Desde que Daniel Craig se puso el traje de 007 por primera vez, las películas del personaje de Ian Fleming se han movido como una montaña rusa. Casino Royale (2006) fue un relanzamiento espectacular de la franquicia con un Bond brutal, exultante de soberbia, jugando a ser agente secreto, que llora la pérdida de su amada cuando opta por el sacrificio para expiar su traición. Quantum of Solace (2008) arranca con una persecución colosal en Siena, lo mejor de una trama que de tantos vericuetos termina perdiendo interés.
Skyfall (2012) es la cumbre de la saga. Tiene un tono crespuscular, con escenas salpicadas de desapego, venganza y redención. Javier Bardem construye un villano inmenso –Silva, en modo Joker (pero el de Ledger)-, mientras Judi Dench se despide de M con una actuación cargada de melancolía.
Spectre (2015) es decepcionante. Su estupendo plano secuencia inicial que recrea la celebración del día de los muertos en el DF, se diluye entre balas y persecuciones manidas, con un final anticlimático que ni Christoph Waltz puede salvar.
“Sin tiempo para morir” será la última película de Craig. Bueno, lo mismo dijo hace cuatro años (“Me corto las venas antes de hacer otra vez de Bond”). A los 51 años, convertido en una megaestrella, puede irse satisfecho. Le dio hondura a un personaje que tras el bache que significó Timothy Dalton, con Pierce Brosnan empezaba a regodearse en el ridículo (el Aston Martin invisible de “Otro día para morir” era una ridiculez). Craig consiguió hacer de Bond una máquina de matar con corazón.
El tráiler del film que dirige Cary Fukunaga es espectacular. Muestra un salto en motocicleta que provoca mirar mil veces por su imposible ángulo de inclinación (debe estar entre las mejores piruetas de los 24 -¿o 25?- films anteriores). Pero el momento más impactante de la pieza no es la aparición de Rami Malek, quien se estrena como villano tras su Óscar por imitar a Freddy Mercury, o el regreso de Waltz como Blofeld, encerrado en una prisión de cristal a la manera de Hannibal Lecter. Tampoco la vuelta de Lea Seydoux, la mujer por la que 007 decide dejar de ser espía en el final de Spectre.
La atención se la roba Lashana Lynch, una inquietante agente ‘doble 0’, quien encara a Bond con el desenfado de quien reclama su nuevo protagonismo. El desafío generacional se verbaliza: “el mundo ha cambiado, si te interpones en mi camino te dispararé en la rodilla”.
“Sin tiempo para morir” es la primera película de Bond post ‘me too’ y se especula que podría ser la presentación de Lynch como la nueva propietaria del código 007, aunque en los corrillos no deja de mencionarse a Tom ‘Loki’ Hiddleston, Richard ‘Bodyguard’ Madden y a Idris Elba como los candidatos a recoger la licencia para matar.
La despedida de Craig se concretará en abril del 2020.