"Wonder Woman" se estrena hoy en salas peruanas. (Foto: DC)
"Wonder Woman" se estrena hoy en salas peruanas. (Foto: DC)
Enrique Planas

Se llama Diana. Nació en 1941, siendo su padre el psicólogo de Harvard William Moulton Marston, defensor de la causa feminista además de inventor del polígrafo, tan útil como el lazo de la verdad de su heroína. Marston buscaba un personaje que luchara contra la injusticia, pero apelando más a la inteligencia y el amor que a la fuerza. “¿Por qué no una mujer entonces?”, le sugirió su esposa Elizabeth Holloway. Y así lo hizo.

En 1941 presentó un primer borrador de “Suprema, la mujer maravilla” a la editorial All American Publications (la futura DC). Tras atender las opiniones de los editores, Suprema se convirtió en y debutó en el número 8 de la revista “All Star Comics”. No podía entrar al mundo en momento más urgente. Había estallado la Segunda Guerra Mundial, y con los hombres en el frente, las mujeres se habían convertido en la fuerza laboral de EE.UU. Su éxito fue tal que la superheroína aparecía en cuatro títulos diferentes, alcanzando los 10 millones de lectores al mes. Más que Superman, nada menos.

LA NUEVA MUJER

Botas rojas en punta, corsé rojo con estampa de águila, brazaletes esculpidos en feminum. En la historieta, Diana es una princesa de las amazonas griegas, habitantes de una isla sin hombres. Steve Trevor, capitán del ejército estadounidense, estrella su avión en aquella utopía feminista, será rescatado por ella, quien decidirá salir con él al mundo para luchar por la democracia y los derechos de las mujeres.

Presentada como encarnación de un nuevo tipo de mujer, es curioso que su personaje vistiera solo traje de baño y siempre resultara atada por el villano de turno. La historiadora Jill Lepore, en su libro “The Secret History of Wonder Woman” (2014), revela que, mientras creaba a su personaje, Marston vivía una relación poliamorosa con dos mujeres además de Elizabeth, su esposa oficial: la bibliotecaria Marjorie Wilkes Huntley y Olivia Byrne, su ex alumna de Psicología. Todas aportaron elementos al personaje, aunque de Olivia Wonder Woman heredó dos características básicas: su rizado cabello corto y sus enormes brazaletes metálicos, con los que la heroína repelería luego las balas enemigas.

Repasar el papel histórico de las mujeres en el cómic de superhéroes es advertir también el papel de estas en la sociedad desde los años 40 hasta hoy, y cómo el machismo imperante por décadas ha marcado la evolución de sus historias. En el caso de Wonder Woman, durante los seis años en que Marston escribió las historias, la heroína se dedicaría a luchar contra las tropas nazis y encabezar protestas sociales tan reales como la histórica huelga de obreras en la fábrica textil Lawrence, en Massachusetts, 1912.

Cuando la guerra terminó y la mujer abandonó la fuerza laboral para volver al trabajo doméstico, Wonder Woman perdió sus poderes, hasta ser reducida al papel de muñeca en historias románticas. Tras el renacimiento feminista en los 70, y una serie de TV que le devolvió poderes e influencia, Diana recuperó su estampa de mujer fuerte e independiente. Aquella que sabe valerse por sí misma y romper cabezas como el mejor.

El nuevo milenio trajo la diversidad y el aumento del número de superheroínas de diferentes edades, razas y, sobre todo, mayor realismo. Mujeres guionistas y dibujantes en la industria han atraído a miles de lectoras. Con ello, el cómic refleja una sociedad cuyas mujeres, heroínas de carne y hueso, suman batallas ganadas por la conquista de sus derechos.

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