Sebastián Pimentel

Octubre” (2010) y “El mudo” (2013) son, con seguridad, dos de los mejores títulos de la historia del cine peruano. La segunda, en particular, una desconcertante obra maestra donde el plano íntimo y el social se articulan, a partir de la figura del juez incorruptible interpretado por Fernando Bacilio, con un misterio y fuerza filosófica asombrosos. Tras seis años de pausa, Diego y Daniel Vega vuelven con otro filme dramático y ambicioso.

La bronca” cuenta la historia de Roberto Montoya (Rodrigo Palacios), peruano emigrado a Canadá, a inicios de los años noventa —época de gran violencia y caos político, social y económico en el Perú—. Mientras “Bob”, como prefiere que le digan en el país del norte, trabaja como jefe de ventas en una empresa de destino incierto, su hijo adolescente (Jorge Guerra) acaba de llegar desde Lima, y trata de asentarse en la casa paterna.

A primera vista, todo el universo de los hermanos Vega está en “La bronca”. Tanto el prestamista solitario de “Octubre”, como el hermético juez de “El mudo”, o el joven migrante de la cinta que nos ocupa, se han alejado de su madre o la han perdido. Por otro lado, en los tres filmes, los roles paternales se asumen con mucha dificultad. En “Octubre”, el bebé recién llegado es rechazado, mientras que en “El mudo” el padre es casi indiferente.

En “La bronca”, Bob no sabe cómo tratar a su hijo. Este último, interpretado con amargura y agresividad por Jorge Guerra, no tiene ganas de asimilarse a la realidad canadiense. Pero lo peor es que no termina de encajar como hijo de su padre, a quien parece no admirar ni respetar. Bob, por su parte, en una formidable actuación de Palacios, finge una seguridad y autosuficiencia que resultan fanfarronescas y patéticas.

A primera vista, todo el universo de los hermanos Vega está en “La bronca”. Tanto el prestamista solitario de “Octubre”, como el hermético juez de “El mudo”



Esta vez los hermanos Vega están más cerca del mundo de masculinidades explosivas y competitivas que mira con filo crítico un autor como Mario Vargas Llosa. El universo fílmico de Aki Kaurismaki, una de las principales influencias para los personajes ausentes, desafectados y flotantes de las dos primeras películas de los Vega, parece haber quedado atrás con esta crónica de pugnas machistas entre padre e hijo.

El estilo de nuestros cineastas ha elegido otras coordenadas. Ya lejos de encuadres fijos, distanciados y contemplativos, que con un ritmo neutro permitían el registro de cuerpos vaciados de voluntad o teatralización, en “La bronca” los personajes son más histriónicos y están a punto de estallar. Para eso hay que añadir al cínico y burlón Toño (Rodrigo Sánchez Patiño), el amigo mantenido de Bob, que holgazanea sin trabajar.

Uno de los puntos más interesantes del filme tiene que ver con ese factor desestabilizante que representa Toño, quien conoce un secreto de Bob relacionado a su pasado en el Perú. A la vez, el hijo de Bob no soporta los aires de superioridad de Toño, lo que incluye un éxito con las mujeres que el adolescente no tiene. A esto hay que sumar una sensación de extranjería y soledad que aguijonea a los tres inmigrantes peruanos.

Daniel y Diego Vega, directores de "La bronca". (Foto: El Comercio)
Daniel y Diego Vega, directores de "La bronca". (Foto: El Comercio)

En “La bronca”, lo más valioso es la tensión del juego de poderes entre los hombres. Sin embargo, los conflictos se dispersan. El guion no se decide por la historia filial, ni por el chantaje que oculta algo siniestro. Tampoco experimentamos el proceso hacia una liberación espiritual, como en “Octubre” o “El mudo”. Por último, la reflexión sobre el Perú, aquí propuesta desde una indirecta condena moral a la impostada figura del padre escapista, queda como un telón de fondo —al igual que el duro invierno capturado por la cámara de Diego Romero—. Con todos estos defectos, “La bronca” sigue siendo una cinta arriesgada, personal, que renueva el interés en la filmografía de los hermanos Vega.

FICHA TÉCNICA

Título original: La bronca

Género: drama.

País y año: Perú, 2019.

Director: Daniel Vega, Diego Vega.

Actores: Rodrigo Palacios, Jorge Guerra, Isabelle Guérard, Rodrigo Sánchez Patiño.

Calificación: 2 estrellas y media ( 2 y 1/2 ).



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