Jorge Paredes Laos

Tenía 25 años cuando desembarcó en el Callao, un 28 de julio de 1850. Era un día festivo y, como lo relató en sus obras, apenas puso los pies sobre esta tierra se apoderó de él un deseo vehemente de recorrer el campo y conocer la vegetación de los alrededores de Lima. Desde niño, Antonio Raimondi había anhelado conocer el Perú, atraído por la imagen de un viejo cactus andino que vio cortar en el jardín botánico de Milán. “Su desgraciada suerte me había inspirado mi primera simpatía hacia el Perú”, escribió muchos años después.