A pesar de las fallas de "Star Wars: The Rise of Skywalker", Rey (Daisy Ridley) tiene el arco argumental más sólido de todos. Foto: Lucasfilm.
A pesar de las fallas de "Star Wars: The Rise of Skywalker", Rey (Daisy Ridley) tiene el arco argumental más sólido de todos. Foto: Lucasfilm.

” significa muchas cosas para mucha gente. El recuerdo de la niñez, la primera película que alguien idolatró o, tal vez, lo mejor que hayan visto en el cine. Para Lucasfilm, y por ende para su parent company Disney, representa mucho dinero. Al igual que su antecesora, “The Rise Of Skywalker” (J.J. Abrams, 2020) está diseñada para captar todo el dinero posible; con la diferencia que esta vez el fan recibe justo lo que quiere.

Previamente en “Star Wars”: Kylo Ren (Adam Driver) acaba con el supremo líder Snoke y desarrolla un último ataque contra la Resistencia. La influencia de Rey (Daisy Ridley) hace que Luke deje su autoexilio para ayudar en el escape de los rebeldes, experiencia que lo agota hasta la muerte.

A continuación, nuestra reseña SIN SPOILERS de “The Rise of Skywalker”:

Palpatine, el innecesario

Los tráilers lo dejan claro: el Emperador Palpatine, villano que había muerto hace más de treinta años en la película “The Return of the Jedi”, está de vuelta. Este conflicto pasa a ser el principal, con lo cual el hilo argumental que consumió la mayor parte de la trilogía (Rey contra Kylo Ren) pasa a complementar la nueva trama.

Incluir a Palpatine representa una contradicción a lo planteado por “The Last Jedi”, que se centró en el poder de las nuevas generaciones, así como conflictos que eran, en cierto modo, distintos a los de hace tres décadas. Mientras en los años 80 era tolerable un villano que solo quería poder (el por qué nunca queda claro), el tono de la tercera trilogía va por otro lado; mal que bien por el desarrollo de personaje de Ren.

Kylo Ren, cuyos actos desembocan en la muerte de personajes clásicos, está lejos de ser Darth Vader. Caprichoso, de baja tolerancia a la frustración, obsesivo, impulsivo, poco imponente y cuyo poder de liderazgo se basa en el miedo; resultó ser un villano de angustia creíble (aunque a este redactor le tomó unos años apreciarlo).

¿Quién era el emperador Palpatine? - Inicialmente un senador del planeta Naboo, Sheev Palpatine (Ian McDiarmid) pronto escaló en el senado galáctico para convertirse en el canciller supremo de la República. En realidad Palpatine era el sith conocido como Darth Sidious, quien logró corromper a Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en el monstruo conocido como Darth Vader. (Foto: Lucasfilm)
¿Quién era el emperador Palpatine? - Inicialmente un senador del planeta Naboo, Sheev Palpatine (Ian McDiarmid) pronto escaló en el senado galáctico para convertirse en el canciller supremo de la República. En realidad Palpatine era el sith conocido como Darth Sidious, quien logró corromper a Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en el monstruo conocido como Darth Vader. (Foto: Lucasfilm)

El proceso de personaje de Kylo Ren basado en la duda, de si permanece en el lado oscuro o va hacia la luz, se resuelve sin mucho desarrollo pues, como ya sabemos, el malo es Palpatine, que tiene la logística para destruir a la Resistencia y a él hay que enfrentar. El problema es que Palpatine no era necesario.

El estado natural del mundo es el conflicto y no necesariamente hay buenos y malos separados por una línea; criterio de manual presente en, prácticamente, toda ficción que se respete. “The Rise of Skywalker” ignora todo lo avanzado por la nueva saga; incluso por “The Force Awakens” (2015) que también dirigió Abrams y que presentó al Kylo Ren más dubitativo de todos.

Alguien tan plano y poco interesante como Palpatine, cuya presencia no tiene nada que no se haya visto en esta saga de cuatro décadas, necesita como opuesto a un personaje de verdad, a Rey.

Rey de Jakku

En esta película, Rey muestra un mayor desarrollo de las habilidades que le otorga la Fuerza; pero eso es solo el envoltorio. Ningún personaje, sea en la literatura, televisión o el cine, es importante solo por lo que puede hacer, sino por el cómo está construido emocionalmente. El fondo antes que la forma.

El desarrollo de la Rey de Ridley es como el paralelo luminoso al Ren de Driver, solo que su trama es la que menos inconsistencias tiene en “Star Wars: The Rise of Skywalker”, así como en las otras dos películas. La búsqueda de sus orígenes y el hacer las paces con la frustración de su infancia destruida no se ven afectadas por el ingreso del adversario de antaño.

En cambio, el ingreso de Palpatine golpea a “The Last Jedi” (2017), esto por el giro que no detallaré en este artículo pero que contradice expresamente el guion de Rian Johnson. El Episodio VIII, , es o ignorado o modificado sin vergüenza por “Rise”.

Rey (Daisy Ridley) en una secuencia de entrenamiento de "The Rise of Skywalker". (Foto: Lucasfilm)
Rey (Daisy Ridley) en una secuencia de entrenamiento de "The Rise of Skywalker". (Foto: Lucasfilm)

El curioso caso de Rian Johnson

“The Rise of Skywalker” tiene un mensaje muy claro, y ese es que el trabajo de Rian Johnson no es del todo apreciado por Lucasfilm. Seguro que en actividades de prensa, en las entrevistas que ocurrirán en los días y semanas venideros, la compañía dirá que guarda mucho respeto por el cineasta. Pero en la práctica, esta película es el equivalente a deshacer con la mano derecha lo que hizo la izquierda.

¿El origen de Rey? Lucasfilm: “Lo cambiamos”. ¿Los libros que quemó Luke no servían? Lucasfilm: “No estaría tan seguro de eso”. ¿Que Rose Tico (Kelly Marie Tran) debía tener mayor protagonismo? Lucasfilm: “Ya sabes qué voy a responderte”.

Rian Johnson tomó las decisiones que tomó porque algo se había perdido a comparación de la trilogía original, y esto es la sensación de que nada está escrito en piedra, que no hay un legado por proteger, que todos los personajes son sujetos a evolución y con ello en mente el guionista puede tomar las decisiones que más convienen a la historia. Así se hizo “The Last Jedi”, que no es una película perfecta, pero sí muy superior a “The Rise of Skywalker”.

Para Rian Johnson, director de 'Star Wars: The Last Jedi' (2017), dijo que hacer algo para complacer a los fans tendría un resultado opuesto al deseado. (Foto: Agencias)
Para Rian Johnson, director de 'Star Wars: The Last Jedi' (2017), dijo que hacer algo para complacer a los fans tendría un resultado opuesto al deseado. (Foto: Agencias)

“Last” es mejor por ser consecuente con su propio planteamiento, por atreverse a separar a los personajes para que muestren de lo que son capaces; aunque en el proceso no todas las tramas fueron igual de sólidas. Así, el viaje de Finn y Tico a Canto Bight aún es el eslabón más débil de la cadena; pero a pesar de eso s una cinta sólida.

Hace unos años se anunció que Rian Johnson crearía una nueva trilogía para la franquicia, pero si las decisiones tomadas para “The Rise of Skywalker” nos dicen algo, eso es que el rol del cineasta en el futuro de la saga no estaría escrito en piedra.

“Star Wars: The Rise of Skywalker” es una película inferior cuyos buenos momentos ocurren a pesar de los cambios impuestos. El adiós a la general Leia (Carrie Fisher), los minutos finales de Rey en pantalla, gran parte de la batalla definitiva. En ese sentido la película también es como “The Return of the Jedi” (1983), una conclusión de pocas luces a una construcción sólida; más valiosa por haberse atrevido a terminar que por la calidad del cómo lo hizo.

Hay fans que amarán “The Rise of Skywalker”. Es lo que querían, al fin y al cabo; lo mismo de siempre. Espera gritos en tu cine, incluso en los momentos donde, más que emoción, solo quieres que te trague la tierra por la vergüenza ajena.

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