En la lista de los principales exponentes de la poesía peruana nunca podrá faltar Javier Heraud. Sin embargo, a pesar de ser una figura tan recordada, se acostumbra centrar su discusión en torno a su paso por la guerrilla y el viaje a la selva que terminó en su repentino asesinato. Todo esto genera que se pierdan de vista diversos aspectos desarrollados a lo largo de su corta vida que no solo ayudaron a darle forma a su trabajo artístico, sino también a su peculiar personalidad reflejada en sus versos.
Precisamente para efectuar un pausado recorrido por su lado más personal, la Casa de la Literatura Peruana (Caslit) albergará hasta finales de febrero una muestra que se nutre del archivo personal del poeta y alcanza esa cercanía pocas veces conseguida.
“Si bien es cierto que recurrimos a la imagen del viaje realizado por Heraud, esta exposición intenta redimensionarlo enfocando otros ángulos pocos explorados por la crítica y por los mismos lectores. Se busca salir de aquella imagen enquistada del poeta guerrillero y presentar, por ejemplo, el vínculo creado desde muy joven con la lectura de César Vallejo, César Moro y Martín Adán”, señala Rodrigo Vera, curador de la muestra, en conversación con El Comercio. La presentación de la primeras lecturas del poeta forman parte de la sección “En las aguas venideras”, en la que el visitante también podrá apreciar poemas inéditos escritos entre sus 12 y 16 años, así como las traducciones de los cuentos “Los desterrados” de James Joyce y de “Poema de octubre” del artista británico Dylan Thomas.
—De puño y letra—
“Lo que hace andar” es una sección que presenta los viajes de Javier Heraud y las figuras con las que se cruzó, pero, al mismo tiempo, es una aproximación a aquel período de transformación de su idea sobre el rol de la poesía en el cambio social. El visitante podrá atestiguar esto a través de documentos escritos por él mismo, y podrá descubrir el origen de su recordado seudónimo Rodrigo Machado, registrado en documentos que felizmente han sido conservados.
La gran mayoría de piezas expuestas forma parte del archivo que los familiares del poeta donaron a la Universidad Católica (PUCP). Estas no solo evidencian las firmes amistades que construyó con personalidades como César Calvo, Luis Hernández y Arturo Corcuera, sino que también explican la curiosidad que generó en figuras como Mario Vargas Llosa, quien en una entrevista que hace a Heraud en 1961 aborda el panorama poético en el Perú de aquellos años. Dicho diálogo puede ser escuchado en la exhibición.
Además, en la que quizá es una de las piezas más conmovedoras de la exposición, se puede ver una postal que Heraud se envió a sí mismo desde Europa, en la que reflexiona sobre si acaso su retorno a la patria fue una decisión correcta.
“Valoremos la vida de un joven de 21 años que intentó estar a la altura de los sueños de todos, de nuestras mejores esperanzas, de lo mejor que podemos ser. Que su poesía y su vida nos guíen hasta la seriedad y la profundidad de la que tal vez somos capaces”, declaró Milagros Saldarriaga, directora de Caslit, en la inauguración; resumió, con estas palabras, el espíritu de este recorrido. Una exhibición que, como todo buen poema, terminará acompañando durante mucho tiempo a quien se cruce en su camino.
Mas información:
Lugar: Casa de la Literatura Peruana.
Dirección: jirón Áncash 207, Cercado de Lima.
Temporada: hasta fines de febrero. De martes a domingo, de 10 a.m. a 7 p.m.
Ingreso: libre.