Marco Zunino iluminó con su brillo intenso imponentes escenarios. Resplandeció como Billy Flynn en el musical “Chicago”, en Broadway, y fue ovacionado de pie en Lima tras su presentación en “Cabaret”. Sorprendió con gran talento en la temporada final de “Control Z” y después de dar vida al carismático y complejo Peter Allen en la obra “El chico de Oz”, interpretará a un nuevo personaje biográfico en la pantalla grande: Kiko Ledgard, uno de los presentadores de TV más icónicos del Perú de los años 60. Pero la luminosidad del artista peruano no ha sido constante. Alguna vez se vio amenazada por problemas de salud, como la depresión y el cáncer de piel.
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“Cuando te dicen que tienes cáncer, te da un ‘shock’ momentáneo. Por suerte la gente que manejó mi tema fue bacán. Recuerdo que estaba comiendo con una amiga, cuando me llamaron del consultorio de la doctora que me había extraído el lunar para analizarlo, dijeron que debía ir. De hecho intuí que algo malo pasaba, colgué el teléfono y fui corriendo a verla. Tuve un melanoma, un cáncer de piel agresivo que fue detectado a tiempo. Tuve mucha suerte. Fue hace como cuatro o cinco años”, narra el artista nacional tras asegurar que aquella experiencia le cambió la vida.
“De niño me gustaba destruirme en la playa, el verano significaba insolarme, y antes no nos echaban bloqueador sino bronceador, terminaba morado porque tengo la piel sensible. Ahora me cuido mucho, uso bloqueador todo el tiempo, y me hago chequeos permanentemente”, enfatiza el embajador de la campaña de prevención de cáncer de piel de la Fundación Peruana de Cáncer.
Marco Zunino se encuentra en España para el estreno de la película “De Caperucita a loba en solo seis tíos”, que será el próximo 14 de marzo en el Festival de Málaga. “Es mi primer largometraje en España, interpreto a uno de los tíos”, dice el actor, quien, además, es parte del elenco de actores de “Mistura”, drama original peruano protagonizado por Bárbara Mori y Christian Meier.
En esta cinta ambientada en Lima de 1960, cuyas grabaciones se inician en abril, Zunino dará vida al icónico presentador de TV, Kiko Ledgard.
“Me estoy preparando para este personaje, estudiando un poco su historia, viendo sus entrevistas. Se vuelve famoso porque irrumpe con un estilo divertido, jovial y revolucionario en una época en que los animadores eran acartonados. Es un bonito proyecto, tengo muchas ganas de hacerlo”, comenta.
En agosto del 2022, Zunino generó importantes elogios por su participación en “Control Z”, una de las series latinoamericanas más exitosas a nivel internacional en el catálogo de Netflix. “Creo que las cosas se alinearon a mi favor, pues estoy seguro que no me hubieran elegido de haber sabido que mi personaje iba a crecer tanto, ya que no soy conocido en México. El factor suerte importa, pero, obviamente, también es importante hacer un buen trabajo”, destaca.
Claro que no le ha sido fácil alcanzar el reconocimiento internacional que actualmente ostenta. “Aunque pasen muchos años y conozcas muy bien el personaje, nunca dejas de sentir nervios en los casting, pero tampoco tengo problemas en hacerlo. Hay proyectos que conseguí llamando a los productores, pidiéndoles que me prueben y que si no les gusto, no me llamen. Así me gané algunos papeles”, confiesa.
“La primera vez que me vieron en persona para ‘Chicago’, me dijeron que no era el típico latino, que no era lo que esperaban, sin embargo les gustó mucho mi trabajo, y quedé. El mayor reto para un latino afuera siempre será el idioma, pero también saber aprovechar las oportunidades cuando lleguen”, asevera y reconoce que alguna vez, como pasa con muchos actores, pensó que se había equivocado de camino, que no era buen actor.
─Pero también hay muchos actores que tienen demasiado ego. ¿Alguna vez, la fama te desestabilizó?
Lo que pasa es que a mí se me dio bastante paulatino. Mi pico más alto fue cuando era chico, en “Torbellino”, y no era tan cuidadoso con la gente que se acercaba; pero en mi casa mi papá nunca me permitió ser malcriado y estaba enfocado en que no se me suban los humos. Por cinco minutos en “Bailando por un sueño” perdí la brújula, me vi en todas partes, nunca había tenido tanta exposición pública y pensé que realmente se trataba de mí, no tenía cómo controlarlo; pero Gisela, me dijo: “Papito, es un programa de televisión”. Tenía toda la razón. Esa experiencia me sirvió para lo que se venía después: Broadway y ‘Cosito’.
─¿Te molesta que aún te digan ‘Cosito’, por tu personaje en “Al fondo hay sitio”?
No, para nada. La llegada de ese personaje fue una cosa de locos, un referente muy fuerte, nadie pudo calcular el éxito que tendría, al presidente (Ollanta Humala) empezaron a decirle “Cosito”. Es un personaje que se ganó el cariño de la gente, cuando pasó por una construcción de un edificio, los albañiles me gritan con mucho cariño: “Cosito”.
─¿Hay posibilidad de que reaparezca en “Al fondo hay sitio”?
No hay ninguna posibilidad por ahora, no hay ninguna propuesta.
─¿Qué ves cuándo miras hacia atrás? ¿Cumpliste tus sueños?
La vida va cambiando y cambian tus objetivos, tus prioridades van mutando, y cuando volteas a ver la vida te das cuenta que de repente las cosas no fueron exactamente como pensabas, pero lo que salió está bastante bien. Gran parte de mi carrera no era lo que imaginé, pero al mismo tiempo ha sido mejor de lo que imaginé.
─¿Cuál es la satisfacción más grande que te ha dado la actuación?
La primera vez que vi “Cabaret” en Broadway me sentí excitado, sentí que estaba haciendo algo malo, eran muchas cosas juntas. Moría por hacerla, y cuando la hice fue maravilloso poder tocar al público de la forma como pasó. Era un público muy tímido que poco a poco se fue calentando y, de repente. empezaron a gritar como si estuviesen en un concierto de rock, eufóricos. Fue hermoso, inolvidable.