“El agua es más preciada que el oro”. La frase no pertenece necesariamente a un político o a un economista actual, que viendo los estragos del cambio climático predice los conflictos por este preciado recurso; sino que sale de la boca del actor Walter Huston en la película “The Treasure of the Sierra Madre” (“El tesoro de Sierra Madre”) de 1948. Si bien la reciente cotización del agua en el mercado de futuros de la bolsa de valores de los Estados Unidos ha reavivado los miedos sobre los futuros conflictos sobre este esencial elemento, lo cierto es que estas preocupaciones se remontan en el tiempo, viéndose reflejadas en la ficción.
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En esta nota vamos a revisar cómo la preocupación sobre el agua ha estado presente en el cine desde sus inicios. Como uno de los elementos primarios de la naturaleza, el agua suele tener presencia frecuente en los filmes. Es así que en diferentes ficciones el agua ha sido representada como un peligro en cintas de desastres naturales como “The Perfect Storm” y “Poseidon”, así como el escenario de innumerables aventuras, exploradas en cintas como “20.000 Leagues Under the Sea”, e incluso como un arma como en las cintas “The Wizard of Oz” y en “Signs” de M. Night Shyamalan, donde los extraterrestres tienen una inexplicable debilidad frente al H2O. Sin embargo, en las limitaciones de esta nota revisaremos historias donde el conflicto recae en la posesión de este recurso.
El lejano oeste
En el desierto no hay recurso más preciado que el agua. Esto es cierto tanto en medio del Sahara como en el Lejano Oeste de antaño. El recurso es utilizado no solo para el consumo humano, sino también para la irrigación de los campos y el mantener al ganado. Es por eso que algunos de las primeros conflictos sobre el agua que fueron representados en el cine se adhirieron a uno de los primeros y más famosos géneros cinematográficos: el ‘western’.
En quizás la primera película sobre la importancia del agua tenemos a “Three Word Brand” de 1921, la cual gira en torno a un par de gemelos - ambos interpretados por la leyenda del cine William S. Hart - que son separados cuando eran infantes. Uno de ellos crece como un ranchero (el epónimo Three Word Brand) y el otro logra una carrera política que lo lleva a ser gobernador de Utah.
El conflicto del filme inicia cuando el gobernador es presentado con un proyecto de ley que cortará el agua al valle donde habita Brand. Durante una visita del político a la zona, Brand se da cuenta de su parecido y secuestra al gobernador para reemplazarlo temporalmente en el capitolio, deteniendo la legislación y de paso perdonando a un compañero acusado injustamente de asesinato.
Esta tradición de western centrados en conflictos sobre el agua continuará por las siguientes décadas, con John Wayne participando en tres películas que giran en torno al control del elemento comenzando con “Riders of Destiny” en 1933 y tres años después con “King of the Pecos”, ambas películas girando en torno a un antagonista que mantiene el monopolio del líquido. Ya en el eclipse de su carrera, Wayne volvió a protagonizar una historia centrada sobre los derechos del agua con “El Dorado” (1966), donde un acaudalado terrateniente contrata a una pandilla de forajidos para extorsionar a una granja de su acceso al recurso. John Wayne es, cómo no, un pistolero que luego de un trágico malentendido defiende a los rancheros.
“Olvídalo, Jake”
Quizás la película más famosa (y premiada) que gira en torno a los conflictos sobre el agua es una cinta que en un principio parece no tener nada con la materia. Hablamos de “Chinatown” (1974) de Roman Polanski, una cinta que revive el llamado cine negro al tratar de una historia de detectives. Ambientado en la ciudad de Los Ángeles en la década de los 30, la historia trata del detective privado Jake Gittes (Jack Nicholson), quien es contratado para investigar un posible caso de infidelidad.
El asunto pronto se complica y durante su investigación, Gittes descubre un complot por parte del departamento de agua y electricidad de la ciudad en asociación con el magnate Noah Cross (John Huston) para privar de agua a los granjeros cercanos a la metrópolis para hacerlos quebrar y comprar sus terrenos a bajo costo.
Lo que diferencia a esta cinta de los western que la antecedieron es que al final Cross se sale con la suya gracias al poder que ostenta socialmente y no solo continua con su conspiración; también logra la muerte de su hija convertida en enemiga. El filme culmina con la famosa frase “olvídalo, Jake. Es Chinatown”, que muestra la impotencia del protagonista.
Películas ambientadas en tiempos más modernos también han tratado el tema del agua como la apropiadamente nombrada “Water”, una no muy bien recibida comedia de 1985 protagonizada por Michael Caine donde una pequeña y olvidada colonia británica se convierte en el foco de un conflicto luego de que un pozo petrolero es conectado con una fuente de agua mineral de alta calidad, atrayendo el interés del gobierno del Reino Unido, empresarios franceses y hasta guerrilleros cubanos.
Los conflictos sobre el agua también han sido tratados en tiempos recientes en las cintas de James Bond. Es así que en “Quantum of Solace” (2008) el agente 007 (Daniel Craig) se enfrenta a la organización criminal Quantum y a su líder Dominic Greene (Mathieu Amalric), cuyo plan para lograr la dominación de Bolivia recae en el control de las reservas de agua del país sudamericano. “Este (el agua) es el recurso más precioso del mundo, necesitamos controlarlo tanto como es posible”, afirma Green.
Postapocalipsis
Las películas postapocalípticas son otro género donde la lucha por el agua se ha convertido en uno de los conflictos centrales. Si bien hay interminables ejemplos de este tipo de cintas como “Solarbabies” (1986), “Steel Dawn” (1987), “Tank Girl”(1995) y “The Book of Eli” (2010), hay dos ejemplos en particular que me parecen destacables.
El primero es “Waterworld” (1995), que a pesar de ser considerado uno de los mayores fracasos de la historia del cine, presenta una visión del futuro interesante, con la mayor parte de la superficie del mundo cubierta por océanos luego de el derretimiento de los polos. En este mundo todos los recursos son escasos, en particular el agua potable que obliga a sus habitantes a filtrar incluso su propia orina para mantenerse hidratados.
Otra película a resaltar es “Mad Max: Fury Road” (2016). Cuando otras películas en la saga postapocalíptica resalta la importancia del petróleo para mantener andando a los distintivos vehículos que tanto caracterizan a las películas, la cuarta cinta demuestra la importancia del agua al ser la fuente de poder del antagonista Immortan Joe.
Tras pasar la mayor parte de la película escapando de las fuerzas de Joe, al final los protagonistas del filme Max (Tom Hardy) y Furiosa (Charlize Theron) deciden tomar el control del oasis. El valor del líquido queda reflejado en las palabras de Joe, quien habla a sus seguidores del líquido como si se tratara de una droga. “No se conviertan en adictos al agua, se apoderará de ustedes y resentirán su ausencia”, dice. Puede que sea un poco tarde para hacerle caso.
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