En el 2007, el dibujante argentino Francisco Solano López, entonces con 80 años, visitó la feria del Libro Ricardo Palma para compartir con sus lectores el medio siglo de su más conocido personaje.
En el 2007, el dibujante argentino Francisco Solano López, entonces con 80 años, visitó la feria del Libro Ricardo Palma para compartir con sus lectores el medio siglo de su más conocido personaje.
Enrique Planas


De madrugada, en un barrio de Buenos Aires, Juan Salvo regresa de su largo viaje por el tiempo y el espacio. Toma forma en el estudio de un insomne guionista de historietas que, asombrado, observa como al otro lado del escritorio su invitado va tomando forma. “Estoy en la tierra, supongo”, son sus primeras palabras. Así comienza “El Eternauta”, historieta de culto argentina escrita por Héctor Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López. Fue publicada por entregas en la revista “Hora Cero Semanal” entre 1957 y 1959, con una gran cantidad de secuelas y reediciones posteriores. Su trama no pasó desapercibida: en un futuro muy cercano, una despiadada raza extraterrestre aterriza sus naves en la ciudad de Buenos Aires. Una nieve radiactiva extermina gran parte de la población y solo unos pocos, protegidos con escafandras y filtros, han podido salvarse del exterminio. Pero eso fue solo el comienzo: criaturas monstruosas acosarán a las tropas humanas que resisten en espacios porteños tan emblemáticos como el Parque de Palermo, la avenida General Paz o el estadio de River Plate.

Francisco Solano López (Buenos Aires, 1928​ – 2011)​ fue uno de los dibujantes más importantes de la historieta argentina. "El Eternauta" es su obra más reconocida.
Francisco Solano López (Buenos Aires, 1928​ – 2011)​ fue uno de los dibujantes más importantes de la historieta argentina. "El Eternauta" es su obra más reconocida.

La noticia fue anunciada por el CEO y director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings: la plataforma de ‘streaming’ adaptará esta novela gráfica como una serie que promete escenarios impactantes, gran trabajo de producción y derroche de efectos especiales. Como ha informado la prensa argentina, “El Eternauta” formará parte entre fines de 2021 y comienzos de 2022 de las producciones audiovisuales de Netflix Argentina. La dirección estará a cargo de Bruno Stagnaro, guionista y director de películas como “Pizza, birra, faso” y series como “Okupas” y “Un gallo para Esculapio”, una responsabilidad que anteriormente habían deseado cineastas como Adolfo Aristarain, Pino Solanas, Lucrecia Martel y Álex de la Iglesia, todos vencidos por los problemas de presupuesto y trabas legales relacionadas a derechos de autor. La producción será de KyS Films, responsable de filmes como “Relatos salvajes”, “El clan” y “El ángel”.

El pasado miércoles, el anuncio lo dieron a conocer en Buenos Aires  Reed Hasting, creador de la plataforma de streaming, y Francisco Ramos, Vicepresidente de Contenidos para Latinoamérica y España (Foto Twitter).
El pasado miércoles, el anuncio lo dieron a conocer en Buenos Aires Reed Hasting, creador de la plataforma de streaming, y Francisco Ramos, Vicepresidente de Contenidos para Latinoamérica y España (Foto Twitter).


-Recordando a Solano López-

En 2007, a los 80 años, el maestro Solano López visitó Lima invitado por la Feria del Libro Ricardo Palma. De aquella entrevista, lo que más recordamos era su mal humor. Tenía motivos: llevaba décadas sosteniendo una contienda legal para recuperar los derechos de marca del célebre cómic, una batalla que vencieron recién en 2008 los hijos del dibujante en la Corte Suprema de Justicia. Aquellos litigios habían trabado varios proyectos para adaptar la obra al cine y a la TV. Sin embargo, el artista se animaba al recordaba cómo, con lo que él consideraba sus “humildes recursos técnicos”, pudo ayudar a su amigo Oesterheld a contar aquella tan terrible historia.

Una pesadilla que 20 años después, terminó siendo premonitoria. Los monstruos no eran criaturas de otro mundo, sino miembros de las Fuerzas Armadas que impusieron una feroz dictadura que costó 30 mil desaparecidos entre 1976 y 1983. Paradójicamente, la pesadilla tuvo entre sus víctimas al propio Oesterheld y su familia. En 1975, el guionista se había sumado a los Montoneros, un grupo armado peronista. Dos años después, los militares lo secuestraron en la ciudad de La Plata. Para entonces sus cuatro hijas ya habían sido desaparecidas y asesinadas (dos de ellas embarazadas) así como sus dos yernos y dos nietos. Como ocurrió con otros miles de argentinos, la dictadura lo asesinó un año después, sin saberse aún las circunstancias ni la fecha de su muerte. Hasta hoy, su cuerpo no ha sido encontrado.

Enfrentamiento de las tropas argentinas contra las fuerzas extraterreste frente al icónico estadio de River Plate.
Enfrentamiento de las tropas argentinas contra las fuerzas extraterreste frente al icónico estadio de River Plate.

Solano López conoció a Oesterheld a fines de los años cincuenta, cuando entró a trabajar a la editorial Frontera, fundada por el mismo guionista. Un día, el dibujante le pidió trabajar en una serie de ciencia ficción que cargara las tintas en un tono más realista. Oesterheld atendió su comentario y a las pocas semanas le entregó el texto de El Eternauta. Como en toda historia de género, se presentan invasiones extraterrestres y armamentos fantásticos, pero lo inédito fue poner el acento en la humanidad de aquellos personajes comunes enfrentados a una tragedia de dimensiones cósmicas.

Cuando Llegó a Lima, Solano López tenía 80 años. Seguía dibujando a “El Eternauta”, pero en las últimas décadas de trabajo se había inclinado más activamente por el cómic erótico. “Mitad por elección y mitad porque se dan las condiciones para hacerlo”, nos dijo. “La parte erótica y de sexo de mi producción empezó en Brasil. El atractivo femenino en Río de Janeiro es muy fuerte. Acostumbraba a recorrer la herradura de la playa de Copacabana y me ponía a trabajar. Son como 8 kilómetros de caminata. Caminando por la orilla, vi a una chica en una posición especial que me permitía ver sus pudibundeces en la forma más explícita. Me quedé con esa imagen y la dibujé. Meses después le inventé una historia. En verdad, hay que ser un poco voyeur para ser historietista. Yo, a mi edad, sigo siendo voyeur las 24 horas del día”, dijo entonces.

Oesterheld con su esposa Elsa y sus cuatro hijas Estela, Marina, Diana y Beatriz.
Oesterheld con su esposa Elsa y sus cuatro hijas Estela, Marina, Diana y Beatriz.

Un dibujante como Quino se quejaba de que le pregunten siempre por Mafalda. ¿Cómo siente que “El Eternauta” siga generando tantas preguntas y acoso del público?

La relación mía con “El Eternauta” es muy afectiva. Es un caso muy especial: tiene su público, su clima y condiciones editoriales marcadas por su historia. La vengo dibujando con la misma forma tradicional del inicio. Pero estoy un poco saturado de su peripecia. Quiero buscar una forma de reorganizar la producción y la continuidad del personaje. Buscar un acuerdo entre mi persona, los herederos, el dibujante que elija para responsabilizarse del trabajo, para quitarme un poco el peso de seguir dibujando, a los 80 años, 30 páginas al mes de “El Eternauta”.

Con “El Eternauta” Buenos Aires apareció como espacio de una historia de ciencia ficción. Lo curioso es que, quizás por ocurrir en el Tercer Mundo, los humanos pierden frente a los invasores alienígenas.

Tanto Oesterheld como yo sabíamos que los finales felices eran una de las debilidades del género. Teníamos el criterio de que la aventura puede estar a la vuelta de la esquina. Y lo practicábamos como algo natural, razonable y espontáneo.

Una de las condiciones para llevar a la pantalla la novela gráfica fue que sea rodada en Buenos Aires, como en el cómic original.
Una de las condiciones para llevar a la pantalla la novela gráfica fue que sea rodada en Buenos Aires, como en el cómic original.

¿Cuáles eran los miedos propios de la época que vio nacer a “El Eternauta”?

Es un poco difícil recordarlo. Vivíamos la desaparición del peronismo como fuerza política. No estábamos contentos con el régimen militar de turno, pero sentíamos que el peronismo no había sido ninguna solución. Hoy nos damos cuenta de que los argentinos estamos prisioneros del peronismo, tanto los que están a favor como los que están en contra.

En el año 57, solo existían revistas bastante convencionales, como “Rico Tipo” o “Patoruzú”. ¿Con “El Eternauta” la historieta argentina adquirió madurez?

Oesterheld incorporó en el campo de la historieta la narrativa clásica. Melville, Conrad o Jack London pertenecían a su bagaje cultural. Además tenía una curiosidad intelectual inagotable, se mantenía siempre actualizado con los temas científicos y sociológicos. Cuando producía un trabajo, le agregaba a la médula de la peripecia aventurera conocimientos sólidos de tipo histórico o científico o fantacientífico. Ese fue su aporte.

Es curioso que Oesterheld confesara la influencia de un escritor como Robert Heinlein, autor de “Tropas del espacio” o “Amos de títeres” para “El Eternauta”. Heinlein es un autor criticado por militarista, incluso por fascista.

Yo no soy un lector de ciencia ficción, soy un practicante que trabaja con su propia fantasía. Creo que no hay obras enteramente originales en cuanto a su argumentación o su trama dramática. Ni siquiera en Shakespeare. Se puede admitir que alguien ha tratado ese tema antes, pero hay una frescura personal para tratar ciertos temas que les dan otro enfoque.

Parte de la leyenda de El Eternauta es el haber sido una historia que, sin buscarlo, fue premonitoria. Avizoró el terror que la dictadura militar de Videla impuso en Argentina.

Es un fenómeno indefinible, porque no se puede decir que fuera consciente de parte nuestra. Fuera de nuestras fronteras, igual se vivía un estado de ánimo parecido. La aparición de los primeros platos voladores despertaba la imaginación de la gente. La amenaza de la guerra atómica hacía temer un holocausto. Los rusos eran los cucos de aquella época. Los estadounidenses van eliminando cucos y sustituyéndolos por otros. Algo de eso estaba en nuestro subconsciente en 1957 cuando con todo ese repertorio de fantasía científica nos dedicamos a un campo inexplorado como la ciencia ficción. Así de espontánea fue nuestra recreación de los conflictos generados por una invasión extraterrestre en Buenos Aires.

La segunda parte de “El Eternauta” fue más atrevida: las potencias del Primer Mundo se alían con los extraterrestres para que sea el Tercer Mundo la única zona del planeta invadida.

Hicimos de El Eternauta un montonero. Los muchachos que militaban en los años 70 en grupos de izquierda se quedaron encantados con esa segunda parte. Pero yo, como ilustrador, no tanto. Sentía que en la nueva versión la uniformidad de la línea del protagonista y su entorno tenían un cambio extraño que me obligaba a cambiar la naturaleza del personaje.

¿Cuán devastador fue para usted la desaparición de Oesterheld por los agentes de la dictadura?

Fue un golpe muy duro. Mi hijo y yo habíamos viajado a España pocos meses antes. Mi hijo también militaba. Estuvo preso casi un año y yo conseguí que lo liberaran prometiendo que nos iríamos los dos del país. En España nos enteramos de la muerte de Oesterheld...


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