa es la premisa de “El cuidado de los otros”, la cinta argentina que compite en el Festival de Cine de Lima de la PUCP y que es dirigida por Mariano González, un realizador que anteriormente cosechó muy buenos comentarios con “Los globos”, en el 2016.

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En esta entrevista comenta su visión de “El cuidado de los otros” y cómo privilegia los silencios de los personajes para darles mayor dimensión.

—En “El cuidado de los otros” parece que lo más importante es lo que no se ve, lo que no se escucha. Es el interior emocional de los personajes lo que se expone en gran medida.

Uno como autor va descubriendo siempre. Soy consciente de que elijo el silencio. Primero porque no quiero que los personajes definan las cosas como yo pienso. Es un hilo muy fino. Segundo, porque quiero que el público complete en su cabeza lo que está pasando en la película.

—Y lo que consigues es que el espectador no sea un ente pasivo que recibe la historia, sino que están constantemente llenando espacios.

Exacto. Creo que los personajes no pueden definirse totalmente. Creo que la vida no es tan simple como para establecer cómo puede sentirse alguien ante diferentes situaciones. Es difícil expresar. Nos callamos las cosas muchas veces por miedo o lo que fuese. Entonces siempre trato de que los personajes tengan esa cuota de temor o de torpeza.

—En ese sentido, se parece un poco a lo que hacía Chéjov en sus obras, en las que el lenguaje no era suficiente para expresar lo que le ocurría internamente a los personajes.

Claro, porque lo que importan son las acciones de los personajes, no lo que dicen. Y las acciones terminan siendo resultado de lo que ocurre internamente. Y también pasa que uno va descubriendo nuevas posibilidades después de la escritura. Yo siempre digo que el 50% del resultado de la historia final está en el guion. Pero el otro 50% lo voy descubriendo durante la filmación y en la edición. Yo termino de escribir el 30% editando la película. No porque me siente a escribir, sino porque la edición permite seguir construyendo la historia después del guion.

—Entonces, la edición es un recurso más para revelar la historia.

Por supuesto, es como una fase más de escritura que yo sé que voy a tener y me lo guardo para el final para concretar. Es descubrir, me encuentro con cosas que se pueden reescribir en el montaje, que no se aleja de la idea inicial, pero que sí la potencia. Es como lo que mencionas de Chéjov, porque de pronto veo que los personajes pegan un giro que yo no tenía planeado ni pensado y me sorprende y lo sumo a la historia.


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