Escena de "El informante". (Fuente: Difusión)
Redacción EC

Si hablamos de thrillers políticos norteamericanos de los últimos años –en el rubro de la ficción– es probable que no contemos demasiados títulos memorables. Entre los mejores se encuentran “Poder y traición” (2011), de George Clooney, o “Munich” (2005) de Steven Spielberg. Si retrocedemos aún más, destacan sin duda “JFK” (1990) de Oliver Stone y, ya en los setenta, “Todos los hombres del presidente” (1976) de Alan J. Pakula. Esta última, lograda crónica sobre el escándalo Watergate que decidió la salida de Richard Nixon de la presidencia de Estados Unidos en 1974.

A “El informante” de Peter Landesman (el título original se traduce como “Mark Felt: el hombre que hizo caer la Casa Blanca”) no hay que confundirla con la cinta homónima de Michael Mann sobre los destapes periodísticos que jaquearon la industria del tabaco en los noventa (“The Insider”, 1999, también traducida como “El informante” en Hispanoamérica). Por supuesto, Landesman, conocido por thrillers similares (“La verdad oculta”, 2015, sobre los problemas de salud de los jugadores de fútbol americano), no es Mann ni Pakula, aunque la influencia de ambos gravite en sus filmes de forma notoria.Pues bien, a la hora de abordar el tinglado que decidió la caída de Nixon, “El informante” es casi una memoria relatada a modo personal desde los ojos de Mark Felt (Liam Neeson).

Este misterioso hombre del FBI se descubriría, ya muchos años después de los sucesos de Watergate, como el que estaba detrás del alias ‘Garganta Profunda’. Él fue la fuente decisiva que guió a los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, del diario “Washington Post”, en el descubrimiento de las operaciones de espionaje que Nixon dirigía desde la Casa Blanca contra el partido demócrata.

Como el filme parte del libro autobiográfico escrito por Felt (“A G-Man’s Life”), mucho del interés tiene que ver con la envolvente atmósfera de tonos oscuros empleada para ilustrar las riesgosas peripecias de este hombre fuerte del FBI –fue el segundo en el mando detrás de J. Edgar Hoover– cuando le toca enfrentar a su nuevo jefe, Patrick Gray (Marton Csokas), impuesto por Nixon. Así, lo mejor está en las conjuras y estrategias de encubrimientos, secretos y cálculos que componen una narración sutil, que saca provecho de lo no dicho y de las penetrantes miradas de los protagonistas.

La participación de Liam Neeson, como siempre, es un punto a favor. Su mirada de noble y atribulado caballero es bien respondida por la actuación de Csokas, suficientemente siniestra y elusiva, a la vez que llena de carácter, como para alejarse de la caricatura. Pero precisamente en este duelo de estrategias taimadas, Neeson, pese a su buena interpretación, termina siendo víctima de un guion que no ha tomado suficiente distancia de la perspectiva ejemplar e impoluta que, sacada del libro, supone Felt respecto de sí mismo.

“El informante” es técnicamente sofisticada, mantiene el suspenso y es interesante como documento de parte sobre un polémico suceso de la historia de Estados Unidos. Su problema es que no llega a calar en su material humano y se torna algo didáctica. A diferencia de “Todos los hombres del presidente” de Pakula, no llega a multiplicar los puntos de vista sobre los hechos, o a crear el desconcierto y angustia que la harían apasionante. El retrato de la vida familiar de Felt, ligado a su esposa (Diane Lane), resulta anodino. El resultado general es, así, un paso atrás respecto de “La verdad oculta”, thriller que, pese a su medianía, puede ser el más complejo de Landesman.

​Más información

Título original: “Mark Felt: The Man Who Brought Down the White House”.
Género: biografía, thriller.
País: Estados Unidos, 2017.
Director: Peter Landesman.
Actores: Liam Neeson, Marton Csokas, Diane Lane, Tom Sizemore.
Calificación: ★★ 1/2.

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