(Venecia, EFE)
Quería ser diplomática pero el azar la convirtió en la editora de cabecera de Martin Scorsese. Venecia a recoger un León de Oro honorífico a su carrera.
"Scorsese cambió mi vida, me enseñó todo lo que sé y me convirtió en una adicta del oficio", aseguró hoy en rueda de prensa la mujer que da ritmo a las películas del gran realizador neoyorquino, su amiga y confidente en ese laboratorio que es la sala de edición.
"Fue una cuestión de suerte", insistió. Todo empezó con un anuncio en el New York Times cuando era estudiante universitaria de Ciencias Políticas. Pedían un asistente de montador de cine para un programa de televisión.
El trabajo, que no requería experiencia previa, consistía en reducir el metraje de clásicos del cine europeo para encajarlos en la parrilla de emisión. Truffaut, Godard, Fellini... Todos víctimas de sus tijeras. "Era un trabajo horrible", ha recordado en Venecia. Pero lo importante es que le despertó la curiosidad por el oficio.
Ese mismo verano, la cineasta nacida hace 74 años en Argelia, donde su padre trabajaba para una compañía petrolífera, se apuntó a un curso de verano en la Universidad de Nueva York.
Scorsese andaba por ahí y tenía un problema con unos negativos estropeados. La experiencia previa de Schoonmaker resultó de gran ayuda, y poco después ya estaba editando su primer trabajo, "¿Quién toca a mi puerta?" (1967)
Fue el comienzo de una larga amistad que ha abarcado toda la filmografía del maestro: desde "Buenos muchachos", "Cabo de miedo", "La edad de la inocencia", hasta "El lobo de Wall Street".
"Todo el mundo quiere saber siempre quién de los dos tiene la última palabra en el montaje, pero no es tan sencillo", afirmaba hoy la montadora.
"Es una conversación constante en la que tomamos mil decisiones al día. Yo empiezo enseñándole tres o cuatro opciones y trabajamos sobre ello. Hablamos mucho de arte, de la vida, de películas, y hasta del papa".
En realidad la primera nominación al Oscar le llegó a Schoonmaker por el montaje del documental "Woodstock" (1971), de Michael Wadleigh. Pero recogió su primera estatuilla una década después por la cruda e impactante historia del boxeador Jake La Motta (Robert de Niro) de "Toro salvaje".
Año 1981. Thelma Schoonmaker recibe de manos de Richard Pryor y Jane Seymour el Oscar por el montaje de "Toro salvaje". (Foto: Getty Images)
"Es una de las películas más difíciles y más maravillosas en las que he trabajado", ha dicho hoy. Su experiencia previa en el documental le ayudó a manejar las escenas improvisadas y a lograr esa verosimilitud tan importante para Scorsese.
Después de casi 50 años juntos, Schoonmaker sigue sin ganas de trabajar con nadie más y se encargará también de editar los próximos proyectos del director neoyorquino: "Silence", un drama ambientado en Japón en el siglo XVII, y el biopic de Frank Sinatra.
"'Silence' será algo completamente diferente. Todo el mundo quiere que haga 'Buenos vecinos' una y otra vez, pero a Martin no le gusta repetirse y yo adoro acompañarle en ese viaje", dice con una amplia sonrisa.