Hace unas semanas el nombre del país recorrió el mundo cuando salió el tráiler de “Paddington en Perú”, por razones evidentes. Hasta ahí, la ficción. En la vida real, solo una breve parte de la cinta se filmó entre nuestra sierra y selva. El resto se hizo en Colombia. Que Hollywood venga a filmar al Perú es una excepción a la regla. Películas de la talla de “Transformers: El despertar de las bestias”, cuyo segundo acto se desarrolla por completo en el país, no tienen muchos motivos para visitarnos, y el motivo está en el beneficio económico. La situación del vecino país, opuesta a la nuestra, no llegó de la noche a la mañana.
Colombia tiene la ley 1556 del 2012, norma para el fomento de su territorio como escenario de rodajes. Su artículo 9 señala que hay dos beneficios para las empresas de servicios audiovisuales, sean nacionales o extranjeras. Primero, que las obras rodadas en su territorio tienen una contraprestación (devolución) del 40% en gastos de servicios cinematográficos contratados con empresas nacionales, así como un 20% de gastos en hotelería, alimentación y transporte. Segundo, para las obras no nacionales producidas (filmadas) o postproducidas en el país se otorga un certificado de inversión (CINA) descontable del impuesto a la renta al 35%.
Las empresas extranjeras consiguen estos beneficios contratando a una colombiana. Perú no tiene las contraprestaciones. Tiene, sí, al igual que Colombia, incentivos específicos (Largometraje en Construcción, Preproducción, Formación Audiovisual, etc.) concursables a proyectos de películas peruanas entregadas por el Ministerio de Cultura.
Por otro lado, Colombia posee una comisión fílmica, programa que busca atraer a productoras extranjeras a filmar en su territorio, desarrollar a los equipos técnicos nacionales, entre otras cosas. En el Perú no tenemos de momento una comisión fílmica, pero sí una mesa de trabajo para formarla, creada en 2023 y que todavía no concreta su objetivo.
Silvia Echeverri, directora de la Comisión Fílmica de Colombia, contó a El Comercio que desde la implementación del CINA en 2020 la producción audiovisual en su país se ha incrementado. Antes de eso, ellos tenían unas nueve producciones extranjeras por año; después, cinco o seis proyectos al mes. Para ella, es claro que si “Paddington” priorizó a su país antes que al Perú, fue por los incentivos.
Sobre estos incentivos Ana Barreto de CMO Producciones, empresa detrás de series como “La niña”, “Pálpito” y la nueva “Pasión de gavilanes”, comentó a El Comercio que los incentivos también han sido positivos para distintas empresas de producción colombianas.
“Tener incentivos tributarios que apoyen a que las producciones salgan a un mejor costo, evidentemente es algo positivo. Y ese aspecto positivo no solamente ha sido bueno para compañías como CMO, sino para las diferentes compañías del sector en Colombia”, indica Ana Barreto.
Luces, cámara, acción
Actualmente en el Perú tenemos la Ley que Crea Incentivos Económicos y Fiscales para el Fomento de las Actividades Cinematográfica y Audiovisual del Perú, aprobada por el pleno el 11 de junio último y que tuvo a la parlamentaria Adriana Tudela entre sus promotoras. Entre las propuestas de esta ley destaca el artículo 18, que menciona que toda empresa que invierta en producción fílmica para explotarse en el extranjero tiene derecho a un crédito audiovisual que puede aplicarse contra pagos a cuenta y regularización del impuesto a la renta e IGV. En principio, similar a lo de Colombia.
Hay algo en lo que coinciden tanto Silvia Echeverri como Ana Barreto: para aprovechar los beneficios de que los extranjeros vengan a filmar al país, hay que desarrollar necesariamente la industria nacional. Barreto menciona la ley 814 del 2003, que fomenta la actividad cinematográfica en Colombia y sobre la cual están construidos los beneficios de la última década. Una ley que, en gran medida, hizo que la industria audiovisual Colombiana sea competitiva.
La congresista Adriana Tudela publicó una columna el pasado sábado 29 de junio en El Comercio donde ahondó en los objetivos de su proyecto. “Lo que busca la nueva ley del cine es crear herramientas para que quienes hacen cine en el Perú no dependan exclusivamente del subsidio que entrega el Ministerio de Cultura” escribió Tudela. “Da incentivos tributarios para que privados puedan financiar el cine, elimina el pago de aranceles para la importación de equipos de filmación, crea una ventanilla única para desburocratizar la realización de proyectos audiovisuales, fomenta las coproducciones, entre otras medidas”.