El pasado envenena el presente de dos familias en “La hija de un ladrón”, de la española Belén Funes, y “Patrick”, del portugués Gonçalo Waddington, óperas primas que entraron este miércoles en competición por la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Ambas fueron proyectadas en Sección Oficial, donde quince peliculas bregan por el máximo galardón en el festival de la ciudad del norte de España, que tendrá su gala de premiación el sábado.
La propuesta española llegó de la mano de Funes, quien firma su primer largometraje luego de realizar varios cortometrajes. Sara vive en una zona deprimida de la periferia de Barcelona. Con dificultad para encontrar trabajo y ocupando una vivienda social, tiene 21 años y un bebé. Se encarga también de su hermano menor, recluido en un centro juvenil.En este contexto reaparece su padre, Manuel, recién salido de la cárcel, quien buscará reconectar con unos hijos que casi no conoce. Pero Sara quiere alejarse de esa presencia que trae discordia y un pasado turbio entre ambos, que en la cinta apenas se sugiere."Queríamos una película en presente, que la información del pasado se insinuara, dejando rastros, pero que el espectador" pusiera de su parte, dijo Funes en rueda de prensa. Manuel y Sara son interpretados por padre e hija en la vida real, los actores Eduard y Greta Fernández, quienes dijeron que la relación hizo más fácil interpretar a estos atribulados personajes."Fue muy normal, muy sencillo, disfrutamos mucho", dijo Eduard, mientras Greta agregó: “Que seamos padre e hija en la vida real va a favor de la película”.
- El regreso de un joven atormentado -
Un pasado oscuro que tampoco se explicita en la pantalla impregna “Patrick”, relato sobre un veinteañero que reaparece en París diez años después de haber sido secuestrado en su Portugal natal y sufrido abusos. Atormentado, propenso a la violencia y con dificultades para expresar sus sentimientos, Patrick (Hugo Hernandes) volverá a casa de su madre (Teresa Sobral) en Serta (centro de Portugal) y se reencontrará con otros familiares, pero le será muy difícil tener una vida normal después de su experiencia."Si al espectador le incomoda la moral del personaje, entonces está bien, porque lo hará reflexionar sobre la moral", dijo Gonçalo Waddington, actor y director de teatro que debuta como realizador de cine con este largometraje. La tercera película que se unió a la carrera por la Concha de Oro fue “Thalasso”, del cineasta Guillaume Nicloux, que reúne al ícono francés Gérard Depardieu y la estrella literaria Michel Houellebecq. Nicloux ya había trabajado con ellos por separado en anteriores películas, pero en ésta los une para una comedia en la que Depardieu y Houellebecq deben “sobrevivir” al régimen de salud que les imponen en un centro de talasoterapia en Cabourg (norte de Francia).
- Chile y Uruguay, en liza -
En la categoría Horizontes Latinos, donde los directores latinoamericanos muestran sus últimos trabajos, se estrenó “El Príncipe”, una historia del despertar sexual de un joven en una cárcel en el Chile de 1970, dirigida por Sebastián Muñoz.También llegó al festival “Los Tiburones”, la ópera prima de la cineasta uruguaya Lucía Garibaldi, que narra una historia de amor cuando los escualos llegan a las playas de un pueblo costero uruguayo. En febrero pasado, esta película ganó el galardón a la mejor dirección internacional del Festival de Sundance, en Estados UnidosPor el premio a mejor película latinoamericana compiten en total trece filmes, de Chile, Guatemala, Cuba, Uruguay, México, Perú, Argentina y Colombia. La 67ª edición del festival entra en su recta final, pero todavía entregará dos premios Donostia, que reconocen la aportación al cine de grandes figuras: el jueves al actor canadiense Donald Sutherland y el viernes a la española Penélope Cruz.Otro Premio Donostia lo fue concedido el sábado pasado el director greco-francés Costa-Gavras.