Son más de 100 gremios y asociaciones los que se han unido en el colectivo llamado En Defensa del Cine Peruano para rechazar el proyecto de ley de la congresista Adriana Tudela, que propone una nueva ley de cine peruano, en reemplazo de la actual, promulgada en el 2019.
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La iniciativa de la parlamentaria de Avanza País ha generado controversia por proponer, entre otras cosas, un tope del 50% sobre el costo total de producción para los estímulos que entrega el Estado a las películas nacionales, además de cuestionar la “discriminación positiva” que favorece al cine indígena y al hecho en regiones.
El último jueves, el propio Ministerio de Cultura presentó un informe en que considera inviable el planteamiento de Tudela Gutiérrez. Respecto a todos esos cuestionamientos, ella habló con El Comercio.
─¿Por qué no se reunió con los gremios de cine para la elaboración de este proyecto de ley?
Bueno, yo creo que la opinión de los gremios de la industria ya la conocemos, ¿no? La posición que tienen es la que está plasmada en la ley actual que, como ya mencioné, es una ley que se ha dado vía Decreto de Urgencia, luego de conversaciones entre los gremios y el gobierno de Martín Vizcarra, después del cierre del Congreso. Entonces sé perfectamente cuál es la posición de los gremios. Yo tengo una posición diferente, y esa es la que he plasmado en esta propuesta.
─Pero la ley actual fue ratificada por el propio Congreso, en agosto del 2020.
A mí me sorprende que se señale que el Decreto de Urgencia que dio la actual ley de cine está bien porque ha sido ratificado por la Comisión de Cultura [en el 2020]. Eso yo no creo que se sustente en el reglamento del Congreso.
─En todo caso, ¿quiénes son los expertos a los que consultó para elaborar la iniciativa?
Yo he consultado esto a nivel económico, a nivel tributario, y refleja una postura en materia económica respecto a los subsidios. Finalmente, el efecto que tienen los subsidios es igual en cualquier tipo de industria. Los subsidios son un desincentivo a tener una industria más competitiva, y justamente lo que estamos buscando con esta propuesta es generar una industria más competitiva. Poco a poco dejar una industria que es casi en su totalidad dependiente de los subsidios. Por eso estamos planteando este tope del 50% para los subsidios y, al mismo tiempo, estamos creando nuevas fuentes de financiamiento a través de incentivos a la inversión privada, cosa que no está contemplada en la actual ley. El criterio que tengo yo desde mi despacho es incluir criterios de competitividad y de eficiencia en los subsidios, que creo que es importantísimo en toda política pública, sobre todo cuando se está entregando dinero del contribuyente.
─Pero tratándose de un sector como el cine, una industria cultural, ¿no se estaría perjudicando a otras propuestas que no necesariamente se basan en un concepto de competitividad? ¿No podría afectar a cineastas con sus primeras obras o al cine hecho en regiones?
Es que se está planteando este tope junto con medidas que lo que hacen es generar y promover nuevas fuentes de financiamiento. Estamos creando incentivos importantes para que el sector privado tenga incentivos para poder invertir en la realización de obras cinematográficas. No es que estemos recortando el subsidio y se acabó. Estamos intentando que exista un mercado mucho más dinámico para tener una industria que sea autosostenible y que no dependa únicamente de subsidios.
─El Ministerio de Cultura ya presentó un informe que señala que su proyecto es inviable.
La verdad es que me sorprende la rapidez con la cual se ha emitido este informe adelantado, porque lo que yo he presentado es un proyecto de ley que todavía tiene que iniciar un proceso de debate. Que haya ocurrido de forma tan rápida revela que hay, evidentemente, una argolla entre los gremios de la industria y el ministerio. Me sorprende también que se limiten a decir que mi proyecto es inviable porque no dice lo que dice la ley actual. Creo que es un argumento circular que no tiene mayor sentido. Lo que para mí no es ninguna sorpresa es que haya una opinión contraria. Porque creo que toda burocracia siempre se va a resistir a propuestas que pretenden alterar el statu quo. Eso es lo que en políticas públicas se conoce como un problema de agencia. Una burocracia, en teoría, debería defender intereses ajenos; pero lo cierto en la realidad es que las burocracias tienen intereses propios también. Así que el hecho de que una entidad haya emitido una opinión contraria no es una novedad. Yo he presentado proyectos de ley que han obtenido opiniones contrarias y eso no es un impedimento para que se lleve a cabo un debate. Y por las desmesuradas reacciones que ha obtenido este proyecto, creo que es un debate que necesitamos tener en un ambiente transparente y democrático.
─Está claro que usted apunta a cambiar las reglas de juego del cine peruano actual. ¿Pero no le parece que lo realizado en los últimos años demuestra una clara mejora?
Yo sí creo que hay buenas películas peruanas, pero también que falta dinamizar más el mercado. No veo que haya un proceso claro de evolución. Lo que se viene haciendo es lo mismo que se ha hecho siempre. Definitivamente, tenemos que ver un poco lo que ese está haciendo en el mundo para poder tener un mercado más competitivo y abrir nuestro mercado al mundo.
─¿Concuerda con su colega Alejandro Cavero, quien dijo que las películas peruanas no han ganado y son muy malas?
Como ya señalé, hay muy buenas películas peruanas y muchas han ganado premios también.
─¿Cuál es la última que vio, por curiosidad?
Mmmm… “La última hora”, sobre la captura de Abimael Guzmán [N. del R.: se refiere a “La hora final” de Eduardo Mendoza].
─¿Y su favorita?
“NN”.
─Dos películas que no podrían haberse hecho sin estímulos, por cierto.
Sí, y nuevamente lo digo, mi proyecto de ley no elimina los subsidios. Solo plantea un nuevo sistema a través del cual podemos dejar de depender exclusivamente de ellos.