"Guardianes de la galaxia 2": nuestra crítica de la película

No hay retorno. Desde que los píxeles almacenados en un disco reemplazaron las huellas de luz impresas en las cintas de nitrocelulosa, los superhéroes llegaron para quedarse. Y si es con humor y poca solemnidad, mejor. Por lo menos para los estudios Marvel que, a diferencia del dramatismo de DC, descubrió que la comedia era la mejor vía para hacer del cine una experiencia tan excitante como lúdica, tan espectacular como irónica, tan entretenida como paródica. La inocencia del “Spider-Man” (2002) de Sam Raimi se dejaba de lado por el desenfado algo más terrenal de Tony Stark/Robert Downey Jr. De “Iron Man” (2008).

Hasta que llegó a las pantallas, como una apuesta menor aunque con cierta audacia, “Guardianes de la galaxia” (2014). Se trataba de una especie de reserva poco conocida de personajes de Marvel, que tendrían su oportunidad de probar la fama de la mano de James Gunn –guionista de cintas de horror de bajo presupuesto y director de algunos hits de taquilla como los “Scooby-Doo” del 2002 y 2004–. La apuesta consistió, ahora, en acentuar el tono irreverente, lleno de referencias nostálgicas a la cultura pop, además de contar con un conjunto irresistible de clásicos del rock de los años setenta.

La deriva de estos guardianes del espacio, dado su abrumador éxito en la taquilla (y la crítica), abría así una nueva senda –extremada por “Deadpool” (2016), de Tim Miller, la sátira de superhéroes más absurda de todas–. Y como era de esperarse, “Guardianes de la galaxia Vol. 2” llegó con más de lo mismo, solo que a mayor escala. No solo más duración, sino también más personajes, más villanos y más efectos especiales con reminiscencias de los viajes psicotrópicos de la era de Cat Stevens.

Pues bien. No hay mucho que decir de la historia del filme, como no hay mucho que explicar sobre la trama argumental de un capítulo de “Tom y Jerry” o de “Bugs Bunny”. Y es que desde la concepción visual hasta el tono de la narración –salpicada de gestos socarrones y cómplices con el espectador, mucha acción  casi de “golpe y porrazo” (‘slapstick’)– todo es rápido y rocambolesco.

Lo atractivo de “Guardianes de la galaxia 2” tiene que ver con su sofisticado arte visual y coherencia de estilo, siempre en clave de no tomarse muy en serio, gracias a las peripecias y amistad de cinco personajes de diversas razas y mundos: Peter Quill (Chris Pratt), galán y líder de la banda; Drax (Dave Bautista), fortachón que se ríe de todo; Gamora (Zoe Saldana), bella mujer verde de ataque letal y mirada inteligente; Rocket (la voz de Bradley Cooper), mapache renegón que no para de gastar bromas pesadas; y Baby Groot (con la voz de Vin Diesel), pedazo de rama de árbol de tamaño diminuto, que durante toda la película solo dice “I am Groot” (“Yo soy Groot”). Sin embargo, los límites de la propuesta de Dunn son notorios. El filme trata de discurrir por la delgada línea que separa a niños de adultos, tratando de contentar a ambos públicos.

De hecho, este “Guardianes de la galaxia 2” incorpora el tema del conocimiento del padre por parte del héroe protagonista, y es fácil reconocer los ecos shakesperianos de “El imperio contrataca” de “La guerra de las galaxias”. Ese lado, el más ‘serio’ –aquí apuntalado por la formidable participación de Kurt Russell como Ego, especie de progenitor de intenciones dudosas y mente todopoderosa– es el que proporciona un poco de tesitura propiamente humana a una cinta cuya estética de la nostalgia y el humor ligero parece repetirse. Veremos si la próxima entrega puede mantener el interés.

LA FICHA
Título original: “Guardians of the Galaxy Vol. 2”.
Género: acción, aventura, ciencia ficción.
País: Estados Unidos, 2017.
Director: James Gunn.
Actores: Chris Pratt, Zoe Zaldana, Dave Bautista, Michael Rooker.
Puntuación: 2,5 de 5.

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