“Transformers: El despertar de las bestias”, dirigido por Steven Caple Jr., tuvo como uno de sus escenarios a Perú, específicamente a Cusco y Tarapoto. Para la realización de esta película, la compañía Paramount Pictures Studios contó con el apoyo de APU Productions, productora peruana que pasó por complejas situaciones para concretar muchas de las escenas del filme de Hollywood.
Para aclarar las dudas de los fans y los amantes del cine, Bruno Canale Fossa, productor de APU Productions, conversó con El Comercio y contó todos los secretos detrás de las grabaciones de “Transformers: El despertar de las bestias”, cinta que tiene en los roles principales a Anthony Ramos y Dominique Fishback.
¿Quién fue el canal para que APU Productions y Paramount Pictures unan lazos para realizar la película Transformers en Perú?
No hubo ningún canal. Nosotros habíamos realizado dos películas con Paramount Pictures y ya teníamos una relación profesional.
¿Cuáles fueron esas dos películas?
“Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” en 2008 y “Dora y la ciudad perdida” en 2019.
¿Cómo lo tomó el equipo de APU Productions tras ser elegidos para grabar Transformers en Perú?
Nosotros estuvimos súper contentos. Grabar Transformers fue un proyecto súper ambicioso, pero al mismo tiempo fue todo un reto para nosotros.
Se compara a sus trabajos anteriores con Paramount Pictures
Definitivamente no.
¿Por qué?
En el caso de las otras dos películas (”Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” y “Dora y la ciudad perdida”) se trataba de escenas específicas y no vinieron actores.
¿Y cuál fue el reto más grande con el equipo de Transformers?
No puedo entrar en detalles, pero de todas maneras el reto más grande fue traer a todos los actores y el ingreso de los vehículos. Todo fue un reto porque esto no se hizo antes en el Perú y en ese caso tuvieron que intervenir entidades estatales para ayudarnos.
¿De qué entidades recibieron apoyo?
Obviamente la primera entidad que nos apoyó de inicio a fin fue PROMPERÚ (Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo). Después nos hemos enlazado con agencias y ministerios, cada uno tiene diferentes roles y procesos de autorización para las distintas partes de la película.
Mencionabas que su trabajo más duro fue traer los autos de la película. ¿Qué procesos pasaron?
Hubo varias reuniones con la SUNAT (Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria) y con ellos vimos la manera se importar los autos, porque no se trataban de vehículos normales. Con ellos buscamos una ruta y bajo términos específicos se traía estos autos de manera temporal, y solo para filmar la película.
¿Con qué otra entidad tuvieron que tramitar permisos?
Por ejemplo con la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil) por el tema de la normativa del uso de drones porque en esta película se usó muchos drones. Creo que no está bien regulado la normativa.
¿No existe una normativa del uso de drones para filmar una película?
Las DGAC nos apoyó mucho, pero todavía no está bien regulado esa normativa para filmar películas en el Perú. Ellos nos dieron un permiso especial que nos permitía estar tranquilos con el tema de las autorizaciones. Las normas que se tienen son muy generales y la industria del cine no se toma en cuenta. Van en contra del uso normal de una filmación.
Respecto a los explosivos que se usaron durante las grabaciones. ¿Con quiénes conversaron?
Para el uso de la pirotecnia tuvimos que conversar con SUCAMEC (Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil). Con ellos tuvimos que buscar maneras de adecuar la normativa ya existente por el uso práctico que hay en las películas, donde la pirotecnia tiene un uso distinto. Durante las grabaciones, la pirotecnia tiene un principio y un fin exacto. Estamos en conversaciones para una nueva normativa porque toda esta pirotecnia se tiene que importar. Aquí se tiene que hablar de importación, uso y después desechar de manera adecuada.
Hubo un gran equipo del exterior que vino al Perú para filmar Transformers, desde producción hasta los actores. ¿Cómo hicieron con los permisos?
Tuvimos que conversar con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio del Interior y recibir el apoyo de PROMPERÚ porque no existía una visa adecuada para esta industria. Después de muchas reuniones se dieron cuenta que en ninguna de las visas actuales aplicaba para toda esa gente que venía del exterior para realizar esta película. En ese sentido se logró sacar una visa de producción artística y esta primera visa fue para el equipo de Transformers. Ha sido algo muy único que queda como precedente. La gente de Migraciones del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez no sabía qué era cuando llega el primer señor con esta visa de producción artística.
¿Cuánto tiempo se quedó el equipo de Transformers en Perú?
Hay gente que está desde el mes de febrero. Se tuvo que obtener esta visa para que ellos puedan entrar y salir del país sin tener problemas y rodar con la mayor flexibilidad posible. En la mayoría de países este detalle está regulado. Creo que hay que buscar la manera de adecuar las normativas para que una filmación pueda seguir su curso sin interrupciones.
¿Crees que estas limitaciones hacen que las producciones internacionales no apuesten por el Perú como locación?
En el caso de ‘Transformers: El despertar de las bestias’ se tenía a Perú como locación sí o sí y no se podía hacer en otro país, pero hay muchas otras películas donde los guiones son mucho más flexibles, como puede ser una estación de tren o una montaña. En ese sentido es donde el Perú pierde porque la normativa no está lista para este tipo de grabaciones. Lo que quiero decir es que el Perú no tiene que esperar que un guionista escriba solo de Machu Picchu para que las producciones internacionales apuesten por el Perú.
¿Cómo manejaron el tema del cierre de algunos locales de la ciudad imperial? Incluso cerraron la Plaza de Armas de Cusco.
Eso se manejó junto a la Municipalidad del Cusco y los vecinos de la zona, donde todos salimos beneficiados. Se hizo una inversión donde se buscaba el beneficio de la película y para la ciudad. Hablo del reordenamiento de cables que estaban en mal estado o algunas calles que se lograron pintar y colocar plantas. Siempre son cosas que van de la mano.
¿Cuál fue la respuesta de los vecinos y de los turistas?
Creo que todos se pusieron la camiseta para que este proyecto funcionara. Cuando había algún problema, todos nos unimos para buscar una solución.
¿Y cómo hicieron con los negocios que tuvieron que cerrar para las filmaciones?
A ellos se les pagó por el tiempo que no pudieron operar de manera normal. Hubo muchos casos, pero se hizo el mayor esfuerzo para poder ayudarlos. Definitivamente, los beneficios se reflejarán tras el estreno de la película en todo el mundo. Ellos habrán cerrado 4 días sus negocios, pero el próximo año nos visitarán más de un millón de personas a conocer las locaciones.
¿Qué pasó con el carro que Optimus Prime chocó en la estrechas calles de la ciudad imperial?
Hubo varios incidentes y lo que se hace es contactar al dueño y reparar el vehículo. En la mayoría de los casos, las personas “afectadas” lo tomaron de manera anecdótica porque les chocó Optimus Prime. Había un personal encargado de resolver ese tipo de incidentes. Las calles eran muy angostas y los carros de Transformers son muy grandes. Todo se arregló de manera amena y cordial.
VIDEO RECOMENDADO
Transformers en Cusco: perros burlan seguridad del rodaje y ponen en aprietos al equipo de producción
Contenido sugerido
Contenido GEC