"Un pequeño favor"
"Un pequeño favor"
Sebastián Pimentel

Últimamente, el –el también denominado ‘film noir’– ha cambiado de perfil y de protagonista. Como en “Perdida” (2014), dirigida por David Fincher y basada en una novela de la escritora Gillian Flynn, ahora ya no son los hombres los que conducen esos oscuros relatos desde una voz íntima que descubre las múltiples caras traicioneras de la sociedad. Son las mujeres quienes se convierten en las confidentes que impregnan toda la textura literaria o cinematográfica.

Un director que a primera vista resultaba algo ajeno a este género lleno de crimen y pesquisas luctuosas es Paul Feig. Si bien con una carrera algo irregular, Feig ostenta el logro de “Damas en guerra” (2011). Allí, las mujeres que se preparan para la boda de una amiga se presentan sin idealización alguna, con un realismo grotesco e irreverente, que no solo humaniza y celebra la condición de la mujer, sino también replantea las formas de interpretar la feminidad y sus estereotipos sociales.
“Chicas armadas y peligrosas” (2013) y la versión feminista de “Cazafantasmas” (2016), pese a su relativa mediocridad, confirmaron que la especialidad de Feig estaba en hacer una nueva lectura de los códigos fílmicos de las ‘buddy movies’ (películas de amigos), antes reservadas a los hombres. En “Un pequeño favor” tenemos el acercamiento de Feig a los predios del suspenso, el thriller, el misterio y las vueltas de tuerca que son la esencia del ‘noir’, solo que desde su ya conocido enfoque de mujeres de armas tomar.
No obstante, en esta mixtura de ‘neo-noir’ con comedia, Feig deja de lado el tono grotesco y apuesta más bien por la sofisticación que, por supuesto, es propia del cine negro, y que él reinterpreta desde la figura seductora que encarna Blake Lively –y que se basa en el modelo de la ‘femme fatale’ de antaño–. Acá, ella es Emily, una ejecutiva de una corporación relacionada al mundo de la moda, quien al ir a recoger a su hijo al colegio conoce a la clasemediera y aparentemente ingenua Stephanie (Anna Kendrick).

La película empieza bien, con la inesperada intersección de Emily y Stephanie, dos formas de ser muy contrastadas. Sin embargo, de inmediato se propone al espectador que esta extraña relación de amistad traerá más de una complicación. Emily, la figura experta en hacer martinis, cínica y libertina, sexy y culta, le abre las puertas de otro mundo a la conservadora Stephanie, su némesis, quien se verá envuelta en una historia extraña, donde se sentirá utilizada.
Sin embargo, este juego de mutua seducción, bastante lúdico –lo mejor del filme son las secuencias festivas animadas por canciones de François Hardy y Brigitte Bardot–, se ve pronto abandonado por un planteamiento policial más serio y convencional, que deja al margen a Emily. De esta forma, Feig desperdicia lo más atractivo de la cinta: el duelo actoral entre Blake Lively, una actriz de carácter pero a la vez versátil y llena de matices, y Anna Kendrick, otra buena actriz aunque de un estilo más neurótico y teatral.

Por otro lado, lejos de deslizar algún apunte referido, por ejemplo, al desajuste de clases sociales entre los personajes, todo desemboca en un pesado decurso detectivesco que traiciona el sutil espíritu cómico del filme. Es cierto que la buena ama de casa resultaba no ser tan tonta, y la chica mala, más vulnerable de lo esperado. Pero todo ello no se produce con naturalidad, sino como una especie de pie forzado del guion. Finalmente, en lugar de explorar con irreverencia los estereotipos femeninos, “Un pequeño favor” se limita a utilizarlos para un divertimento inocuo y, a fin de cuentas, algo aburrido.

AL DETALLE:
Puntuación: 2/5
Título original: “A Simple Favor”.
Género: thriller, comedia.
País y año: EE.UU., 2018.
Director: Paul Feig.
Elenco: Anna Kendrick, Blake Lively, Henry Golding.

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