Es conocido como el padre del videojuego moderno, el Disney japonés o simplemente el creador de Mario. La figura de Shigeru Miyamoto está ligada, desde hace más de 40 años al despegue y consolidación de Nintendo, con videojuegos que han transformado la vida de millones de personas alrededor del mundo a partir de eso que él llama “jugabilidad”: esa experiencia cada vez más inmersiva del hombre y la mujer contemporáneos frente a una pantalla interactiva.
Era un joven diseñador industrial de 24 años cuando se presentó, allá por 1977, en las oficinas de Nintendo, en Kioto. La vieja empresa, que antaño fabricaba naipes japoneses y juguetes, estaba entonces en proceso de reinvención y buscaba dar el salto hacia el naciente negocio de los videojuegos. Se dice que la creatividad de Miyamoto, quien acudió a la entrevista de trabajo con unos ganchos de ropa para niños inventados por él, llamó la atención de Hiroshi Yamauchi, el dueño de la compañía.
Cuatro años más tarde, en 1981, el joven inventor, con ayuda de un equipo de programadores, dio a luz su primera gran creación: Donkey Kong. Un arcade que tenía como protagonistas a un gorila rebelde, una dama prisionera y un pequeño carpintero saltarín llamado Jumpman, que iba a su rescate. El éxito fue tal que Miyamoto comenzó a liderar nuevos proyectos.
Así, para julio de 1983, decidió transformar a Jumpman en Mario. Lo convirtió en fontanero, le creó un hermano bautizado como Luigi y lo echó a correr por diversos niveles de tuberías. Con el videojuego Mario Bros el boom empezaba a tomar forma. Y en 1985, este se hizo global con la aparición de Super Mario Bros, y la plataforma NES, además de personajes como Bowser y la Princesa Peach. Alguna vez, la periodista Almudena Ávalos, de “El País”, de España, le preguntó a Shigeru a qué atribuía el éxito de Mario. Con gran modestia nipona, él contesto: “Bueno, es embarazoso que yo lo diga, pero al fin y al cabo, los juegos en los que aparece Mario son, ante todo, divertidos”.
Un niño en el bosque encantado
La mayoría de especialistas que explicado el éxito de los juegos creados por Miyamoto se refieren a su infancia transcurrida en la década de 1950 en una zona rural de Kioto. Un mundo sin televisión ni cine, pero con diversiones únicas como dibujar y pintar, y hacer largas excursiones por el campo, a través de bosques y montañas.
Estos escenarios serían recreados décadas después en The Legend of Zelda, la otra gran creación de Miyamoto aparecida en 1986, en la que un niño se interna por territorios fantásticos para rescatar a una princesa que había sido raptada por un peligroso hechicero. Como apunta Sergio Valdivia Velázquez en una tesis de la Universidad Autónoma de México, dedicada al creador japonés, en cinco años, entre 1981 y 1986, Miyamoto transformó la industria de los videojuegos. La sacudió de rutinas mecánicas y repetitivas y la llevó hacia nuevas experiencias interactivas.
Un nuevo despertar
“Para 1983 ya se habían lanzado muchos títulos de diferentes compañías, se había creado un mercado de videojuegos, pero la calidad había comenzado a decaer. Todos apostaban por lo mismo y la gente comenzaba a desconfiar de la industria. Ese año, Miyamoto lanza el primer Mario Bros en Japón y comenzó a devolver a la gente el entusiasmo por jugar. Es decir, sin él no conoceríamos a los videojuegos tal como son ahora”, dice Nilton Mercado Chávez, coordinador de la carrera de Diseño y Desarrollo de Simuladores y Videojuegos en Tecsup.
En su opinión todo lo que desarrolla Miyamoto es un éxito comercial porque él sigue una metodología distinta: “él cree que todos los juegos que se retrasan eventualmente llegan a ser buenos; pero un juego que se apresura en salir al mercado va a ser malo siempre. Es decir, a muchas empresas, por lo general, les importa más las ventas y terminan lanzando productos que no están terminados y de eso se da cuenta el usuario. Miyamoto y Nintendo no siguen esa lógica, sino se toman el tiempo necesario para crear productos de calidad”, comenta Mercado. “Él trabaja —agrega— bajo el rol de diseñador y productor. No es la persona que dibuja o programa, sino la persona que define cómo se va a comportar el videojuego, qué mecánicas va a tener, cómo van a interactuar los personajes; es decir todo lo que hace divertido al juego”.
Presente y futuro
Aunque Miyamoto ya era conocido en la industria, en 2012 su nombre alcanzó fama mundial cuando obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. En ese momento, prometió crear nuevas formas continuadas de diversión. En esto ha sido crucial el desarrollo de hardware y de nuevas consolas, en las que el creador japonés también estuvo involucrado.
Al respecto, Mercado recuerda el caso de Super Mario World, con la inclusión de un personaje como Yoshi, en 1990. “Cuando Miyamoto sacó el primer Super Mario Bros tenía bastantes ideas que quería implementar, lamentablemente por limitaciones de hardware no pudo hacerlas. La creación de Yoshi estaba planeada desde el primer juego, pero en ese tiempo el NES no era capaz de renderizar y procesar todas las mecánicas que iba a tener este personaje. Eso recién se logró dos generaciones de consolas después”.
A los 70 años, el talento de Miyamoto sigue intacto. El mejor ejemplo ha sido Super Mario Bros, la película, estrenada con gran éxito este 2023. ¿Qué vendrá después? “Si se usa de manera adecuada la inteligencia artificial permitirá crear personajes con un comportamiento mucho más complejo”, adelanta Niltón Mercado. “Imagínate un juego de Mario en realidad virtual. Eso no existe ahorita. Pero si uno podría ponerse un ccaso y meterse en la piel de Mario esa sería una experiencia bastante inmersiva para cualquier jugador”.
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