Cuando era niño Tomás Unger nunca conoció a alguien que tuviera la edad que ahora él tiene, 90. El conocido divulgador científico, experto en autos, ciencias y apasionado del fútbol, se sorprende de la edad a la que ha llegado. “Ese es uno de los logros de la ciencia, extender la vida. Pero es también un problema”, reconoce.
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El hombre, que fue alguna vez el niño que ahorró dinero para subirse por primera vez a un auto luego de clases, mantiene una curiosidad que lo ha llevado a estar siempre al tanto de la vanguardia científica.
“La ciencia es muy importante. Es apasionante y es lo que hace que podamos mejorar en un sentido. Pero solo en uno, porque luego está el otro sentido, el de cómo mejoramos como sociedad y eso no marcha bien. Cada vez hay más desigualdad”, apunta Unger.
Asimismo, Unger no parece muy optimista sobre la esperanza de encontrar pronto una vacuna contra el coronavirus. “No creo que hallemos pronto la solución, al menos no muy pronto. Va a demorar y va a tener que pasar mucho”, analiza. Del mismo modo recuerda la noticia más importante sobre ciencia que ha conocido en los últimos años. “Para mí, lo más importante es la posibilidad de alterar los códigos genéticos de los seres humanos. Es algo asombroso que puede cambiar muchas cosas en el mundo y abrir muchísimas discusiones”, manifiesta antes de reconocer que los años de mayores descubrimientos fueron los que le tocó vivir en su Juventud. “Durante la Segunda Guerra Mundial podíamos ver avances científicos y tecnológicos a cada rato. Ahora, en los últimos años no hay tantos avances como antes”, agrega.
Entre los reconocimientos que ha recibido, destacan el Premio de periodismo sobre población y control de la natalidad World Population Institute en 1987, el primer premio del Interamericano de Periodismo Científico en 1989 y el reconocimiento del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC) por su trayectoria como divulgador científico en 2018.
Hoy, que los periodistas tratan de especializarse y muchos encuentran en la tecnología móvil, las apps e internet su mar azul para desenvolverse, Unger ya había decidido dedicarse al periodismo y a la ciencia y tecnología desde 1956.
Para Unger las comunicaciones siempre le resultaron fascinantes, sobre todo la velocidad con la que evolucionaron gracias al teléfono y luego la liberación de los cables, que ya no eran necesarios para comunicarse gracias a las ondas electromagnéticas.
Otro de los temas fundamentales para Unger tiene que ver con la enseñanza. “Es la única manera de que en verdad progresemos como sociedad. La enseñanza de la ciencia, que los niños puedan conocerla desde chicos y maravillarse con ella será una parte importante de preocuparnos por su futuro”, comenta.
Los días de Tomas Unger transcurren bajo los cuidados de la señora Lourdes, la revisión de las noticias más importantes. Su mente mantiene su chispa y mirada crítica de la sociedad, sigue informándose y estando al tanto de los aconteceres científicos. “Soy una persona que le gusta conocer, saber, mi curiosidad siempre ha sido un gran motivador para las cosas que he hecho. Y sigo curioso, sigo atento”, concluye.
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