Willem Dafoe ha muerto miles de veces en la gran pantalla, con frecuencia de forma muy cruel: en "The last temptation of Christ", de Martin Scorsese, terminaba crucificado; en el filme bélico "Platoon", de Oliver Stone, perecía bajo una lluvia de balas y en "Spiderman", su personaje, el Duende Verde, moría atravesado por afiladísimas cuchillas.
El actor se siente atraído por sus buenos finales, confesó en abril al diario británico "The Times". "Muero en muchas películas. Quizá más veces que nadie".
Este miércoles Dafoe cumple 60 años, aunque asegura que en su cabeza se siente de 22. Se mantiene en forma con ejercicios de yoga a diario y zumos frescos de verduras. Confía ciegamente su salud a los zumos, asegura la estrella.
Los profundos surcos alrededor de su característica barbilla son desde hace mucho tiempo su marca distintiva y no algo de la edad. "Tengo un rostro muy marcado, pero también es muy flexible, una cara de goma", dijo en 2012 al diario "The New York Times".
Con ese rostro, el niño nacido en una familia numerosa de diez miembros en la rural Wisconsin consiguió trabajar en el teatro y luego ponerse ante las cámaras.
Con frecuencia interpretó personajes malvados y turbios: en la comedia "Gran Budapest Hotel" es el malo, en "Adam Resurrected" interpreta a un sádico comandante de un campo de concentración nazi y en "Shadow of the Vampire" a un vampiro sanguinario. Este último papel como Max Schreck le valió su segunda nominación a un Oscar como mejor actor secundario, tras lograr la primera con "Platoon".
No le asustan las escenas más explícitas de sexo y controvertidas. En tres ocasiones se ha atrevido a ponerse delante de las cámaras bajo la dirección del "enfant terrible" danés Lars von Trier, entre otras para el drama sexual "Nymphomaniac" o el psicológico "Antichrist". En "Pasolini" interpretó recientemente al controvertido director italiano Pier Paolo Pasolini.
Pero con su "rostro de goma" es capaz de hacer muchas cosas más que interpretar sólo a personajes malvados o torcidos. En el thriller de espionaje "A most wanted man" interpeta a un elegante banquero de Hamburgo, mientras en el drama "Mississippi Burning" se convierte en un inteligente investigador del FMI junto a Gene Hackman.
Para el actor, Hollywood es sólo su lugar de rodaje. Para vivir prefiere Nueva York y Roma. En 2005 se casó con la directora italiana Giada Colagrande, de 39 años. Además, tiene un hijo adulto de su larga relación con la directora de teatro estadounidense Elisabeth LeCompte, 11 años mayor que él.
Defoe cumple 60 con sentimientos encontrados. "La buena noticia es que se entiende la vida algo mejor", dijo en abril al diario "The Times". "Pero la noticia triste es que todo pasa más rápido".
Sin embargo, el mánager de Dafoe no quiso contar cómo celebrará el actor el cumpleaños redondo: su vida privada prefiere mantenerla en estricto secreto.
(Bárbara Munker/DPA)