Taika Waititi (derecha) interpreta al Hitler imaginario que acompaña al pequeño Johannes Betzler, miembro de las Juventus Hitlerianas.
Taika Waititi (derecha) interpreta al Hitler imaginario que acompaña al pequeño Johannes Betzler, miembro de las Juventus Hitlerianas.
Juan Carlos Fangacio Arakaki

No debe ser fácil pedirle a un actor de apenas 10 años de edad que imagine al genocida Adolph Hitler como su mejor amigo. Pero esa es la premisa a la que debió enfrentarse Roman Griffin Davis (hoy con 12 años cumplidos) en la película “Jojo Rabbit”, singular comedia negra que acaba de ser nominada a seis premios Óscar (incluida la categoría de Mejor Película).

El pequeño actor inglés es el protagonista de la cinta, en la que interpreta Johannes ‘Jojo’ Betzler, un niño alemán que pertenece a las Juventudes Hitlerianas, aunque aún sin la edad para percibir nociones como la maldad o el racismo. Por esa razón, y adoctrinado por sus superiores, el pequeño idealiza a Hitler (en una versión más bien bonachona y casi ridícula) y lo convierte en su amigo imaginario. Un ‘Führer’ que es interpretado por Taika Waititi, quien es además el director de la película.

En declaraciones exclusivas para El Comercio, Griffin Davis contó que su llegada al filme fue más bien accidental: “Yo fui a hacer una audición para otra película en Los Ángeles, y cuando estaba ahí fuimos a ver a los colegas de mi mamá [que es guionista]. Recuerdo que me preguntaron si ya había hecho una audición para ‘Jojo Rabbit’. ¡Al principio pensé que era como una secuela de ‘Peter Rabbit’!”.

Sin embargo, luego de tener aclarado el tema, Griffin pasó todas las evaluaciones y rápidamente logró integrarse en un rodaje desafiante por su mera condición de sátira. Para ese fin, el trabajo de Waititi fue clave. El también director de “Thor: Ragnarok” tuvo que guiar al joven intérprete para que comprendiera el sentido del filme. “[Roman] es muy inteligente y sensible, además de ser muy empático con los personajes que lo rodean –ha dicho Waititi sobre su actor–. Siempre está haciendo preguntas, y siempre está intentando descifrar qué les está pasando a esos personajes y cómo eso se relaciona con lo que le está pasando a él. Para que tenga un mejor entendimiento de cómo debería de abordar las escenas desde un punto de vista emocional. Para que un actor llegue a hacer eso, se requiere de mucha madurez. Pero que un actor de 10 años de edad esté pensando en eso, es algo verdaderamente fenomenal”.

Una complicidad que fue correspondida por Griffin Davis. “Taika y yo nos llevamos de maravilla. Tiene un sentido del humor único e interesante. Y su guion era asombroso, por lo que hizo la mayor parte de mi trabajo. Eso me dio cierta tranquilidad, ya que el guion hablaba por sí solo”, asegura.

CUESTIÓN DE MIRADAS

Aunque el ejercicio de construir a un Hitler inofensivo parezca en un principio chocante, y pueda malentenderse como una frivolización del nazismo, en realidad se aborda en la película con un tono que algunos han criticado como sensiblero y manipulador, en la línea de otras cintas sobre el Holocausto con trillada mirada melodramática.

Al margen de esas visiones polémicas, “Jojo Rabbit” es una película, en su esencia, sobre la inocencia infantil. “‘Jojo’ es un chico que ha llegado a creer al 100% en el partido nazi –agrega Griffin Davis–. La película es acerca de la chica judía que conoce, que cambia toda su situación, y que además cambia su manera de pensar”.

Una mirada bastante sensata sobre la ficción, que el pequeño combina con otras observaciones más bien anecdóticas, como algunos de los aspectos que lo pusieron en aprietos durante el rodaje. “Dominar el acento alemán fue difícil –explica–. Recuerdo que hacíamos una escena y quedaba muy bien. Todos estábamos muy contentos. Pero después, la persona de continuidad se me acercaba y me decía, ‘No. Olvidaste tu acento’. Fue muy difícil de recordar [ríe]”.

Un debut actoral que, además, contó con el respaldo de experimentadas figuras como Sam Rockwell y Scarlett Johansson, quien por el papel de la madre de ‘Jojo’ ha sido nominada como Mejor Actriz de Reparto. “Scarlett fue muy amable conmigo. Era justo como su personaje, Rosie. Me ayudó mucho en cuanto a la actuación. De hecho, todos fueron así. Ella, Sam Rockwell, Rebel Wilson… No podría nombrarlos a todos, pero me ayudaron mucho. Me alentaron y fueron muy cordiales. Me hicieron sentir como si podía actuar con ellos y fueron muy modestos”. Un talento juvenil que conviene seguir de cerca.

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