Javier Valdés y Alessandra Fuller son los protagonistas. (Foto: Difusión)
Javier Valdés y Alessandra Fuller son los protagonistas. (Foto: Difusión)
Czar Gutiérrez

“Si mañana no despierto, me dijo, diles que no tuve miedo. Que fui consciente del riesgo que corría, pero nunca abandoné mi puesto de batalla. Elegí mi camino y lo hice con gusto. Viví cada momento dándoles más y mejores días a mis pacientes. Si mañana no despierto, dile a mi familia que lo lamento, que no quise dejarlos, que deseaba disfrutar un poco más de su invaluable compañía. Que gracias a ellos me hice hijo, padre, esposo y hermano. Me hicieron vivir los mejores momentos de mi vida y son sus recuerdos los que me llevo”.

Cuando los pulmones son incapaces de inhalar el aire que contiene oxígeno y exhalar dióxido de carbono, el torrente sanguíneo es incapaz de llevar la suficiente cantidad de sangre a los pulmones. Entonces el paciente siente que se ahoga. Le duele la cabeza, se le secan los labios, empieza a temblar. Y junto a la angustia, llega el diagnóstico: “lo que tiene su hija es hipoxemia”, le dice el médico al desesperado señor cuya hija bachiller de medicina se contagia mientras trabaja en la pandemia del Covid-19 en un hospital de Iquitos. Y entonces ocurre el monólogo de arriba: la posibilidad de no despertar está más cerca que nunca.

Javier Valdés es uno de los protagonistas de "Hipoxemia". (Foto: Difusión)
Javier Valdés es uno de los protagonistas de "Hipoxemia". (Foto: Difusión)

-Todo a pulmón-

El corto de 25 minutos de duración plantea, desde el saque, una carrera contra el reloj: Wilfredo Morales (Javier Valdés) solo tiene 2 horas para hallar un balón de oxígeno antes de que sea demasiado tarde. Entonces, desde Lima y en pleno confinamiento, empieza a llamar a todos los proveedores que encuentra en Internet. Con las primeras respuestas —”no tenemos”, “acabamos de vender el último que nos quedaba”, “nos llega la próxima semana, ¿le reservo uno?”—crece la tensión. Hasta que brilla una luz al final del túnel. “Nos queda uno pero está a 10 mil soles”. Y cuando el hombre no tiene más remedio que aceptar, le dicen: “deme 12 mil y cerramos el trato”.

Escrita, dirigida y filmada en plena reclusión, con los niveles de mortandad en angustioso ascenso, “Hipoxemia” llama la atención por tratarse de una película altamente coyuntural. Y, por tanto, corre el riesgo de ser sospechosamente oportunista. ¿Por qué este no sería el caso? “Porque nace de una necesidad de resaltar la vocación de servicio, trabajo, entrega y sacrificio de los médicos que han perdido la vida como resultado de la atención de los pacientes, siendo este un relato que viene de primera mano, desde la primera línea del el Hospital Regional de Iquitos donde he crecido acompañando a mi padre médico”.

Ale Fuller es una de las protagonistas. (Foto: Difusión)
Ale Fuller es una de las protagonistas. (Foto: Difusión)

Lo dice Martín Casapía Casanova, director de la película y testigo presencial de la lucha contra la peor pandemia de los últimos tiempos en un hospital donde la muerte le arrebató amigos y familiares. “Por lo tanto, se escribió con la tristeza y frustración que dan perder frente a una enfermedad que nos supera. También muestra la realidad sanitaria de nuestro país con una serie de deficiencias, donde un balón de oxígeno o un ventilador mecánico se pueden convertir en bienes muy preciados que no se consiguen en ciudades alejadas como Iquitos aún si tienes todo el dinero del mundo”, dice.

-Rodaje remoto-

El formato ‘screenmovie’, ideal para circunstancias que no permiten realizar un rodaje tradicional, consiste en narrar a partir de lo que proyecta la pantalla de una computadora. O de un celular. Es verdad que no se tiene control sobre el set y todo el rodaje depende de un flujo de internet estable, pero la tecnología puede ser también el gran detonador del ingenio y la creatividad. ¿Es equívoco pensar que este procedimiento reduce a cero los costos de producción? “Efectivamente, la producción en este formato cuesta menos que el rodaje tradicional. Es un cortometraje, pero podría ser adaptada para un largo y ser llevada a la pantalla grande. Por su calidad, cumple con todos los requisitos técnicos para poder ser proyectada en cualquier parte del mundo”, dice Casapía.

Tributario experimentos norteamericanos notables como ese largo de terror sobrenatural llamado “Unfriended” (Levan Gabriadze, 2015), el drama de suspenso psicológico “Searching” (Aneesh Chagantyo, 2018) y la película de terror “Unfriended: Dark Web” (Stephen Susco, 2018), “Hipoxemia” puede ser también una lección técnica de rodaje remoto para aspirantes a cineastas. Una aventura cinematográfica de dirección y de producción. Un desafío que involucra al actor en aspectos técnicos de la filmación —sonido, cámara e iluminación—, mezcla la cibernética con escenas reales y nos aproxima a géneros poco explotados en el medio local como el ‘found footage’ y un realismo cargado de elementos visuales de cámara no estabilizada.

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