Las razones por las que el fallecimiento de Roger Corman, el último jueves, han causado tanta congoja en el mundo del cine no son difíciles de rastrear: no solo se trata de un hombre que, como director y productor, estuvo involucrado en más de 500 películas a lo largo de sus 98 años de vida y extensa carrera; también se lo conoce como el descubridor de enormes talentos como los de Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Ron Howard, Peter Bogdanovich, Robert De Niro o Jack Nicholson.
“Lanzó muchas carreras y lideró discretamente nuestra industria de manera importante”, escribió Howard en X. “Fue mi primer jefe, mi maestro, mentor y modelo. […] No hay nada sobre la práctica de hacer películas que no haya aprendido de él siendo su asistente”, dijo a su turno Coppola, mediante una publicación en Instagram.
Nacido en Detroit, en 1926, Corman comenzó su carrera en Hollywood como mensajero de la 20th Century Fox antes de convertirse en lector de guiones. En poco tiempo, se convirtió en un activo impulsor del séptimo arte, especialmente como productor y con particular énfasis en el cine de serie B, subgénero dentro del cual se lo considera un pionero y una leyenda. Son célebres, por ejemplo, sus filmes de terror y ciencia ficción, y muy elogiadas sus adaptaciones de los cuentos de Edgar Allan Poe.
Y aunque su estatus estuvo más relacionado al cine comercial de bajo presupuesto, con los años su sitial dentro de Hollywood fue reivindicado, y su estilo venerado por diversos cineastas que reconocían su gran influencia. En el 2009 recibió un Óscar Honorífico por parte de la Academia.
“Sus películas fueron revolucionarias e iconoclastas, y capturaron el espíritu de una época”, indicó su familia en un comunicado. “Cuando se le preguntó cómo le gustaría ser recordado, dijo: ‘Yo era cineasta, solo eso’”. Según el mismo texto, Corman falleció en su hogar de Santa Mónica, en California. El pasado 5 de abril había cumplido 98 años.
Vínculo con el Perú
Durante los años 80 y 90, la ambición de Corman por producir múltiples películas en diferentes partes del mundo lo atrajo a Latinoamérica, incluido nuestro país. Fue así que encontró en el Perú una locación para desarrollar cintas baratas. De esa manera encontró un aliado en el cineasta nacional Lucho Llosa.
El primer título que sacaron adelante juntos fue “Misión en los Andes”, de 1987 (su título en inglés fue “Hour of the Assassin”). Esta película de acción, dirigida por Llosa y producida por Corman, tuvo como protagonista a Erik Estrada e incluyó a figuras locales como Orlando Sacha, Reynaldo Arenas, Lourdes Berninzon, Ramón García, entre otros.
Corman y Llosa también estrenaron los filmes “Calles peligrosas” (1989), con David Carradine, y “Fuego en el Amazonas” (1993), con Sandra Bullock. A ellas se suman otras películas mucho menos memorables, como la infame “Ultra Warrior” (primero llamada “Welcome to Oblivion”): una cinta que comenzó a dirigir Augusto Tamayo, pero que luego fue ensamblada y parchada hasta el punto de volverla irreconocible. Se trata de una joya de mal gusto de la serie B, al más puro estilo desaliñado de las producciones de Corman de la época. Sin embargo, su valía histórica y anecdótica supera con creces sus logros estrictamente cinematográficos.
El legado de Corman perdurará en el recuerdo y la admiración de cinéfilos que encontraron en su audacia y desfachatez una forma más cercana de entender este arte.
En el Festival de Cannes del año pasado, Corman recibió un merecido homenaje que incluyó un emocionante discurso de Quentin Tarantino.
Mezcla de horror y comedia sobre una floristería con una planta asesina. En ella actúa Jack Nicholson, cuyo primer papel en Hollywood fue en otra película dirigida por Roger Corman: “The Cry Baby Killer” ( 1958 ).
El legendario Vincent Price protagonizó más de una de las adaptaciones de la obra de Edgar Allan Poe que dirigió Corman. Y esta es quizá la más lograda de todas, con un gran sentido estético y una narrativa inquietante.
Peter Fonda, Susan Strasberg, Bruce Dern y Denis Hopper actúan en esta aventura psicodélica sobre el LSD, una de las primeras cintas en abordar directamente el consumo de drogas. El guion estuvo a cargo de Jack Nicholson.