Yuh-Jung Youn (izquierda), ganadora en la categoría de Mejor actriz de reparto por "Minari", junto a Daniel Kaluuya, ganador de Mejor actor de reparto por "Judas y el mesías negro", y Frances McDormand, ganadora de Mejor actriz por "Nomadland" (Foto: Chris Pizzello / AFP)
Yuh-Jung Youn (izquierda), ganadora en la categoría de Mejor actriz de reparto por "Minari", junto a Daniel Kaluuya, ganador de Mejor actor de reparto por "Judas y el mesías negro", y Frances McDormand, ganadora de Mejor actriz por "Nomadland" (Foto: Chris Pizzello / AFP)
/ CHRIS PIZZELLO
Ricardo Hinojosa Lizárraga

Dentro de algunos años, es mucho más probable que se hable del premio a Mejor Directora que de los vestidos de Zendaya, Amanda Seyfried o Halle Berry. Es más factible que se recuerde el mensaje del Oscar a Mejor Actor Secundario –el del premio otorgado y el del actor al recibirlo-, a que se hable de los diseñadores de tal o cual smoking o los responsables de los looks masculinos más llamativos. Será mucho más sabroso recordar la lista de ganadores y ganadoras de esta noche, que la pasarela de una alfombra roja que pocos recodarán como se hacía antes. Porque la menor duración de los instantes previos y de la ceremonia, ante las limitaciones que ponía la situación actual por la pandemia del Covid-19, fue una oportunidad también para sacarle el jugo de forma más provechosa a los encuentros de la prensa con los artistas y a los propios discursos que estos ofrecieron al aceptar los premios y que, esta vez, no fueron limitados por la música de una orquesta o por las presiones de los productores en la transmisión televisiva: esta vez, la palabra y el mensaje eran, precisamente, lo más importante de la noche.

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